I said, ‘Let’s go out and have some fun’:
35 años de Low-Life de New Order
Por Ernesto Acosta Sandoval @erniesandoval_
Decir que Low-Life es una de las obras maestras de New Order y del Rock de los ochentas es primero, caer en un lugar común y luego, dejarlo muy por debajo de donde en realidad merece estar. Por otro lado, también es difícil hablar del sonido que New Order estaba manejando en 1985 y sobretodo, a dónde quería llegar con él. Ya no era Punk, ni Post Punk, ya tenían superada su encarnación anterior. Low-Life estaba más cerca de los Pet Shop Boys y de Orchestral Manoeuvers in the Dark y de todo lo que para entonces ya estaban llamando Synth Pop, Dance Rock, Dance Punk, New Wave, etcétera. Y aun así sonaba disonante a lo que tocaban los grupos encasillados en esas corrientes. Hay familiaridad en los acordes de “The Perfect Kiss” y en sus percusiones medio latinas. New Order, desde que eran Joy Division, nunca le jugaron a la segura. Low-Life no tiene nada que ver con Power, Corruption & Lies de apenas dos años antes, y aunque tiene puntos en común con Brotherhood (1986) y Technique (1989) tampoco son tantos.
La siempre peculiar voz de Bernard Sumner, indiscutiblemente, está en su mejor momento aquí y todos los instrumentos, secuencias y samplers que orbitan a su alrededor sólo hacen la combinación más y más efectiva. Desde que el LP arranca con esos dos tarolazos al inicio de “Love Vigilantes”, sabes que el grupo te va a acribillar y dejar tirado en el suelo pidiendo más. Incluso se les perdona la sospechosa similitud a The Cure (circa 1980-1983) en “Sunrise” porque vuelven propio el estilo de Robert Smith. Y eso es sólo el lado A.
Al darle la vuelta al vinilo, nos recibe “Elegia”, un extrañísimo intermedio que suena a cualquiera de los momentos más oscuros de la trilogía de Berlín de Bowie y un poco a algunos momentos de Closer, de su anterior encarnación, por lo que también parece decir: “Seguimos siendo los mismos, no se preocupen, no nos hemos ido a ningún lado”. Estamos, por lo pronto, en tierra segura. En “Sooner Than You Think” y “Sub-Culture”, el grupo nos lleva de la mano a este nuevo camino sónico que están recorriendo y dejan clarísimo que no tienen miedo a nada que se les pueda poner enfrente, especialmente en la segunda, quizá la canción más orientada a las pistas de baile de las ocho que incluye Low-Life. Para cerrar en una nota altísima, “Face Up”. Aquí está el New Order que terminaría por conquistar y lograr lo que llevaban años queriendo lograr durante lo que quedaba de la década. “Face Up” adelanta el reloj a lo que soltarían en la actualización a “Temptation” de 1987, a “Blue Monday” y a tantas canciones que siguieron y a ese sonido tan único y tan de ellos.
Low-Life, a 30 años, se sostiene como una de esas raras obras en las que no hay material de sobra, en las que cada uno de sus exactos cuarenta minutos, y cada uno de sus acordes y notas, significan algo y están a la búsqueda de volverse algo memorable. Low-Life es de esos álbumes que cierran una puerta y abren otra sin temor en absoluto ni en dejar algo atrás, ni en lo que encontrarán del otro lado.
Pingback: Reseña: New Order /// Music Complete - Me hace ruido