Reseña: Guadalupe Plata /// Guadalupe Plata 2015

Guadalupe Plata
Guadalupe Plata 2015
Evelarsting Records / Terrícolas Imbéciles
8.5

Que alguien nos saque el diablo
Por: Alejandro Ramírez @le_fraktal

Se avecina una “Tormenta”, una nube de arena difumina el paisaje, a lo lejos se escucha el rumor de los relámpagos, el panorama afecta nuestros ojos entreabiertos, suena Guadalupe Plata porque la vida es dolorosa y el Blues, aunque no hayamos nacido a la orilla del delta del Mississippi, ha llegado hasta nosotros para ambientar nuestra desgracia.

Pero esas uñas en las cuerdas de la guitarra también sirven para aferrarnos a la vida que a veces “Huele a rata”, y apesta que nos quedemos con los brazos cruzados cuando hay tanto que hacer, es por eso que el swing de este oscuro himno provoca que sigan las afrentas contra todo lo que nos provoca asco. Y luego una rumba diabólica para relatar un asesinato en la “Calle 24”, rimas siniestras porque no todo es color de rosa.

“Hoy como perro”, y mañana también porque somos pateados y andamos hambrientos de música como esta que nos inyecta energía y nos hace querer bailar como en aquellos tiempos del Bebop furioso y la sed por bourbon, sudar y rabiar, pisar el sombrero que hace que parezcamos gente normal, aflojar la corbata que a veces nos ahorca, un viaje en el tiempo entre acordes y locuras.

“Serpientes negras” del desierto al cual no queremos volver pero que nos ha forjado, al “Filo de la navaja” vivimos y este ritmo de nuevo nos atrapa, marcamos el tiempo, emulamos el trémolo con nuestro tembloroso movimiento, nos alienta el sonido viejo de tiempos mejores, del Jazz lapidado, el sucio temple de un amplificador, el bajo en taquicardia, más ritmo para que los “Mecha corta” que nadan en billetes se den cuenta de que en el pasado se reaviva el futuro.

“Agua turbia” para lavar nuestros rostros, refrescar la memoria, y apreciar el talento musical de estos tres oriundos de una de las tierras más viejas de Europa y protegida por cerros. Descomunales homenajes al blues y los antaños ritos de hacer historias con arpegios y tambores batientes, lentos o difusos por parte de estos granadinos.

“Hueso de gato negro” como suerte de brujería, como aquellos collares de vertebras humanas que protegían a los macabros y celebres llamados narcosatánicos que en 1989 fueron noticia y morbo entre los mexicanos, sin compasión terminan los malos, pero esta música es bastante buena. “El paso del gato” para movernos en nuestros escritorios mientras hacemos relatos, “Tengo el diablo en el cuerpo” como el manifiesto de este material, así es, un ente extraño tomó posesión de nuestros cuerpos, y parece que no va a salir mientras siga sonando Guadalupe Plata en plena Semana Santa.

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