Entrevista /// Los Bunkers

Por moonman

Lo único bueno que hizo MTV hace 15 años fue unir musicalmente a Latinoamérica. Es por eso que no es raro que las nuevas propuestas de otros países suenen en México y tengan buena aceptación. Justamente Los Bunkers es un ejemplo de esto, ya que su decisión de usar a México como base de operaciones fue por un encuentro mutuo que se dio de manera natural por su disco Vida de perros. Ahora, ya que el encuentro se dio, y que han firmado un contrato con Universal para sus siguientes discos, lanzan Barrio Estación, el cual es musicalmente más maduro y con nuevos aires que ocultan algo de nostalgia y emoción por igual para esta agrupación chilena.

¿Cómo se formó Los Bunkers?
Francisco: Fue una cosa natural porque tanto Álvaro y Gonzalo son hermanos, así como Mauricio y yo, Mauro es un gran amigo y se juntó con nosotros. Conforme cada uno fue teniendo su proyecto, llegó un momento en que decidimos juntarnos tomar la música en serio y dedicarle tiempo. Creo que había una determinación de hacer las cosas bien.
Mauro: Aparte de las relaciones sentimentales que tenemos entre nosotros, cada uno encontró en la música desde niño una manera de divertirse. Mucho de lo que los une es que disfrutamos escuchar y discutir de música. Nuestros padres nos pusieron la costumbre de escuchar música.

Todas las bandas cuando inician hacen cóvers, pero ustedes han mantenido ese espíritu hasta ahora al tocar uno que otro en sus conciertos…
F: De hecho por otro lado escuchábamos música folklórica chilena que escuchaban nuestros padres, del lado rockero siempre nos ha gustado The Beatles. Cuando conocimos a Mauro ya tenía muchos discos de The Kinks o The Byrds, entre todos nos prestábamos los discos y así comenzamos a compartir los mismos gustos.

Ustedes surgieron en una época en que comenzaba la globalización, en donde el compartir la música es mucho más fácil, antes tenías que esperar a que importaran un disco que era carísimo. Lo interesante es que lo logran combinar con música chilena como Quilapayún, ¿cómo han combinado las raíces musicales chilenas con el gusto que tenían hacia el rock sesentero?
Mauro: Proviene del hogar el gusto hacia la música latinoamericana. En mi caso, en el tiempo de los gobiernos militares, era una música prohibida y no se podían escuchar los discos. De alguna manera esa música sobrevivió y vivió en nuestras casas, ya sea por afán político o lo que sea, nos gustaba Violeta Parra y después nos enteramos de su contexto histórico. Cada uno desarrollo sus gustos musicales, nos incentivaron a la música de las peñas, que eran eventos como colegios o iglesias donde tocaban esa música “prohibida” folklórica.
Mauricio: El hecho de dedicarnos a la música es que nunca hemos dejado de ser fans de la música en general, el asunto de hacer cóvers es de fans. Hay discos en donde se nota más eso que en otros.

¿Cómo eligieron sus canciones para su primer EP, que curiosamente es algo muy de los 60’s?
Mauro: No recuerdo cómo en qué nos basamos, pero queríamos enfocar lo que íbamos a hacer después, en ese momento el EP era muy precario, hacerlo era tomar las cosas en serio.
F: Grabamos el EP en un ensayo con el audio de una cámara de video, la idea era que el demo fuera también un registro visual.

¿Fue para tratar de conseguir un sonido más “en vivo”?
F: Tampoco teníamos medios para conseguir un estudio. Fue el RCA que salió de la cámara y sólo lo ecualizamos.

