Entrevista /// Pedropiedra

Por Alonso R @Rockmero25 /// Fotos Roja (Claudia Ochoa)

En últimas fechas ha llegado a México desde Chile un pop muy bien concebido. Figuras como Francisca Valenzuela, Gepe, Javiera Mena, Alex Anwandter, Ases Falsos, Astro (con su Synth Pop) y, por supuesto, Pedropiedra, nos dejan creer que este género puede dar para mucho; que puede ser tanto crítico como puro entretenimiento, ser complejo a la vez que sencillo.

Con el pretexto del lanzamiento de su tercer disco llamado Emanuel, tuvimos la oportunidad de entrevistar a uno de los representantes de esta movida chilena que cautiva con su canción pop bien manejada, amable y reflexiva: Pedropiedra.

Toda esta movida que ha llegado de Chile nos parece muy fresca, pero también nos recuerda mucho a JuanGa, el Puma, Raphael, Emmanuel. ¿Tú también lo ves así de claro?
Claro, esa gran canción en español, por así llamarla, estuvo muy presente en los hogares chilenos, por lo que creo que inconscientemente… sí, pues se escuchaba a El Puma, a Raphael, a JuanGa por todos lados. Yo creo que esta canción está en el inconsciente de todos nosotros.

Los medios en Chile son muy pocos y le gente es muy poca, no pasa lo que acá que hay 20 millones de personas y cada quien oye sus cosas. Las tendencias en Chile son más acotadas, todo es más chico, monótono, más uniforme, la variedad es menor, por lo que creo que puede tener que ver. “Música cebolla” se le dice en Chile, porque es lo que se escuchaba mientras la mamás cocinaban. Es una melancolía muy propia del cono sur que está presente por lo menos en todos los que tú me mencionas.

Cuéntame, ¿cómo se decide Pedro a ser músico?
Hay cosas que no se deciden y, además, soy un experto en dejar que el destino haga y deshaga por mí; por todo lo hippie que suene me he dado cuenta que es así. Creo que hay algo de apatía en eso, son rasgos de la personalidad, pero desde que toque una guitarra por primera vez, sabía que podía aprender a tocarla fácilmente, sabía que si movía el dedo para un lado subía la nota y si lo movía para el otro bajaba. Con el aprendizaje de adolescente con los colegas músicos, te vas dado cuenta que puedes hacerlo. Decidido creo que nunca lo tuve, uno viene con el predestinado, no sé qué hubiera pasado si no hubiera nacido entre mis amigos.

Tengo muchos hermanos y si hubiera sido el más grande no sé qué hubiera pasado, pero realmente no lo decidí mucho, uno va encontrando su lugar y el gusto por hacerlo te lo va dando. Estoy muy agradecido de no tener que haberme imaginado mucho lo que iba hacer, llegué y lo hice. No estoy diciendo que sea fácil, pero cuando no tienes las dudas es más sencillo: las dudas es lo que al final te detiene.

Has tenido varios proyectos musicales: Tropiflaite, Yaia, CHC (Congregación de Hermanos Contemplativa). ¿Cómo se fue gestando Pedropiedra? ¿Qué te hizo generar tu propio espacio?
Bueno, asumir ese propio destino, al que yo… no es que me le estuviera escapando, pero estaba feliz en un rol de segundo plano, como haciendo que las cosas funcionaran, grabándolas, aprendiendo sobre la marcha. Todos esos grupos que tuve antes de Pedropiedra fueron unos aprendizajes. Estaba produciendo discos sin saber hacerlo, estaba grabando discos sin saber cómo hacerlo, todavía no lo sé muy bien, ja, ja, ja, pero ahora me consigo un ingeniero.

Siempre se necesita la ayuda de un ingeniero, uno tiene una percepción como músico, tienes una idea, pero siempre que llega alguien y te dice: quita aquí, pon acá y podría escucharse mejor, siempre ayuda.
Sí, ahora trabajé con un coproductor, cosa que nunca había hecho antes pues siempre había tenido como esta manía de controlar todas las cosas, pero he descubierto que colaborar con gente es lo más enriquecedor que le puede pasar a la música. Este disco es mucho más colaborativo.

En este disco Emanuel, colaboran Gepe, Jorge González de los prisiones, Álvaro Díaz de 31 minutos.
Sí. También está toda la banda con la que ensayamos y grabamos las canciones tocando juntos en el estudio.

¿Lo grabaron de una sola corrida?
No. La batería, el bajo, las guitarras y los teclados los grabamos todos juntos, hicimos tres tomas y esto redundó en un disco más crudo, suena como menos producido, más directo, se siente la banda tocando. Eso me gusta, me gusta probar cosas, ya por el hecho de nunca haberlo hecho antes me supone que tiene un valor; me gusta ir cambiando el modus operandi de las cosas.

