Pulp @ Palacio de los Deportes

Fotos cortesía OCESA
Por Luis Arce (@lsfarce)

Pulp es una de esas bandas a las que todos les debemos un momento. La persona que recorre con su mirada enfundada en esos lentes de pasta, (el 60% de público utiliza el mismo modelo) el escenario, incrédula, nota una concurrencia de ánimo, un sobresalto ridículamente esencial al gran espectáculo que está por realizarse. Aquel tontuelo, que casi se queda sin boleto por confiar demasiado en su capacidad para extorsionar. Incluso ese otro, quien apenas recuerda dos o tres canciones de la banda que escuchó con devoción cuando tenía 16 años y ahora, a sus 32, ve en ellos los cimientos de una persona que fracasó en todo, que fracasó espectacularmente, de la manera indicada. En todos ellos, se escucha un mismo rumor: “If you didn’t come to party…” Sería mejor estar lejos. Este lugar es muy grande y esta banda lo es aún más. Pulp: como indican las letras gigantescas de color azul y morado colocadas detrás de los instrumentos: PULP.

No hay una banda que en vivo trate cada uno de sus temas como lo hace Pulp, es la disposición más elevada de su música. Cierto, los álbumes son grandiosos, y nadie podrá negar que producciones como Different Class o This is Hardcore marcaron una pauta momentánea en su manera de apreciar la música popular. Pero Jarvis Cocker, Nick Banks, Steve Mackey, Candida Doyle y Mark Webber son cautivadoramente voraces cuando llevan esas piezas musicales al escenario. Es por eso que al principio de la presentación la banda le pregunta al público si acaso se encuentran listos; porque a partir de ese momento, no van a detenerse.

Sobre el setlist no tengo mucho por decir. Fue genial. Evidentemente estaba preparado como la gira que trajo de regreso a Pulp sobre los escenarios: “Razzmatazz”, “Disco 2000”, “Like a Friend”, “This is Hardcore”, atraviesan con la inconsistencia de lo predestinado, las emociones del público, dejando a su paso momentos nítidos de plena armonía, esa clase de recuerdos que la memoria almacena sin siquiera tener que preguntarle.

Comienzan con “Do you remember the first time?” porque saben que nadie pretende olvidar esto, y aquellos despistados que apenas ubican dos o tres canciones de la banda, construirán una remembranza de los sucedido cada que vean un álbum de Pulp, o cada vez que recuerden el furor que rodea a Jarvis Cocker en cada patada, en cada sobresalto, en cada coro. De hecho, es probable que ninguno de los asistentes al concierto lo vaya a olvidar. No es que el recuerdo sea atesorado por siempre, es que el recuerdo se avivará cada vez que escuchen una canción de esta banda, incluso cada que escuchen la palabra pulp. Gente común después de todo. Sí, pero gente común con un brillo morado en los ojos. Ansiosos.

Voy a apostar entonces por conservar esto como un momento inalterable. Quizás volvamos a ver a Pulp en un futuro, quizás. Mientras tanto, la noche del 23 de abril seguirá creando sinapsis, montañas y colinas de sinapsis, en la cabeza de las personas que la vivieron dentro del horrendo Domo de Cobre. Mi canción favorita de Pulp, es probablemente aquella que inaugura This is Hardcore, “The Fear” (no, no la tocaron), una declaración de pasión vehemente por sobrevivir, por vivir en ansiedad, pero sobrevivir, sabiendo que uno está acompañado por la música de unos hombres, completamente extraños, abrazándonos. Porque justo en ese instante, cuando es imposible saber si buscamos por amor o por horror, cuando “ni siquiera podamos definir aquello que nos asusta”; algo, por lo menos, podremos dar por sentado: This song will be here.

Edit this setlist | More Pulp setlists