Por moonman
Fotos Marino Cigüenza y Víctor Garrido
La relación entre la ficción y lo real es una relación codependiente. Mientras una transcurre sin problema alguno, llega la otra para entrometerse y cambiarlo todo por completo. Así es la naturaleza de la vida, sino todo sería plano y aburrido. Justo estos movimientos, que a veces son tormentosos y violentos así como relajados o imperceptibles, fueron los que afectaron Lo Nuestro, la última producción de Christina Rosenvinge.
Su intimidad, en donde se tejen historias personales, fueron ultrajadas con una dura realidad económica y social que ha puesto a España a prueba contra sí misma. De ahí que todas las intimidades, sin que muchos lo supieran, cobraran una dirección simultánea, creando un nuestro en vez de un yo.
Siento que las canciones de este disco en particular, por la situación mundial te pedía a gritos que fuera retratado
No fue intencional. España pasaba en el momento que compuse el disco, alrededor de 2013, una crisis muy fuerte y los problemas personales quedaron de lado, mas bien, vi que la gente estaba pasando el mismo proceso derivado de problemas en el sistema y comencé a pensar la relación con eso. De ahí viene el título: Lo Nuestro, aunque muchos pensarían de que hablaba de una relación personal, habla de algo más amplio: como ciudadano o como mujeres. Es un planteamiento sobre dónde estamos y qué hacemos.
¿Cuál canción fue la que te requirió más investigación, en el sentido de que tiene más referencias para crear una canción más compleja?
Todas las canciones están escritas así, incluso las que parecen más sencillas casi siempre tienen una documentación por detrás. Por ejemplo “La tejedora” es una canción feminista pero no clásica, en el sentido de que está inspirada en una escultura en forma de una araña que se convierte en una analogía de la maternidad sacrificada.
Hay otras canciones como “Pobre Nicolás”, que habla sobre el inventor de la corriente alterna Nikola Tesla, que era una figura casi desconocida. Casualmente en España se hizo una exposición de él y me pidieron la canción para incluirla. Leí mucho de él y me sorprendió que fue un personaje incomprendido por la historia porque no supo sacar partido político y sacar provecho al mundo mercantilista. Ahí se vinculaba de nuevo a la realidad de la crisis. Todas las canciones me llevaban a lo mismo de sitios distintos. Todas hablan del sistema fracasado y de un futuro oscuro e incierto.
Aparte de la crisis económica y social, hay una comprensión muy distinta por las nuevas generaciones de la realidad, ¿cómo crees que tus canciones le estén llegando a estas personas?
Creo que no se debe de dividir a la gente en sexos, tampoco se debe de hacerlo con las generaciones porque es algo muy abierto. Yo no me sentía identificada con mi generación porque no compartía los puntos de vista y los valores. Siempre he tenido la sensación libre, por lo que en ese sentido siento que encuentras gente afín.
Las generaciones se crean cuando la gente es cerrada y defensiva. Yo oigo a gente de mi generación hablando en un tono que me recuerda a mis padres, en el sentido de que es negativo por no comprenderlo. Para mi no me resulta extraño la manera de pensar de las nuevas generaciones. Tienen aspectos positivos por falta de ingenuidad porque es más crítica y menos crédula.
Viviendo en una era digital, hay pocas personas que siguen apostándole a las versiones físicas, incluso se han vuleto un fetiche. En el caso de Lo Nuestro hay mucho esmero por crear un concepto visual
Vivo entre la nostalgia y vanguardia tecnológica. El chiste es probar y ver si sirve de algo. Cuando escucho música en casa prefiero hacerlo en vinilo porque es un sonido más lleno y amplio y me da la sensación de escuchar lo que de verdad se ha grabado, a comparación de escucharlo en forma digital, lo cual se me hace como ver una película en una pantalla de avión: sabes de qué va pero no has visto el trabajo en profundidad. Es importante ver las dos cosas.
Otra cosa importante es leer las letras y los créditos para saber quién hizo la obra porque amplifica la experiencia. Las ilustraciones fuero hechas por Paula Bonet que me pidió que le presentara un disco suyo porque era fan mía, por lo que le pedí que trabajara en mi disco. Aparte crea un nexo extra con la música.
¿Qué tanto crees que el disco ha ido madurando hasta ahora?
Cuando las canciones se graban son muy jóvenes. Están recién hechas y no han llegado a su crecimiento total por lo que les falta contundencia. En vivo ganan muchísimo y se vuelven más dramáticas o frágiles y ganan mucho en parte porque se exagera más su espíritu. Las canciones son cosas vivas, por lo que en el disco son sólo una foto pero muchas veces la canción no vuelve a sonar igual.
¿Hubo muchas canciones que quedaron fuera de este disco?
Sí, cuando escribo un disco entro en un periodo obsesivo de escribir mucho y algunas melodías quedan a medias. De lo que se queda o se olvida o quedan en pausa. Es necesario para poder seleccionar después. Cuando era una principiante grababa todo lo que se me ocurría, porque pensaba que todas las ideas que se me ocurrían debían de acomodarse, ahora soy más selectiva porque si no sirve, lo mejor es mejor desecharlo.
¿Cuáles elementos están componiendo tu gira actual?
Respecto a otras giras, antes tocaba sonidos clásicos como el piano y ahora me metí de lleno a los sintetizadores. Por lo que la banda es semi-electrónica. Es una manera de añadir contundencias a ciertos momentos. Para la fecha de México vamos con la banda completa.
Christina Rosenvinge se presentará el 5 de marzo en el Foro Indie Rocks!
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