Cierto, el disco se siente distinto a lo pasado, se escucha que se trabajó diferente.
Eso parece que no le ha gustado a mucha gente, pero creo que es el principal valor del disco. Creo que es un disco más maduro y mejor armado que los anteriores.

Tal vez este disco es el más digerible de todos los que has hecho como solista, si alguien quisiera entrarle a Pedropiedra creo que la recomendación seria este disco
Je, je, sí, yo haría lo mismo. Un ejemplo que he usado harto es: las letras del primer disco eran enormes, eran unos pergaminos gigantes y creo que eso hizo que la gente se enganchara, pero ahora en este disco tenemos, por ejemplo, “Granos de arena“, que es la que cante Gepe, que es una canción de 5 minutos, tiene un montón de música y muy poca letra.

“Granos de arena” es una canción potente, es una uno de los cortes del disco que más atrapa y las armonías vocales del inicio de la canción son hipnotizaste y pegajosas.
Esa es la canción que más me gusta del disco. Ese tipo de cosas nunca las había hecho, dejar que la música tome su vuelo, se me escape y ya no dependa de mí, como que uno está formando parte de algo intangible. Esa canción tiene mucho talento, está Gepe, Álvaro Díaz, Federico Danneman, que es el guitarrista que toca conmigo, que lamentablemente no pudo venir esta vez, y es él con quien armamos todo este andamiaje armónico que está en medio de la canción que va creciendo y se va sumando.

En este disco traté de ayudar a que la música sea , traté de no meterme tanto en medio, de eliminar el yo hablando de los problemas de mi papá, mi mamá, mi abuelita. Esos temas tienen una caducidad y no quiero repetirme a mí mismo ni competir conmigo.

El primer disco Pedropiedra es como una foto tuya, luego viene Cripta y vida que es toda esta parte existencial de Pedro.
Claro, pero Cripta y vida es como un disco más disparejo, como no muy bien pensado. Este nuevo disco tiene un hilo conductor más definido, fue hecho así a propósito y el primero (Pedropiedra) el hilo conductor era el yo, yo, yo, todo yo, todas o casi todas las canciones son el la primera persona del singular y hay que probar cosas nuevas. El movimiento es la supervivencia al final.

En Emanuel siento muy recurrente el tema de los viajes. ¿Qué fue lo que te impulsó a crear ese disco?
Bueno, sí hay mucho de eso. En estos últimos dos años, he estado viajando por todos lados, tanto con mi banda como con Gepe, que ya dejé porque ya no estaba dando abasto, y con Jorge González, donde soy baterista y también con 31 minutos. Entonces, tuve un verano donde toqué en todos lados.

¿Cómo haces para no perderte entre tanto proyecto?
Todo lo contrario, yo voy ahí a robar y absorber buenas energías de gente que admiro mucho, es como jugar a la pelota con Maradona ja,ja. Tocar con Jorge González, ¡uf! Cuando era adolescente, me pasaba todo el día escuchando a Los Prisioneros, entonces, pues tocar con él es grandioso.

En eso he estado estos últimos dos años y creo que eso se metió en Emanuel, también la idea de los viajes, la idea del paisaje mental, tratar de proponer en una canción puntos de partida para que la gente imagine cosas que son distintas en cada una. Unos primos míos escucharon el disco y cuando escucharon “Eclipse total” dijeron: “Claro, esa la hiciste por tu hijo”. Y eso me gusta, sentir que esa canción está hablándole a la gente de lo que ellos creen y si son capaces de interpretarla quiere decir que les está tocando una tecla y al final eso es de lo único que se trata. Tengo la suerte de tener un grupo de fans que, si bien no es muy grande, creo que sintonizan mucho con lo que dicen las canciones, como que sienten que pueden vibrar con ella y ése es un gran premio.

Este contacto con Gepe y la demás gente de tus proyectos, ¿cómo te ha afectado?
Soy bueno para mimetizarme con la gente. Si estoy mucho tiempo con un amigo, empiezo hablar igual, sé qué chistes le hacen reír y cuando decirlos; me puedo convertir fácilmente en un cómplice.

Entonces, estar viajando cuatro años con Gepe, luego con Jorge y con los de 31 minutos, con toda esta gente que es tan talentosa, yo creo que es imposible que no se filtre algo. He aprendido mucho de ellos. Sé ahora cómo montar un show, que es algo que tenía un poco de lado y que ahora me he preocupado más de hacer, aparte que ya tengo más música de donde elegir. La gente tan bacán me hace tener ganas de ser tan bacán como ellos y me impulsan hacer mejor. De lo que se trata es de inspirar a los demás, la gente que me inspira son mi familia y mis cercanos.

