Apocalipsis
Dimensión Maldita
Concreto Records
9.0
Por Alejandro Ramírez @le_fraktal
“En lo sagrado está el enemigo”, bajo la sotana se ocultan las garras de los corruptos, en los niños se esconden las bombas, en nombre de la fe también corre la sangre, destrucción igual a conmoción, música igual a desfogue, Apocalipsis como alta causa de la pesadumbre y agresión sonora que nos falta en el panorama musical actual. El constante ataque a las cuerdas, percusiones precisas, el bajo marcando la marcha, y es apenas el comienzo de la segunda mordida auditiva de esta bestia de tres cabezas.
“Kali Yuga” fue la primera prueba de la desolación que dejan pequeños arpegios, cortadas que provoca el estallar de un cristal, el lento pesar de la distorsión, el ondular devaneo entre el metal y el sludge, todo lo que se conjuga y conjura en pro de musicalizar todo lo que está mal. “El imperio de la cruz” y de nuevo esa aparente calma, encender la mecha es encontrarse fielmente, primero con sus respectivos instrumentos, y después encendiendo el caos como conjunto, porque hasta los bulldozers requieren precisión quirúrgica para funcionar correctamente.
“Dios Loco” y el bajo donde radica la falta de cordura, los impactos precisos entre la guitarra y la batería que nunca suena cuadrada, todo lo contrario, las percusiones como artillería de diferentes calibres atacando el ritmo, quién necesita voces cuando con la música lo dices todo. “Cordón de plata” que sofoca la poesía barata y destruye las guitarras que se usan como indican las buenas costumbres, porque Apocalipsis rinde honor a su nombre y condición en cada tema, en cada acorde, en cada cambio de ritmo y aplicación siniestra de lo instrumental.
De Pelican a Gorguts, de Mastodon a Culted, de sus propias influencias a lo que creemos conocer, de lo que sienten a lo que queremos escuchar, de lo que se esconde en pequeños escenarios y que gracias a su ansia destructiva viaja desde la tarima de La Quiñonera en Barrio de la Candelaria, hasta el escenario del Antitrend Open Air Festival en Brno, República Checa arrasando todo a su paso.
“Constelación podrida” como nuestro panorama y el delay de la guitarra atrofiante, una “Distopía” es lo que nos guía pero música como esta nos alienta a enfrentarla, al demonio el nuevo orden incluso en lo musical, porque no todo es felicidad, también del mal debemos inspirarnos. “Anti-Nación” en lo que nos hemos convertido, y que enormes discos como este nos inspiren a defendernos.