Minus The Bear
Reyno
Por C. Hadad (@HadadDosDos) /// Fotos Iván Castillo @ivanovobeach
Existen géneros musicales que llegan a ser muy repetitivos como lo es el Rock. A pesar de que surgen nuevos grupos muchos no logran sonar distinto a los que se ha hecho, pero es algo que no importa ya que en el mundo existen tantos oídos que aunque escuchen a un grupo que es similar a otro no se llegan a monopolizar. El pasado 2 de agosto regresó a nuestro país los originarios de EU, Minus The Bear, quienes dieron un concierto muy emotivo al tener una sorpresa casi infantil por el recibimiento que tuvieron.
El Plaza Condesa es de los pocos foros (o si no de los únicos) en comenzar sus conciertos de manera puntual y, cuando se trata del grupo telonero, comienza poco antes de la hora marcada. Así fue como salieron tres individuos los cuales respondían al nombre de Reyno, quienes de manera tímida y ante poca audiencia tomaron sus instrumentos y comenzaron a crear sonidos que, sumados a la increíble acústica del foro, sorprendieron a los presentes con el feeling que tienen sus canciones. Tal vez no presenciaban a un gran grupo, pero pocas veces alguien te sorprende desde el primer instante. Lo único que se le podría criticar a Reyno serían sus letras románticas, pero bueno, hay para todos los gustos.
Después de un buen acto telonero no tardaron mucho en arribar al escenario los integrantes de Minus The Bear quienes colocaron sus propios instrumentos sólo con la ayuda de un miembro del staff. Una vez preparados y con un poco más de público comenzaron con un tema nuevo, “Steel and Blood”, y como es de esperarse la emoción evocada era más por presenciar al grupo que por la canción. Al terminar sólo se dio un pequeño agradecimiento para no parar de tocar y comenzar la secuencia de “My Time” que fue reconocida y celebrada de inmediato lo que provocó una sonrisa en Dave (guitarra) y Cory (bajista), ya que a pesar de no ser una audiencia tan numerosa coreaban muy alto, provocando que los músicos se sintieran más cómodos en el escenario lo que dejó entrever la buena relación que tienen entre ellos, como cuando Dave al encontrarse a un lado de Alex (teclados) lo pateo por atrás amistosamente.
Conforme fue avanzando la presentación la tensión provocada por los nervios de volver a ver a un grupo que no te visitaba desde hace cuatro años (y viceversa) fue disminuyendo, al grado de que de nueva cuenta Dave y Alex llamaron la atención en “Into the Mirror” al pedir que las manos se alzaran pero de una forma graciosa mientras los demás permanecían normales demostrando quienes tienen mejor humor en la banda.
“Ustedes son jodidamente increíbles” afirmó Jake (voz y guitarra) después de que la gente transmitiera una buena energía al grupo quienes se notaban que estaban disfrutando del concierto y se arrepintieron de haber tardado tanto en regresar: “Nos gustaría regresar de nuevo, ¿ustedes quieren que regresemos pronto?” pregunta Jake el cual tiene una respuesta positiva a lo que posteriormente agregó Alex: “La primera vez que vinimos fue en el 2010 en el festival Corona Capital, nos tomó así de tanto regresar, gracias por esto”, esto sólo dejó entrever que habían olvidado lo que era tocar en nuestro país y no sorprendería que regresaran pronto. Esto encamino a “Drilling” la canción que dio paso al encore.
Las dos últimas canciones que interpretaron fueron el cierre perfecto, pero toda la atención se la llevó la última, “Pachuca Sunrise”, que en cuanto se escuchó la guitarra que le da la introducción se erizaba la piel y los sentimientos podrían desbordarse en lágrimas por tan emotivo tema. Esto fue triste y bueno a la vez, al ser la canción que marcaría la espera del regreso de un grupo que de nuevamente no olvidará México.
