Por Marco Avre
“¡Familia! ¡Familia! ¡Familia” fueron las palabras que inauguraron una velada que muchos mexicanos venían esperando luego de aquel sinsabor del Vive Latino 2013 en la que, al igual que a muchos fans alrededor del mundo, Steven Patrick Morrissey nos dejó plantados.
Pero México olvida y sobre todo perdona. Ayer el público estaba completamente entregado al ex-vocalista de The Smiths que a tres años del lanzamiento de más reciente álbum de estudio World Peace Is None Of Your Business visitó tierras aztecas con un setlist que intentaba promocionar este material.
A las nueve en punto, las luces del Palacio de los Deportes se apagaron para dar lugar a una proyección de casi media hora de duración que combinó videos de The Ramones, James Brown, New York Dolls, recitales de poesía y fragmentos de películas de antaño que bien podrían ser una portada de un disco de los Smiths. Minutos después de las 9:30, la tela sobre la cual estaban proyectadas, cayó y pudimos ver en el escenario a Morrissey y compañía mientras “Suedehead” abría el setlist. Todos en el Palacio de los Deportes, y digo todos sin dejar espacio a dudas, corearon la canción de inicio a fin, fans nuevos, fans de décadas, el “I’m so sorry” colectivo inundaba el recital.
Así iniciaba lo que se podría decir fue la primera sección del concierto, en donde predominaron hits importantes y si tomamos en cuenta que Morrissey se ha ganado a pulso el título del príncipe de la depresión, esta primera parte del concierto tenía el efecto contrario: “Alma Matters”, “How Soon is Now”, “First of the Gang…” y “Kiss Me A Lot” levantaron el ánimo de todos los asistentes, las luces se movían al vaivén de las canciones mientras la gente en la pista asemejaba a un solo ser vivo que se movía a la merced del británico.
Lo que vino después, se podría decir que fue un regalo para aquellos que han escarvado más profundo que las listas de Spotify del artista, iniciando con “Ganlord” un lado B incluido en la compilación Swords dio paso a “Speedway” la canción encargada de cerrar el “Vauxhall & I” que contó con una adaptación en español.
“Lo único bueno del muro de Trump es que lo va a mantener fuera de aquí”, dijo Morrissey antes de empezar la tríada del World Peace is None Of Your Business, iniciando con esa misma canción, seguida de “Istanbul” y “The Bullfighter Dies”.
“There Is A Light That Never Goes Out” fue otro momento cumbre de la noche en la cuál Morrissey dejó que los asistentes cantaran por él el coro que da fin a la canción. “Meat is Murder” proyectó para malestar de todos, escenas de maltrato animal. “Peces, pájaros, animales, dejen a todos en paz, si tienen hambre, cómanse un humano”, fue el mensaje que no pudo faltar en la velada de ayer.
La noche siguió para deleitarnos, “Shoplifters Of The World” sufrió un pequeño cambio para entrar en tendencia, en su lugar “Trump shifters of the world unite and take over” se convertía en un pequeño himno revolucionario que fue apoyado por los puños de la multitud mientras el concierto se dirigía a su primera pausa.
El encore constó de solo una canción, “Judy Is A Punk”, cover de The Ramones fue la encarga de cerrar la noche, aunque con un sabor un poco amargo, ya que sin decir más, Morrissey besó una bandera Mexicana y salió del escenario. No hubo despedidas, las luces no se encendieron de inmediato, se trató de un final que asemeja a esas películas que sugieren que hay una siguiente parte pero no nos dejan claro cuándo la vamos a poder ver.
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