Los Rusos Hijos de Puta
La Rabia Que Sentimos Es El amor Que Nos Quitan
Rock & Reggae Ediciones S.A.
Por Alejandro Ramírez @le_fraktal
Hijos de puta que gritan en tu cara
¿Quién quiere ir a trabajar en estos tiempos donde subsistir es como una pelea de perros por un hueso? Empujar por espacio en el transporte público o acelerar para ganar el lugar en el estacionamiento, hacer filas para todo, ver cómo crece esa “Snowball” de gente que un día te va a aplastar, que te va a dejar esa sensación de sangre en las encías como el primer golpe de La Rabia que Sentimos es el Amor que nos Quitan, y de hecho no es lo único que nos han arrebatado.
Los Rusos Hijos de Puta están de vuelta para alentarte y ponerte de buenas con “Halloween” y la voz de Luludot Viento que sacude tu cabeza hacia su pecho jalando tu cabello, luego te avienta de nuevo al baile frenético de todos los días, corre que ahí viene “La Federal” a quitarte tu dinero o cubrir su cuota de capturas, “Indiana” nos espera, no tenemos otro lugar a donde ir y pertenecemos a territorios donde podemos sentirnos libres.
Parece que la primavera no ha llegado a la Ciudad de México que se ahoga en lluvias, pero este disco es un rayo de fresco sol necesario para volverse “Fan” de estos herederos argentinos de nuevas glorias que con sintetizadores, guitarras provocativas y esas voces que inquietas como un puñado de larvas se elevan en mariposas. “Cráneo” y sus difusos vaivenes, piezas lentas y cortas pero contundentes, como debe ser el olvidado arte de la música pasional y entrañable.
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“Luna” es un vals para los desamparados, aquellos que en la madrugada vuelven solos y tambaleantes de alcohol a casa caminando después de una fiesta donde buscaban no dormir de nuevo abrazando la almohada. Tonos sombríos para acompañar experiencias y abandonos, la pieza más larga y notable de este disco que pone en alto el nombre de estos bastardos que en su sencillez encuentran la alta causa de su catarsis: vive, sufre, sana, demuestra, resiste.
“Nada” para desempolvarnos, esa energía pura para tocar, que los instrumentos hablen, “Bien Bien Bien”, una reversión al tema “Well Well Well” del álbum debut de Lennon al lado de Plastic Ono Band, es la marcha ruda para encarar a los que nos observan de mala manera, que digan lo que quieran, balbuceamos si queremos porque así nos entendemos, y si gritamos, es para que nos distingan a lo lejos. “Los Pibe” para hacerse moretones entre otra gente que como tú necesita de esta música acelerada y alejada de la misma escena llena de mierda y aburrición, los que dicen que hacen y después no hacen que se hagan a un lado.
“Hambre” es lo que tiene este cuarteto y se comieron nuestros cerebros con esta genial placa, la segunda en su haber y andar frenético, esperemos que no se hayan saciado y que siga el roer de los huesos y el reventar de los amplificadores.