Por @le_fraktal
Fotos Toni Francois
Estación Indianilla nos recibió en el cierre de actividades del Festival Bestia con complejos murales hechos con gis sobre pizarrones con mensajes sobre el hecho que ha conmovido a México durante las últimas semanas: calaveras y llamas como ejemplo de lo siniestro que nos rodea, un logotipo de la normal de Ayotzinapa como homenaje a los que nos hacen falta.
(SIC), proyecto mexicano comenzó a improvisar y a dañar los tímpanos, nos esperaba más daño con Monogatari y su energético set , enmascarados que se infiltran a la psique y causan daños e impresiones, proyecto local que sigue avanzando y causando destrozos gracias a acompañar a grandes bandas que vienen de visita y a su gran ejecución en pro del ruido.
The Ex comenzó su primera presentación en México con “Double Order” y los escépticos aplaudieron con entusiasmo al final, porque tal vez no esperaban tal ejecución, tal profesionalismo a la hora de coordinar cada instrumento, más de 30 años de crear un sonido que provoca bailar, alzar los brazos, relajar la cabeza y dejarse llevar.
Escondida detrás de la batería, Katherina Bornefeld llevaba el ritmo de esta máquina, tomó el micrófono en “Top Of My Lungs” y dio unas palabras de apoyo ante la triste situación que se vive en el país, ofreció su empatía y comenzó a llevar el ritmo con pequeñas maracas en sus manos. “Four Million Tulip Bulbs” fue la salida en falso, porque ante todo el talento que hizo movernos y cada canción que nos llenaba de buenos recuerdos, había que pedir otra oportunidad para disfrutar. “Theme from Konono No. 2” fue la despedida definitiva.
Aún sudorosos y con cerveza en mano, los integrantes de la banda salieron a vender sus discos, a firmarlos y a convivir con los viejos y nuevos fans que se acercaban. Y mientras la gente departía se apagaron las luces y terminó el silencio, golpes en la batería como preludio a lo que vendría, “A Sun That Never Sets”, la oscuridad escondiendo a los entes que integran Neurosis, el lento ardor de esa voz que dictaba frases, los zarpazos a las cuerdas de las guitarras, los decibeles hirientes.
“Locust Star” del aclamado material Through Silver in Blood llamó a los fans a centrarse en ese furioso sonido, el lento y amargo headbanging, los oídos que resistían el embate del ensamble siniestro. Algo más reciente con “At The Well”, la voz rasposa y decadente rezando las frases iniciales: This is no soil to forgive.
“The Tide” para ahogarnos en su desoladora atmósfera, “Bleeding The Pigs” para humanizarnos, “The Doorway” para azotarnos contra el suelo, y el gran final con las campanas dolientes de “Stones From The Sky”, el rito de iniciación para algunos, la espera por ver a esta banda para otros llegaba a su fin.
Complacidos y sordos tomamos caminos diferentes con el recuerdo de una gran noche, y el hecho de que Bestia Festival sigue dominando, mordiendo y creciendo como un festival diferente que se atreve a proponer, a traer bandas que nunca esperabas ver y a lograr que esperemos por el próximo año con ansias de más experiencias gratificantes como aquella noche.
Pingback: Festival Bestia/Aural: Godflesh + Cleric + Simulacrum - Me hace ruido