Por @beatlebum /// Fotos:BigIdeas (OzCorp)
Ya era sábado por la tarde y ni siquiera tenía boleto, bastó con una rápida búsqueda en Twitter pues nunca falta a quien le haya sobrado un boleto o porque su novia lo cortó un día antes o porque su mamá siempre no lo dejó ir hasta Santa Fe. Para mi suerte, encontré quien me ofreciera dos boletos a menos de lo que costaba uno solo en taquilla, y no sé si sentirme mal pues no es hasta que escribo esto que me entero que todo lo recaudado va para niños y niñas indígena con problemas de desnutrición. Perdón. Creo.
Llegamos en punto de las ocho pues teníamos que recoger los boletos y apañar un buen lugar para ver a Black Rebel Motorcycle Club, la sorpresa al llegar es que el lugar está medio vacío, no medio lleno, medio vacío. No tardamos con encontrarnos con amigos a quienes también se les hizo temprano y más tarde, gracias a un cupón de descuento que también traía el cartel y los horarios, me entero de que el festival empezó a la una de la tarde y ya habían tocado antes Los Daniels, She’s a Tease y Vicente Gayo. Qué bueno que no llegamos antes.
Dapuntobeat seguía tocando en un escenario pequeño cerca de la entrada, mientras en el escenario principal ya se empezaban a reunir los fans de B.R.M.C., fáciles de ubicar por las chamarras de piel, plastipiel y hoodies negras. Nosotros, no todos, nos decidimos de una vez plantarnos cerca de la valla y chutarnos los sets completos del Instituto Mexicano del Sonido y de La Gusana Ciega convenciéndonos de que valdrá la pena.
Soy de los que se emputan si alguien alrededor de mí se pone a platicar en medio de un concierto por lo que me mantengo callado e inmóvil la siguiente hora mientras el IMS hace su desmadre, sin duda una de las horas más largas de mi vida. Alrededor de mí una que otra persona baila, mientras que otros al igual que yo solamente esperan a que terminen y algunos de ellos traen tapones para los oídos. Necesito unos.
Al terminar el set alzo la vista hacía el público y me doy cuenta de que sigue estando todo medio vacío. Sufrí en vano. Aprovecho para utilizar los Sanirents y comprar algo de beber que no fueran los miados de Corona. La Gusana Ciega pasa sin pena ni gloria, me consta que había fans y bueno, ¿quién no se sabe el corito ese de “porque yo no / ¡no! / no / ¡no! / no puedo verte con alguien más”?
Minutos después de las once y media la Ibero solo estaba siendo iluminada por los edificios que la rodean en Santa Fe y se respiraba un poco de mota en el ambiente, en cualquier momento aparecería Black Rebel Motorcycle Club en el escenario y yo podré quitarme esa espinita de 2008 cuando no los pude ver. En cuanto Robert Levon Been, Peter Hayes y Leah Shapiro suben al escenario alguien a mi lado se madrea a un par de borrachos que se había pasado la última media hora jodiendo para meterse hasta adelante y se dejan escuchar lo primeros acordes de “Beat the Devil’s Tattoo”.
Los coros de todos no se hacen esperar y me doy cuenta que el lugar ya está medio lleno. Los podían faltar los empujones, los arrimones y el desesperado intento de muchos por acercarse más a sus ídolos. Peter Hayes toca “Berlin” como si estuviera arrancando una motocicleta y la sensación en el pecho es de las más chingonas que haya sentido.
Black Rebel Motorcycle Club: pinche nombre chingón y pinche banda chingona, la próxima hora estuve saltando y cantando tanto como pude pues no daban chance de descansar, seguida de “Berlin” tocaron “Love Burns”, “Shuffle Your Feet” y “Ain’t No Easy Way”.
Cuando llegó el momento de que Rober Loven Been iniciara con “Stop”, sentía que nos desmadraría a todos con su bajo solo para que hicieran un combo junto con “Mama Taught Me Better” y “Spread Your Love” y entonces sí fue cuando Hayes, Levon Been y Shapiro nos revolcaron unos contra otros desde el escenario.
Así es como debe tocar una banda de rock, que nos den en la madreen y que nos demuestren que los cabrones son ellos y “Red Eyes” and “Tears” junto a “Six Barrel Shotgun” fue el momento en que lo hicieron y aun así terminaron con “Whatever Happened to My Rock ‘n Roll”. Más claro no podía estar, estaba frente a una de mis bandas favoritas.
Fue en el encore cuando me pregunto dónde chingados estaba en 2008 cuando estuvieron en el Salón 21 donde tocaron por más de dos horas. Ese debió ser EL concierto, ustedes que sí fueron deben saberlo mejor que yo.
Según el cupón con el horario que había revisado más temprano, B.R.M.C. estaba programado para terminar como a eso de la una y media de la mañana pero solo salieron para tocar tres temas más que nos dieron uno de los mejores festejos sonoros que duró poco menos de 30 minutos.
Uno sabe que el concierto terminó en cuanto encienden las luces pero yo y una docena más de personas esperamos hasta que alguien nos dice que por favor ya le lleguemos, que ya se acabó. Esta vez no hubo bajo regalado ni salieron a tocar para los pocos que quedábamos como es costumbre de la banda. A veces pasa según cuentan.
B.R.M.C. ha sido de mis bandas favoritas los últimos años y no lo supe hasta que los vi este sábado, mientras de recuerdo me queda el dolor en el cuello cada que volteo a la derecha.
El capitán tenía razón, Black Rebel Motorcycle Club es un gran nombre para pronunciar. Black Rebel Motorcycle Club. Black Rebel Motorcycle Club. Black Rebel Motorcycle Club.
Que buena reseña y esperemos que vengan otra vez ya sin un festival taaaan grande como VL y ni tan pequeño como ibero que vengan solos yo para que chingados me quiero chutar a todos los grupos mexicanos del momento (que son pura mafia tocando unos con otros) jaja
cuantos años tiene el q escribio la reseña? doce?
Pavel: Gracias, esperemos que sí.
Rca: El doble de hecho y si lo dices porque escribo terrible estoy de acuerdo, tendrás que ser más específico para que me ofenda o, en el mejor de los casos, para saber qué estoy haciendo mal. Saludos.
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Qué reseña mas bonita…enhorabuena!!!
rca:pobrediablo