Let it flow, let yourself go:
30 años de Licensed To Ill de Beastie Boys
Por Ernesto Acosta Sandoval @erniesandoval_
En 1986, la mezcla entre Hip Hop y Rock sonaba poco menos que imposible. Con todo y que unos meses antes Run DMC había lanzado su cover a “Walk This Way” de Aerosmith, la cosa no sonaba más que a un curioso experimento. Pero tres chavitos blancos de Brooklyn pondrían todo de cabeza con su álbum debut a finales del año. Los Beastie Boys habían comenzado a tocar en bares y clubes de Nueva York unos años antes como un grupo de Hardcore-Punk que no proponía mucho y sólo parecían estar pasándola bien sobre el escenario. En algún momento entre 1983 y 1985 algo les hizo clic en su manera de hacer música que les cambiaría la vida para siempre. Y de paso el panorama del Hip Hop y el Rock todo. Usaron sus conocimientos previos en lo que hacían, lo mezclaron con lo que sonaba en el underground, olvidaron las guitarras y las baterías, las cambiaron por una tornamesa y tres micrófonos, conocieron a la gente correcta -específicamente a Rick Rubin-, grabaron para la disquera correcta y de pronto ya tenían la fórmula perfecta para que nada volviera a ser lo mismo. Menciono a Rick Rubin, pero no sólo de paso. El productor fue fundamental para encausar el desmadre juvenil en el que Adrock, MCA y Mike D estaban metidos. Sin la visión de este hombre barbudo, los Beastie Boys quizá hubieran pasado al olvido y quedado sólo como una banda más de las miles que había en la época en el circuito de clubes de Manhattan.
Entrevista con Mix Master Mike
Licensed To Ill evidenció lo que explotaría un par de años después del otro lado de Estados Unidos con grupos como NWA o Public Enemy. Al menos musicalmente y en términos de producción. Los tres neoyorquinos mostraron que se podía hacer música a partir de otra música y mostrar algo por completo original. El uso de sampleos es la espina dorsal del álbum (como la abridora “Rhymin’ & Stealin’” y su épico sampleo de “When The Levee Breaks” de Led Zeppelin, esa lección de scratchin’ que es “Paul Revere”, o “Slow Ride” y el prominente uso de “Lowrider” de War), más que la manera de rapear y rimar a la que todavía le faltaba pulirse. Las letras son hedonistas e inocentonas, por no decir que hay momentos en los que pecan de ofensivas y que hoy no habría manera de que un álbum así saliera a la luz (“Girls”, “She’s Crafty”) sin estar exento de controversia. Todavía quedaban rastros de esos punks adolescentes de antaño (“Fight For Your Right”, “No Sleep ’Til Brooklyn”) y que finalmente fue lo que terminó amarrando la hasta entonces imposible mezcla entre Rock y Hip Hop.
La semilla ya estaba ahí, lista para germinar en los años que le siguieron y que convertirían al grupo en el combo innovador, de avanzada y sorprendente que terminarían siendo y que nunca se deja de extrañar.
Pingback: Titán @ El Plaza Condesa - Me hace ruido
Pingback: RPM: 25 años de Check Your Head de los Beastie Boys - Me hace ruido
Pingback: Beastie Boys Book listo para publicarse - Me hace ruido
Pingback: RPM: 30 años de Paul’s Boutique de los Beastie Boys - Me hace ruido
Pingback: RPM: Endtroducing ….. de DJ Shadow - Me hace ruido
Pingback: Selección MHR Corona Capital 2021: Turnstile - Me hace ruido