And the world below doesn’t matter much to me:
45 años de Lola Verus Powerman And The Moneygoround de The Kinks
Por Ernesto Acosta Sandoval @erniesandoval_
Los años entre 1964 y 1969 fueron agridulces para Ray Davies. Intentaron poner a The Kinks en el mismo cajón que a los Rolling Stones y The Who, primero, y después, el propio grupo intentó dar un giro hacia un pop más ligero, más beatlesco. Tuvieron un éxito moderado: “You Really Got Me” y “All Day And All Of The Night” son únicas e irrepetibles, pero nunca explotaron del todo. Los vetaron de Estados Unidos por agarrarse a golpes entre ellos en el escenario. Para finales de la década, Davies, cuya mente iba rápido pero no lo suficiente, se fue por el lado de las óperas rock y los discos conceptuales: The Kinks Are The Village Green Preservation Society y Arthur Or The Decline And Fall Of The British Empire se adelantaron unos meses a lo que The Who estaría haciendo por esos años. Por supuesto, los resultados comerciales no fueron lo que se esperaba. El contenido de los álbumes que lanzaron en esos años era fantástico y muestra a un músico en la cima de sus facultades mentales y creativas, pero la justicia no siempre estuvo de su lado.
Lola Versus Powerman And The Moneygoround Part One fue el resultado lógico a años de fracasos y sinsabores. Es el escupitajo de Ray Davies en la cara de una industria que optó por ignorarlo. Si se dice que “You Really Got Me” antecede musicalmente a la furia del Punk, Lola…, como álbum, sienta todos los precedentes para la actitud. Davies no deja títere con cabeza en prácticamente ninguna de las canciones que componen al LP. Hay ataques a los colectivos de escritores de canciones (“Denmark Street”), a los sindicatos de músicos (“Get Back In Line”), a la prensa musical (“Top Of The Pops”), a los magnates de la industria (“The Moneygoround” y “Powerman”), y ya encarrerado, ¿por qué no?, se lanza contra la humanidad toda (“Lola” y “Apeman”). Por el lado de la ejecución, parece que Davies les dijo a sus compañeros de grupo: “Toquen con todos los huevos del mundo”. La batería de Mick Avory nunca sonó tan certera y tan fuerte, los riffs de Dave Davies regresan a una creatividad e ingenio que no se veían desde los primeros días de la banda (“This Time Tomorrow” quizá no sonaría igual si no fuera por esos ataques que le mete), pero sobre todo la voz de Ray. Hay un tono de burla en muchas de las canciones, aunque nunca se le quita un aire de desesperación y de absoluto enojo, incluso en lo más melancólico del álbum (“A Long Way From Home”).
Lola Verus Powerman And The Moneygoround es como un último esfuerzo por congraciarse, con la crítica, con el público, pero sin perder un ápice de dignidad. The Kinks nunca pierden su estilo en ningún momento y sólo lo reafirman y lo proyectan, aunque quizá ya ni siquiera estaban pensando en el futuro. Lola… es un álbum que exige un muy particular estado de ánimo de parte de quien lo escucha. Es misántropo, pero divertido. Sirve para pensar en todos los errores que se han cometido, pero no para condenarse ni para regodearnos en nuestra tristeza. Y vaya que Ray Davies tenía motivos para sentirse devastado y miserable. Por fortuna, su catarsis es una absoluta obra maestra.
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