Entonces, ¿para esta gira de Emanuel nos tiene preparado algo en el escenario?
Ahora verán a un Pedro más activo. Ya he perdido el pánico escénico, que antes era una constante en mí y tocaba con los ojos cerrados. Ahora estoy aprendiendo a dominarme más y a entender que es natural y que hay gente arriba en el escenario y que lo que importa es dar un buen espectáculo, que la gente la pase bien y generar buenos momentos. No pretendo decir a la gente cómo vivir: estaría loco si pretendiera eso. Es sólo entretener.

Regresando al disco. ¿Dónde lo produjeron?
Éste es el primer disco que produzco completamente en Santiago: el primer disco lo grabe entero en México. La música del segundo disco la grabé aquí y las voces en Chile, porque tenía la música, pero no las letras. Por eso siento que es un disco más desarmado, porque se hizo primero la música y luego la letra. Está un poco más forzado, fue tan traumático esa vez que para este disco dije: “Lo grabamos todo junto y canción que no esté terminado no se graba”. Fue algo que aprendí de pensar que uno puede hacer todo bien a pesar de la inexperiencia y la verdad que hay un método, están las enseñanzas de la gente que vino antes, hay una manera de hacer las cosas y uno la va encontrando al final a base de ensayo y error.

Creo que sí se nota en el segundo disco, las letras se sienten más encajadas a fuerza
Sí, por supuesto, exacto, salvo “Occidental”, “Vacaciones en el más allá”, “Con razón” y “La cripta”, que fueron canciones hechas de una sola pieza. Pero, por ejemplo: “En esta mansión”, “Se fue, se fue, se fue” son canciones que tuvieron muchas letras antes porque también tuvieron muchas otras melodías antes; eso fue por tener la música grabada y después de mucho tiempo, con la posibilidad de hacerle alteraciones, se pierde el motivo, se le olvida a uno el sentido original de la canción, como que se borronea, se va diluyendo.

Entonces, Emanuel es un disco más integral, ¿cuánto tiempo te tardaste en grabarlo?
Sí está más pensado, las canciones están hechas en un tiempo más corto. “Pasajero” y “Carteles gigantes” las tocamos desde el año pasado y después las otras las hice este año, entre medio de los viajes, en las giras, estando en casa. Un poco antes de entrar al estudio tenía pedazos y los fui juntando, los fui armando, pero lo hice como en función de un disco que sabía cómo tenía que empezar. Esta vez trabajé con un productor que me decía: “No, esta canción, no”. En ese sentido fue una gozada hacerlo. El primer disco también la fue, porque lo hicimos súper rápido, las canciones también fueron hechas juntas, como tú decías, es una muy buena foto de un momento de mi vida súper importante.

Pedropiedra toca lugares comunes de la vida de un ser humano
Sí, exacto, pero como que por una vez está bien. Por ejemplo, vas a mi casa a comer y te muestro el álbum familiar, las fotos de yo cuando era chico y después vuelves a ir a comer a mi casa, no te puedo mostrar el mismo álbum de fotos porque ya hicimos eso, tenemos que hacer otra cosa como jugar play o ver una película

Comentaste que el primer disco lo grabas te aquí, ¿cuánto tiempo efectivo has estado en México?
¿Eh? Yo viví dos años acá cuando hice el disco Pedropiedra. El año antes y el año después de grabarlo y luego he venido tres o dos veces por año, mínimo. He estado dos veces en el Vive Latino. Como que siempre vengo a principio y a fin de año.

Hablando de que has venido muchas veces a México y que has vivido aquí, ¿qué es lo que te ha dejado México? A Pedro ya como persona no a Pedropiedra
Bueno, esta cuestión puede sonar medio falsa cuando lo dices en una entrevista que le estoy dando a un mexicano je,je,je.

La gente acá, creo, tiene una alegría por vivir aquí así, bueno, al menos de la gente que me ha tocado conocer acá. Hay un buen trato entre la gente, eso me gusta mucho. Creo que para vivir en una ciudad de estas características hay que estar de buenas o si no te mueres.

Me gusta mucho la comida de acá y siento que el público conecta y se expresa así, porque en el sur es más fría, más contemplativa. Si no hay nadie saltando al lado, como que nadie quiere ser el primero en saltar, y si todos están saltando en el fondo nadie quiere ser el que no está saltando. No quiero decirlo con una connotación mala porque yo soy de ahí, toda mi familia es de ahí y yo soy así también, tal vez porque allá hace más frío, no se…igual puede tener causas antropológicas.

Cuando vi la portada, leí el nombre y luego escuché el disco, no comprendí la relación entre el nombre, la portada y la música.
¿En serio? No, a ver, yo siempre sabía que quería que el disco tuviera un título con connotaciones místicas. Entonces, primero pasamos por “Pirámide”, después “Atalaya” haciendo referencias a las revistitas que dan los evangélicos, porque las letras tienen su misticismo, quería que el disco tuviera un poco de olor a incienso, ahora que pienso creo que “Incienso” hubiera sido un mejor título, pero, bueno.

