The Jesus and Mary Chain
Por Luis Arce @lsfarce
Fotos Roja (Claudia Ochoa)
No puedo olvidar la primera vez que uno de mis buenos amigos de la preparatoria me habló sobre Jesus and Mary Chain. «Creo que nunca me he aprendido una letra, pero cada riff y cada juego de acordes se me quedó pegado», dijo. O no lo dijo, o quizá lo dijo de una forma menos contundente, ofuscada por el nubarrón de sensaciones de la adolescencia. El punto es que mi amigo sí atinó a decir algo que con el tiempo no ha cambiado: Jesus and Mary Chain podrá no ser la banda que mejor ejecuta lo que conocemos como lyrics, pero probablemente cada persona que escucha su música siente un irremediable deseo por tocar una guitarra.
Si el efecto descrito arriba ocurre durante la escucha de PsychoCandy, la guitarra será, casi por obligación, acompañada de una buena selección de pedales destinados a cambiar la percepción de lo que se entiende por sonido de guitarra. En el Rock de finales de los ochentas y comienzo de los noventas, hay tres nombres que lograron subvertir el supuesto sobre cómo debe sonar una guitarra: Kevin Shields, Robin Guthrie y William Reid; guitarristas principales de las tres fuerzas más influyentes y de mayor calidad que hayan visto aquellos años: My Bloody Valentine, Cocteau Twins y, claro, The Jesus and Mary Chain.
Hay bandas que contienen en sí mismas el milagro de renovar la inquietud que durante 50 años ha motivado al Rock. Esa estupidez vibrante que consiste en tomar una guitarra y no saber exactamente que se está haciendo con ella. William Reid es esa clase de fuerza, esa clase de personaje que durante la interpretación prefiere alejarse de cualquier convencionalidad y brutalizar el sonido de la guitarra hasta arrollar lo que el escucha entiende por composición –sobra decir que Guthrie y Shields van todavía más lejos, pero ése es otro boleto y otro concierto del que no hablaremos ahora.
Reid es una fuerza imparable, un sonido que corroe y entra con la potencia de un taladro, pero –y he aquí el truco que define a esta banda de East Kilbride, Escocia– también es un músico cuyas melodías y progresiones de acordes están más en el territorio de los Beach Boys que en el de Glenn Branca. Reid concreta en su figura gran parte de la libertad creativa que el rock tuvo durante la segunda mitad del siglo XX. Es lo que en fútbol podría denominarse como jugador de toda la cancha. Y lo demuestra, la presentación que The Jesus and Mary Chain ofreció anoche en el Auditorio BlackBerry fue todo potencia, contundencia y alto octanaje shoegazer.
Dicha contundencia no quedó solamente en la interpretación. Jim Reid anunció el plan de acción antes de comenzar el concierto: habría un pequeño set de seis o siete canciones extraídas de materiales posteriores a la salida de PsychoCandy seguido la interpretación en plenitud de este último. Y así fue, y no hubo sorpresas. Es como saber que vas a pelear contra un tipo que puede derrumbarte con un solo golpe. Y así fue, nuevamente. The Jesus and Mary Chain atropelló las expectativas, derrumbó casi cualquier prejuicio que pudiera haberse gestado tras una presentación no muy afortunada en el Vive Cuervo durante 2008 y logró una tarea casi imposible, callar al público mexicano sin restarle exaltación a los espectadores.
Basta verlos sobre el escenario, lo controlan con la madurez que sólo 20 años de meditación pueden darte, pero con la sinceridad y atrevimiento de un grupo de cuatro adolescente a los que les importa un carajo lo que opinen de ellos. ¿Por qué? Simple: The Jesus and Mary Chain es una banda de pura potencia, una banda que posee un sonido pesado y a la vez ágil y melódico. The Jesus and Mary Chain es una de las contradicciones más afortunadas del Rock, y por lo mismo uno de los eventos más relevantes que hayan pasado en nuestro país en mucho tiempo.
Setlist
April Skies
Head On
Some Candy Talking
Psychocandy
Up Too High
Reverence
Upside Down
–
Just Like Honey
The Living End
Taste the Floor
The Hardest Walk
Cut Dead
In a Hole
Taste of Cindy
Never Understand
Inside Me
Sowing Seeds
My Little Underground
You Trip Me Up
Something’s Wrong
It’s So Hard
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