Por AC Tato
Fotos Selene Ortiz Tolentino (SOT) / Cortesía
8:15 PM. Jay llega al estacionamiento de El Plaza en su moto roja. Motor, fuerza, adrenalina y velocidad. Así comienza la noche en la que Titán presenta su más nueva producción Dama para retomar su lugar en la historia de la música en México. Arrancamos de manera brutal con “El rey del swing”, el comienzo es el fin, como si estuviésemos en un trepidante videoclip en reversa.
Titán en efecto, nunca se fue, siempre ha estado allí, acompañando involuntariamente el devenir musical de una generación por casi 20 años. Desde las trincheras de sus proyectos personales, expectantes al momento adecuado de reunirse para condensar un capítulo más de talentosa creatividad.
Antes del triunfo del imperio de la música electrónica en la cultura Pop con samplers, cajas de ritmo y ecualizaciones de bajos ponchados; antes del internet de banda ancha y los smart phones; muy probablemente antes de que tu cuerpo temblara rítmicamente por primera vez con señales enviadas desde tu cerebro en un aura que posteriormente supiste se llamaba groove; antes inclusive, de que las palabras disruptivo o innovador tuviesen algún significado, ya existía Titán haciendo una música ecléctica y pseudo experimental, mucha veces incomprendida y por muchos demeritada. Esa es la importancia de Titán en el panorama musical mexicano.
Fue en el momento y en el lugar correcto, donde el fenómeno Titán surgió. El sur de la ciudad de México, en los años noventa. El Check your Head de los Beastie Boys y el Odelay de Beck. Los raves y el redescubrimiento del Jazz. Los reventones privados organizados por aguerridos promotores, bañados con pulque de piña, lodo y pasones de marihuana y otras sustancias. Después de esta época inestable y caótica vendría el remplazo de Andrés Sánchez por Jay de la Cueva en el bajo para realizar Elevator (1999) y alcanzar nuevos niveles musicales y profesionales y posteriormente la aventura de Nuevos Ricos (2005), toda una época.
Hoy Titán mantiene un estilo inclasificable, consolidándose como una banda de tendencia internacional que se inscribe en una ola de primer nivel mundial donde muy pocos músicos mexicanos han llegado. Porque hay que decirlo: en México las tendencias, al igual que el sentido común, son difíciles de encontrar e identificar, por raro que parezca. Todo esto hace de Titán una de las bandas más importantes de su generación y por ello festejamos ayer con ellos el arribo del nuevo material discográfico para refrescar y dar un nuevo giro a la tuerca de la escena mexicana.
Por moonman
Coincidencia o no, los días que anunciamos que Titán eran los ganadores absolutos de disco y sencillo del año fue el mismo en el que presentaron oficialmente su disco Dama en El Plaza Condesa tras más de medio año que se presentaron en el Ceremonia.
En aquella ocasión era todo un enigma lo que veríamos en el escenario… ¿cómo habrán evolucionado después de enfocarse en sus carreras artísticas independientes? Afortunadamente desde que se plantearon este regreso, que fue hace como tres años, tuvieron la suficiente cordura para hacer algo nuevo, diferente y que para nada sonara a algo de sus propios proyectos o a algo que ya habían hecho… y vaya que lo lograron.
Se mantiene esa vibra rasposa, de animal nocturno que quiere deshacerse hasta que el Sol salga de nuevo, pero con un toque internacional y fresco ya que los colaboradores que participaron fueron perfectos para que esta nueva dirección fuera lo mejor: desde Cristina Martínez de El Columpio Asesino hasta el genio y gurú de la electrónica Gary Numan (cuya presencia en el concierto se había anunciado en redes pero que desafortunadamente solo se hizo presente en una proyección).
La noche comenzó duro y directo con “El Rey del Swing“, el track más potente de este regreso, que contó con la misma bailarina “exorcizada” que aparece en el video. Recorrieron cada uno de los tracks del disco y la gente lo recibió con una combinación de expectativa y de baile desenfrenado. Ya luego cayeron los clásicos que sonaron casi igual, a excepción de “Corazón” que tiene un ritmo parecido al remix de Tame Impala a “Let It Happen“.
Podríamos decir que fue un reencuentro con sus fans de antaño (los que los siguen desde “Cuin“) hasta los nuevos. La verdad no decepcionaron y eso que apenas van arrancando la gira… después agarrará el disco un aun mejor sabor.