RETRATOS
Por moonman
Une vez más fuimos invitados a un festival en el interior de la República y de nueva cuenta regresamos con un muy buen sabor de boca y con muchas cosas que aprender y reflexionar.
En esta ocasión nos movimos a la ciudad de San Luis Potosí, que se encuentra a unas cinco horas de la CDMX, para asistir a la primer edición del Futuro Festival, el cual fue creado para dinamizar la vida musical de la ciudad para que en un futuro no muy lejano se convierta en un punto obligado para las giras de los artistas nacionales, latinos y, por qué no, de los internacionales.
La locación fue el Teatro Alarcón, un lugar que incluso los mismo potosinos desconocen porque había permanecido cerrado por mucho tiempo hasta ahora. Esta será la primer actividad para reactivar el lugar y así comenzar a darle una nueva vida al recaudar fondos para su conservación e impulso a un foro que es uno de los más antiguos de América. Aquí se presentaron en el siglo XIX óperas y galas en donde la clase alta y de poder se pavoneaba, pero al verse superado en cuanto a tamaño por otro teatro, quedó en el olvido dando origen a leyendas de fantasmas en el lugar, quienes el día del evento decidieron esconderse tras bambalinas.
El cartel del Futuro Festival fue muy ecléctico, pero fue hecho a propósito para que los 500 asistentes (que asistieron de forma gratuita) conocieran distintas propuestas del Indie Pop, Rock, y lo bailable y experimental del Electrónico. Este tipo de cartel en la CDMX tal vez hubiera sido recibido con una ceja arriba por “no tener identidad” porque estamos acostumbrados a juzgar antes de simplemente disfrutar la música. Esto me quedó muy en claro ya que todos los que fueron recibieron a cada propuesta bastante bien ya sea al poner atención a la música para tratar de conectarse o simplemente bailar o cantar.
Para darle impulso a las bandas locales se presentó Peach Creeks, en cuya alineación encontramos a tres chicas y dos chicos y que por momentos me recordó al proyecto de Subdivisión por tener toques de Post Rock con una vocalista que permanecía inmóvil casi como la de Los Punsetes.
Siguieron Los Sex Sex Sex, quienes nos dieron una buena dosis de Garage y Rock que se complementó a la perfección con la presentación de los texanos de The Blind Pets. Ellos están firmados por Sub Pop y sabían a lo que iban: a dar un buen show de Rock, porque desde que pusieron un pie en el escenario impresionaron a los presentes con su actitud rockera que terminó con su vocalista subiendo al primer piso del recinto e intercambiando posiciones entre el guitarrista y baterista. Acabando el show repartieron entre algunos afortunados sus viniles y se tomaron fotos con quien se los pedía.
Quienes han mejorado mucho su acto en vivo son Hawaiian Gremlins, ya que desde que los pude ver en Ceremonia y alguna vez en Caradura, ahora suenen menos improvisados y más organizados sin dejar a un lado esa chispa de espontaneidad. Por segunda vez tuvimos el chance de ver a los regios de Young Tenders (la primera fue en el Festival Waco), quienes combinan el Rock Pop con sintetizadores y que lograron que una parte de la audiencia coreara algunas de sus canciones.
Como parte de su gira en México, Javiera Mena tocó nuevamente en San Luis Potosí. Era evidentemente que la mayoría la iba a ver, ya que momentos antes de presentarse todos los asistentes se juntaron al escenario. A pesar de que sigue con el mismo show de su disco de Otra Era, la gente se entregó por completo cantando cada una de sus canciones ovacionando a sus dos bailarinas que complementaban muy bien el show. Próximamente podrán leer una entrevista en donde nos adelantó lo que será su nueva producción, la cual se encuentra en sus primeras etapas de producción.
Siguió el momento más bailable de la noche con Werner Carloff, un mexicano que está firmado por un sello en Alemania y que desgraciadamente allá ha tenido un éxito más notable a diferencia de aquí. En la CDMX podría considerarse como “de nicho” por su sonido de New Wave y Post Punk que a lo mejor en lugares como Dada X sonaría sin problemas, pero aquí la gente reaccionó muy bien al bailar sin parar. Su sonido podríamos clasificarlo como lo que hubiera pasado si Ian Curtis hubiera sacado un disco más con Joy Division. Al final dejaron a A-RP, que por su grado de experimentación dejó a los asistentes que se quedaron al final un poco confundidos. Tal vez si lo hubieran colocado al principio no hubiera estado tan mal.
¿Qué aprendimos del Futuro Festival? Que tal vez hemos perdido ese factor de sorpresa para escuchar nuestras propias propuestas al darle preferencia a la sincronía mundial con proyectos musicales consolidados. También nos sorprendió el poder de organización por parte de las autoridades locales y promotores para rescatar espacios apoyando a la escena local y nacional y ubicar a la ciudad de San Luis Potosí como un lugar atractivo para presentarse.
Felicidades y ojalá haya más sorpresas en la segunda edición.
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