Por moonman
Hace un año, Nick McCarthy anunció su salida de Franz Ferdinand y a la vez anunció su proyecto alterno Manuela, el cual es el nombre de su esposa Manuela Gernedel. Aquí se alejó por completo del punch rítmico y potente del Rock y más bien se refleja la decisión de dejar la banda para darle prioridad a su familia, mostrando algo más íntimo, pacífico y sencillo en este nuevo proyecto.
En Manuela, el disco, encontramos aires retro, relajados, como si te hubieran invitado a su terraza a escucharlos jammear mientras la dulce voz se entrecruza con acordes homogéneos de la guitarra. A pesar de la tranquilidad, en las letras encontramos cierta rebeldía al influenciarse por los movimientos estudiantiles de los 60s.
Aprovechando su participación en la pasada edición del Festival Marvin, los entrevistamos para que nos platicaran sobre el surgimiento del proyecto y cómo ha cambiado el papel social de la música.
¿Cómo comenzó el proyecto?
Comenzamos escribiendo unas canciones y como tenía tiempo libre decidimos acabarlas y eventualmente fuimos al estudio a grabarlas. No hubo nunca una finalidad de hacer un álbum, solo fueron pequeñas piezas que fuimos uniendo y terminando. Cuando terminamos todo, teníamos ese sentimiento de querer tocarlo en vivo por lo que invitamos a más gente al proyecto, ahí fue cuando realmente comenzó la banda.
Normalmente el primer disco es que lleva la esencia más pura del proyecto. ¿Su intensión siempre fue hacer música más relajada que ruidosa?
Así nos salió. Tal vez porque cuando las compusimos solo había guitarra y voz, tal vez si hubiera existido la banda desde un inicio hubiéramos tenido más elementos para hacerlo más ruidoso.
Aparte las letras nos orillaron a un lugar más tranquilo.
En el primer sencillo hay muchas referencias de los movimientos estudiantiles del 68
Había una oración de una protesta en Francia que se quedó en mi cabeza que decía: “Sous les pavés, la plage!” (Bajo el empedrado, la playa), es como si quitáramos toda la modernidad nos encontraremos de nueva cuenta con la naturaleza. Saqué de esta idea algo nuevo a pesar de que estaba en un contexto diferente. En la canción hay una narrativa sobre la frustración de este hecho.
Aquí en México las manifestaciones fueron más violentas, es interesante porque estamos hablando de hechos de casi 50 años. Hoy en día las manifestaciones son más ligeras porque muchos lo hacen erróneamente en las redes sociales poniendo likes o haciendo campañas inútiles en change.org
Hay mucha gente que le gustaría involucrarse más. Nosotros crecimos al sur de Alemania y era como un refugio, no había nada de que manifestarse, pero hoy en día la gente quiere escapar de estas prisiones frustrantes y siento que protestan más. No siempre funciona bien, especialmente en el Reino Unido. En el disco hay una canción que se llama “March Against It” que es un tributo a esto que estamos hablando, sobretodo los derechos civiles.
Hoy en día el mundo nos grita que debemos de hacer cambios, ¿ustedes creen que las canciones tienen se vuelven un respaldo a la manifestación?
Es difícil decirlo. Nuestras canciones son muy tranquilas, son pensamientos de un momento reflejados. Aparte de “March Against It” todas van por otros caminos. Creo que es una tarea que debemos tener los músicos. Tal vez lo hagamos a un nivel más personal al retratar situaciones que incomodan en pequeños detalles.
¿Qué quieren cambiar en la gente con su música?
Aparte de crear un ambiente acogedor para la gente, queremos que se la pasen bien.
¿Creen que la música sigue moviendo a la gente como lo hizo el Punk?
Definitivamente. Es una nueva era en donde la música es más que un arte en donde mueve conciencias.
¿Cuáles otras influencias les gustaría incluir en sus próximas canciones?
Este disco no es particularmente psicodélico, pero en vivo sí. Posiblemente la estructura en el estudio vaya a ser así.
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