En la víspera de la entrega de los premios Oscars, el artista callejero llamado Plastic Jesus acostumbra a dejar una escultura en las calles de Los Ángeles. En años pasados ha hecho una escultura de la estatuilla de los premios cinematográficos inhalando cocaína con la frase “Hollywood’s Best Party” (“La Mejor Fiesta de Hollywood”) así como inyectándose heroína con la frase “Hollwood’s Best Kept Secret” (“EL Secreto Mejor Guardado de Hollywood”) o una stripper en un tubo, así como el graffiti de Lance Armstrong conectado a un suero.
Este año le tocó a Mr. West, que desde su canción “Jesus Walks” y su álbum Yeezus se ha comparado con un dios. La escultura de este año es Kanye West crucificado bañado en oro crucificado parado sobre un pedestal con la frase “False Idol” (“Ídolo Falso”). El artista comentó a The Hollywood Reporter que se inspiró en cómo los medios y la gente en general trata al artista.
Él es un genio escribiendo y produciendo pero no es un Dios y así es como lo colocamos. Hasta que haya un problema en su vida o un tropiezo en su carrera, lo crucificamos. Lo hemos visto antes con Britney Spears o Lindsay Lohan. La misma gente que lo pone como una figura divina son los que ladran a sus pies por un pedazo de carne cuando algo pasa.
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