Walking back to you is the hardest thing that I can do:
35 años de Psychocandy de The Jesus And Mary Chain
Por Ernesto Acosta Sandoval @erniesandoval_
Canaliza toda tu furia adolescente en kilos de distorsión, baterías sepultadas por las guitarras, una voz que parece estar masticando goma de mascar mezclada con tachuelas, melodías Pop sacadas directo de los sesenta y ni así estarías cerca de definir Psychocandy de The Jesus & Mary Chain. El debut de los hermanos Reid siempre aparece en listas de lo mejor de los ochentas, lo mejor del Rock Alternativo, lo mejor del Post Punk, lo mejor de todos los tiempos, pero ni siquiera eso le hace justicia a las 14 canciones que contiene. Psychocandy es el sonido de una banda que no tiene idea de lo que está haciendo y es lo que lo hace grandioso.
Hay una inocencia palpable que escurre por las bocinas desde el momento en el que la aguja cae sobre “Just Like Honey”. Son dos hermanos queriendo hacer Rock and Roll desde su momento histórico. Es su manera de interpretarlo. Es la imposible fusión entre The Velvet Underground, las Ronettes y todo el Wall of Sound de Phil Spector.
Sonoris Causa /// The Jesus And Mary Chain
Es el statement absoluto sin florituras y sin andarse sin rodeos: “Esto es lo que somos y de aquí para adelante”, aunque nunca volvieran a sonar igual. Es salirse del momento histórico en el que están parados y voltear la vista hacia algo que les hubiera gustado vivir y experimentar y queda claro en canciones como “Never Understand”, “Inside Me” y “Taste of Cindy”. Es agarrar a la audiencia desprevenida y tomarla por la garganta, sacudirla y sacarla de su zona de confort.
En 1985, absolutamente nada sonaba a The Jesus And Mary Chain, y, ciertamente, menos aun a Psychocandy. Stephen Merritt de los Magnetic Fields ha llegado a decir que éste fue el último momento en el que la música Pop generó algo en verdad nuevo. No sé qué tan cierta pueda ser una aseveración tan absoluta, pero Psychocandy es la razón por la que la música Pop existe: para recordarnos que siempre va a haber un par de adolescentes queriéndose salir de la norma para volarnos la cabeza y reventarnos los tímpanos. Yo siempre estaré dispuesto a eso.
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