A la par de que estaba haciendo el disco fui padre, y fueron terminados con un mes de diferencia. Estaba obsesionado con el nombre de Emanuel, yo quería ponerle así, pero nunca me pude poner de acuerdo con Carmen y como que el nombre quedó atrás y empezamos a barajar muchos otros nombres, al final nos quedamos con otro nombre. El de Emanuel desapareció de mi cabeza por mucho tiempo hasta que a dos semanas de tener que entregar el disco, porque teníamos las fechas acá, ya teníamos el lanzamiento pedido y todo. A dos semanas de entregarlo, no tenía el título, ni el nombre y no tenía los sonidos que ambientan el disco, tenía las canciones, no más. Faltaba eso que lo unifica todo. Tenía el pastel hecho, pero me faltaban las cositas de colores arriba que, si bien, no influyen mucho en el sabor, le dan el atractivo visual. Esos ruidos que integran el disco son ese atractivo musical que le faltaba al disco, los interludios, los relojitos, le cosas que le dan este olor a concepto que hablar de hacer un disco conceptual es súper pretencioso y un poco inútil

A dos semanas de no tener nada, el productor Álvaro Díaz me decía: “Ya vas a encontrar el título y la portada, tú tranquilo”. Cuando vi la imagen de este mago volvió a mí la palabra Emanuel, que significa Dios con nosotros. Para mí tiene esa mística y fue cuando me hizo clic como la idea de las canciones con este hipnotiza.

También es la primera vez que entrego un disco con fechas, que también es bueno tener una presión así, porque así tienes sólo una oportunidad y no puedes fallar

¿Ubicas a Kalimán?
Sí, ¡me lo mostraron hoy! La portada está muy Kalimán, que también hubiera sido un buen título, pero Emanuel me evoca muchas cosas. No sé el por qué, ésa es una palabra como distante y que se da para ensueños. No estaba pensando en Emmanuel, el de “La chica de humo“, del que soy súper fan, pero a mí, de hecho, me parece que tiene más que ver el título y la carátula de Emanuel con el disco que la portada de Cripta y vida con su música.

Emanuel fue más pensado, se nota que tiene un hilo conductor. ¿Qué te hizo hacerlo así?
Sí y tiene una curva. La principal influencia para hacerlo fue, escuchar discos completos en YouTube, escuchar cómo se construían los discos, porque antes se armaba un disco alrededor de una gran canción, como los Transformers cuando hacen uno más grande. Nunca había hecho eso. Y sí, pensamos en esta idea del álbum, porque el MP3 de ahora, que no lo veo como algo malo, ha dejado de lado esa idea.

Sí, el mp3 pareciera que pulverizó esa idea de álbum.
O un poco la puso en stand by, la puso a dormir por un tiempo y fue nuestra idea rescatar la idea del álbum y en ese sentido esta carátula me dice lo que pasa dentro del disco… ¿Es un poco antojadizo el nombre? ¡Sí! Pero es un nombre también elegido de manera artística, por así decirlo, aunque odio esa palabra porque me parece muy elitista, pero sí fue elegido artesanalmente hablando.

Dentro del disco hubo una canción que resalto entre todas, tiene justamente la carencia de lo que acabamos de platicar, carece de todos los adornos, es más directa, hablo de “Paraguas y máscaras”
Claro. Es una canción que podría haber ido mejor en el primer disco, es como una confesión y con ella llega el momento del disco en que yo, vengo acá y les cuento quién soy y me voy de nuevo. La gracias que tiene esa canción es que es una formalmente estándar con su parte A, B, coro, A, B, coro y está grabada en una sola toma y no tiene nada de post producción. Esa es como la vuelta, una canción perfectamente construida y horriblemente grabada o rudimentariamente grabada. Dentro de todos los sonidos que hay es el momento de descanso del disco. A mucha gente le ha llamado la atención por su desnudes sobre todo.

Exacto. Eso es lo que llama más la atención, porque remite a los primeros discos. Tu disco empieza con el instrumental Emanuel y después dejas caer todos los adornos con “Eclipse total” y, ¡wow! Se nos presenta un Pedropiedra diferente, pero que conserva su estilo, definitivamente es un disco más fácil de escuchar.
Este disco es como de gusto adquirido, como que a la segunda o tercera vuelta escuchas cosas que lo hacen más valioso. Me parece que ninguno de los discos que he hecho son discos fáciles, requieren cierto esfuerzo, pero estoy desenredándome cada vez más para que la música sea más simple y más simple, porque en la simpleza esta la belleza. Para mí el sentido de crear cosas es buscar la belleza, es como el motivo de crear cosas de la nada. Me parece que es más pretencioso hacer cosas enredadas que hacer cosas simples, no… es más enredado hacer cosas enredadas.