Ya con el demo bajo el brazo, ¿cómo empezaron a promocionar su música?
Mauricio: Terminamos a grabar el EP, luego le dijimos a un amigo que nos prestara su estudio para grabar y así fue como grabamos nuestro primer disco Los Bunkers y terminamos de grabarlo en dos días. Nuestro amigo lo llevó a una estación de radio (Rock & Pop) y lo empezaron a tocar. Escucharse por primera vez en la radio es uno de los periodos más bonitos de nuestra carrera, es un recuerdo muy feliz.
Mauro: La primera vez que nos escuché en la radio fue cuando me habló la hermana de una amiga con la que estaba viviendo. Cuando escuchamos nuestras canciones nos da mucha emoción, le subo el volumen y la canto, aparte nos sirve porque vemos el tema como fan y lo vemos de otra manera.

Al empezar a hacerse conocidos les dio la oportunidad de conocer a grandes figuras del rock chileno como Los Tres o Los Prisioneros, ¿hubo alguna especie de “apadrinaje”?
F: Más bien comenzó como una colaboración en el caso de Álvaro Henríquez de Los Tres porque le pedimos que produjera nuestro segundo disco.
Mauricio: Por medio de él conocimos músicos más viejos. Nosotros empezamos a verlos en el escenario y ver lo dedicado que eran. Ver su modo de actuar o sus trajes nos ayudó mucho y también nos puso en una posición muy noble al empezar a conocerlos. Fue una manera de ir encontrando la gente precisa gracias a nuestra música, en vez de pensar: “¿En qué nos puede ayudar?”, pensábamos en tener una relación musical con las personas que se nos pusieran en frente por el proceso natural que la música nos daba.

¿Cómo comenzó su relación con México?
F: En una de estos conciertos fueron Café Tacvba e hicieron un palomazo con Los Tres. Ahí los conocimos y Joselo fue el que trajo unos demos a México y lo transmitieron en Reactor. Fue algo bien natural porque lo pusieron y la gente lo pidió porque les gustó el disco sin pedir nada a cambio. Cuando vinimos por primera vez no había una lógica de promoción porque no teníamos el mismo orden de sencillos que en Chile.
Mauro: El disco Vida de Perros salió en Chile por una disquera pequeña llamada La Oreja y estaba empezando a crecer; nunca hubiéramos esperado que el disco se editara en México.
Álvaro: Pensé que la disquera nos había dicho eso para creer que todo iba bien, pero no le creímos mucho hasta que Meme de Café Tacvba nos mandó un mail diciéndonos que estaba sonando nuestro disco en México. Luego nos llegó la edición mexicana del disco con diferente portada, ya que la portada original era la imagen de la bota con un perro, que viene dentro del booklet.
Mauricio: Luego nos invitaron al Vive Latino.
F: Sabíamos que era un festival gigante y recuerdo que antes de subir la gente empezó a gritar nuestro nombre. Cuando tocamos “Ven Aquí”, al grupo se nos salió el corazón, porque fue una emoción gigante ver lo que una canción pude hacer en un lugar que ni siquiera conoces y que consiguió el apoyo.
M: Luego volvimos a Chile pensando que tardaríamos en regresar. Pero pensamos en que acá había mucho trabajo por tiempos más prolongados. Empezamos a dimensionar las cosas y pensamos que fue un encuentro mutuo. Ahora con el lanzamiento del nuevo disco Barrio Estación, creo que tenemos una visión, sabemos lo que estamos haciendo, tenemos proyecto, una línea.

¿Por qué escogieron el título Barrio Estación para su último disco?
F: Es un lugar que está en Concepción, en donde está la estación de trenes y además está lleno de antros… es un lugar donde la gente va a quedarse pedo. No es tan grande, es un lugar a la orilla de un río. Le pusimos así porque refleja la situación actual del grupo: hicimos las maletas y nos vinimos para instalarnos. Las letras del disco tienen que ver mucho con el partir, y las reflexiones que surgen a partir de viajar o de mirar para atrás. Es un toque de nostalgia y una manera de hacer referencia a un lugar de nuestra ciudad.
Mauricio: Es un sentimiento de doble emoción, es como cuando sales de casa para vivir solo. La portada engloba ese sentir.