LCD Soundsystem @ Infield del Hipódromo de las Américas

LCD Soundsystem

Kinky

Shit Robot

Por: Zebra Hernández Jiménez (@diaphanefuneral) /// Fotos: Roja

La luz gris de un invierno, que ya se quiere parecer a los de Europa, no existió. El frío sí. Ocurra esto en un escenario tan oportuno como extraño, en medio de un circuito para ver, correr y apostar caballos. Los que llegaron temprano pudieron ver un poco de el asunto de los caballos. Los que llegaron temprano y estaban en un planeta más bien químico veían a los patos volar. La situación era la siguiente: una pista de baile gigante con lago incluido para general B, un templete para la autocracia del VIP, y un polvorón para general A.

Kinky hizo lo suyo: sándwich. Después de bailar un poco con los norteños, la gente, por lo menitos, ya no tenía tanto frío. Para los que estaban en general A, eso se convirtió en un campo de fútbol en un muy seco día de verano. En lo que quitaban las setecientas tumbas, congos y crashes de los muy disfrutados Kinky, la gente bebió más. Ahora casi no hacía frío. La bola disco salió de Nueva York, que ha ido a Paris y que por fin llegó a México determinaba un futuro que a la mañana siguiente, ojalá, no recordaríamos muchos. El guitarrista, un Jarvis del mundo bizarro, probaba sus Telecasters. Sí, tiene dos. Por cierto que eso a momentos generó un wall of sound muy a lo Spector, en fin. Eso era cuestión de minutos.

En algún momento empezó lo que mis playlists y mi admiración por las canciones de más de seis minutos creen es la canción anthem-like del 2010: “Dance Yrself Clean”, una sumatoria tan imposible que Murphy declara haber tardado meses sólo en ese track. Ahora lo único que se ve más difícil es que un grupo de doo-wop haga su interpretación.

“Drunk Girls” y “Get Innocuous” después y pensaba que era sumamente raro que no invitaran al baterista/pulpo de Kinky a pegarle a los cencerros o simplemente a pegarle a algo. Tocando “Daft Punk…” y “I Can Change” empecé a pensar severamente en irme a la China (o a Nueva York) a stalkear a Nancy Whang. “All My Friends” que era esperable fue anulada prácticamente por “You Wanted a Hit” que fue arriesgada (dado que casi no sale a relucir en sus conciertos) pero certera. Ella marcaba el meridiano épico de una noche que vamos a seguir escuchando en el fondo de sus discos por muchos años. Acabaron el set con el guitarrista aflojando totalmente la sexta cuerda para sólo hacer ruido y presumir el que es, probablemente, el juego de pedales de delay y overdrive más grasosos de este año. (Suck it up, Korn)

“Someone Great” fue el momento en que la bola disco estuvo a su máximo. Luz. El cierre conceptual ocurrió con “Home”. El sistema del disco, cerrado fue asimilado por la producción en vivo. La canción logró una unidad temática atinadísima que replica los conciertos más memorables. La experiencia del álbum en vivo fue pulida en las armonías de “Dance Yrself Clean” invadiendo “Home”.

El segundo encore cierra el segundo nivel. Si “Home” armó un concierto por sí sola, “New York I Love You…” fue, en sí, la noche total. El cover de Brian Eno fue un patinar de lo que debe ser la muy laberinta libreta de notas de Murphy. El ruido de la telecaster negra, viva por sus marcas de golpes como la de Joe Strummer, se terminó a las 12:24. El silencio que le siguió: las ganas de sentir la soledad en Nueva York.