Por moonman
Pocas veces el universo se alinea de una forma tan especial para querer decirnos algo. En esta ocasión tuvimos la rara oportunidad de ver a dos de los mejores exponentes de la música islandesa en dos días seguidos: Björk en Ceremonia y Sigur Rós en el Auditorio Nacional.
Me surgieron muchas preguntas luego de escuchar este combo en vivo que solo un documental podría ser la mejor opción para resolverlas. Una de ellas es la tremenda capacidad vocal que tienen alcanzando rangos amplísimos que logran conmover hasta el más apático; tal vez sea que desde hace siglos utilizan los cánticos como potentes herramientas de transmisión cultural, ya sean para narraciones épicas o transmitir poemas, pero la voz no solo es una parte inseparable sino el mismo corazón del mensaje. Este es el gran motivo que, creo, que conecta con gente alrededor del mundo, ya que a pesar de no conocer con exactitud lo que expresan las canciones, se sienten a través del canto de Jónsi Birgisson.
Si con la parte vocal no tenemos suficiente, solo bastó ver cómo el escenario complementó todo. Era aparentemente sencillo: una pantalla grande de fondo con una pequeña de frente y pequeñas luces que se dirigían al punto de fuga del centro del escenario. La iluminación fue perfecta ya que desde que uno entraba al Auditorio, percibía una espesa niebla que invadía desde el segundo piso hasta el escenario; esto ayudó a que hubiera momentos casi oscuros e íntimos que posiblemente tenía la intensión de agudizar otros sentidos y erizar tu piel con una mayor facilidad, para después recrear el preludio de una tormenta eléctrica con luces intensas que se prendían rápidamente.
¿Qué decir de los visuales? Fueron perfectamente usados y complementados con las pantallas del Auditorio Nacional al estar totalmente apagadas y después, en los momentos más climáticos, proyectar las tomas de las muy bien ubicadas cámaras con efectos que iban acorde con el ambiente. Esto dejó a un público muy atento y respetuoso hacia Sigur Rós, tanto así, que cuando Jónsi “pedía” retroalimentación de la gente casi al final del concierto, la gente tardó un poco en salirse de sí misma para gritar y sincronizarse con la emoción.
A diferencia de un festival, aquí todo estaba perfectamente controlado para crear una experiencia única y dejar al espectador en un estado simultáneo de pasividad y catársis
Para esta gira decidieron estar solo los tres, y con eso fue suficiente. Cabe mencionar el apoyo del equipo visual Knights Of Illumination, quienes han ganado varios premios internacionales por su desarrollo en conciertos. Si han visto anteriormente a Sigur Rós, necesitan ver una presentación de ellos fuera de un festival, es algo impactante y que remueve muchas cosas del interior. Seguramente saldrás con el alma llena de gozo.
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