Por Diego Álvarez Rex
Fotos cortesía Feli Gutiérrez
No dejará nunca de darnos un enorme gusto y orgullo ver iniciativas que aún hacen real esfuerzo de conectar a los escenarios mexicanos con lo que sucede en el centro y sur del continente ya que, si bien los festivales principales parecen haber perdido la dirección y el interés con la música de América Latina, cada vez surge más la consciencia en otros como NRMAL o Festival Marvin, así como el interés de festivales foráneos como Fest by Contrapedal, Rock al Parque o Festival Neutral que han visitado México exitosamente, y por supuesto la necesidad de aventuras en la ciudad totalmente nuevas como Latinoamérica 360 y ahora Festivalatina en El Plaza Condesa.
Pequeño pero ambicioso evento resultado de un trabajo en conjunto de los sellos Intolerancia y Contrapedal, además de la promotora OCESA, el poco tiempo de su anuncio y lo que a simple vista parecería un cartel poco atractivo por tratarse de artistas locales que por sí solos no llenarían foros más grandes a pequeños bares o teatritos, la asistencia no fue para nada mala y a lo largo de los cuatro derroches de talento liderados por una voz femenina, el pequeño festival logró volverse una fiesta en momentos donde las sonrisas y los instrumentos que mezclaron mil y un vertientes en proyectos frescos y originales dejaron a muchos con las manos y píes adoloridas de baile y aplauso sin fin.
Ingrid Beaujean
Tras su cancelación en el evento de Myron Glasper hace un fin de semana, por fin se nos hizo ver a la gemela de Jenny que ha trabajado sin cansancio para que su música salga de los tradicionales clubes de Jazz para dar el salto a esferas más universales y, después de escuchar sus rendiciones a “El Feo”, “Cuento” y “El Rescate Afortunado” sin duda la versatilidad de su voz mostró dotes de distintos géneros con un poco más de experimentación y búsqueda de matices diferentes. México quedó muy bien parado en el festival como acto inicial, aunque la vocalista se mostró un tanto acartonada en su actuación.
Sol Pereyra

“Solecito” nació en Córdoba, Argentina, pero lleva ya muchos años girando y tocando dentro y fuera de México, su actual lugar de residencia y donde al igual que otros expatriados como Cardiel, Mariel Mariel o la misma Leiden han construido sus carreras en este país más que en casa, y verla pisar un escenario como El Plaza tocando “Loca”, “El Viajero” y “¡Ay!” con toda la energía y felicidad que solo ella y su trompeta pueden contagiar fue sin duda de lo mejor que se vio en la noche.
Leiden

Nacida en Cuba pero radicada en México desde los 9 años, Leiden Fernández mezcla las guitarras acústicas del Folk Pop con ritmos latinos y algo de rock alternativo, muy a la usanza de los primeros lanzamientos de Shakira o bueno, digamos Aterciopelados y muy de la mano con la nueva ola de Hippies argentinos como Onda Vanga, Perota Chingó y Tototomás, aunque ciertamente Leiden es mucho más pop que los mencionados y su presentación en el evento brilló por ser la más dulce y sonriente de todas.
Tulipa Ruiz
La señorita llegó al escenario y todo explotó. Que sí ganó un Grammy o que sí ha girado el mundo poniendo en alto la nación brasileña, todo dejó de importar cuando la fuerza y cadencia de su música que, entre canción popular brasileña y pop alternativo lo mejor fue ver de repente como toda la plancha se llenó de brasileños salidos de la nada que la misma Tulipa rió al asomarse al público y encontrar un antiguo compañero del colegio “¡Hey! ¿quién lo diría? ¡Nos encontramos aquí y ahora… yo soy cantante y tu… borracho” sonriendo a la cerveza que el caballero traía en manos mientras brindaba en honor a Tulipa.
Un set variado distribuido en sus tres producciones y que la ejecución en escena, el cierre de una gira por toda América Latina organizada por Contrapedal fue una bomba de ritmo, “Proporcional”, “Elixir”, “Like This” y “Efemera” donde invitó a las otras tres artistas que compartieron escenario para cantar en conjunto y de paso aprovechar para hacer mensaje sobre lucha continua por un mejor lugar donde vivir, entre gobiernos ilegítimos, injusticias de género y las ganas de salir adelante, la música de Tulipa también traía mensaje (aunque en portugués) y como un todo, su presentación fue inolvidable y con eso de que rara vez se paran artistas de Brasil en nuestro país por la falta de difusión o interés de promotores, su actuación así como el recuerdo de este esfuerzo musical pasará a la historia como algo bello y lleno de baile.