Por Diego Álvarez Rex
Dar el salto de hacer conciertos en pequeños bares a un gran masivo para miles de personas toma su tiempo y sobre todo, echando a perder se aprende. El sello discográfico mexicano Puercords se dio la tarea de darle continuidad a su ambicioso proyecto bautizado Off Limits.
Tras un debut en el 360º Venue de Naucalpan de Juárez, el evento se re-colocó en un salón de salsa y baile ubicado en la Santa María la Ribera en más de doce horas de Punk, Hardcore, Metalcore, y símiles tuvieron en un solo escenario a toda una congregación de distintas partes de la República brincado, pateando y arrojándose los unos contra los otros en bandas que muchos jamás pensaron ver por acá, y otros que esperaron toda una vida para ver de nueva cuenta en México.
La gran mayoría del talento tanto nacional como extranjero no quedó mal con el público sino al contrario, demostró interés y solidaridad con la nación por los recientes sucesos que tienen a toda la ciudad en absoluto estado de estrés, pero lo cierto es que, entre una producción que aún dejó mucho que desear, una oferta culinaria limitada y precios poco accesibles en bebidas, el evento se sintió más como una “tocadota” o bien, una tocada muy larga, que un festival real.
Unas horripilantes luces de congal que tenían a Judge, Integrity y Walls of Jericho iluminados en verde, azul y rojo intermitente, micrófonos que se mueren a media canción y sistemas de sonido que de pronto se apagan, son parte de esa interminable lista de sucesos que siempre dejarán un sabor de boca agridulce cuando lo único que se pide es un evento de calidad.
Echando a perder se aprende, y es por eso que aún confiamos en el sello para que la siguiente edición, que es muy probable suceda al ver la enorme cantidad de gente convocada, sea ahora si un festival internacional de altura.
Young and In The Way
Sin duda la banda con la mayor propuesta y la que fue recibida con más desdén. Debido a que su sonido está más cercano al Black Metal norteamericano contemporáneo, entiéndase como el de Deafheaven y Wolves in the Throne Room, YAITW arremetió tanto con presencia en escena como con potencia en decibeles al vomitar berridos en extensas piezas de distorsión haciendo un inmenso contraste con las breves y precisas agrupaciones que reinaron en el festival.
Lamentablemente, la banda se enfrentó a un público que prácticamente abandonó la plancha del lugar para irse a pajarear mientras ellos improvisaban sobre sus únicos dos LPs, estallaban y hasta jugaban con una reversión a “Breakin’ the Law” de Judas Priest en lo que fue uno de los sets más destacables del festival.
Sworn Enemy
Desde el barrio de Queens en Nueva York, esta es de las bandas que tardaron casi diez años en regresar a nuestro país y que inclusive canceló en más de una ocasión haciendo su parada en la ciudad aún más deseada. Un sonido más cercano al Crossover Thrash y al Hardcore que prácticamente es Metal, Sworn Enemy y temas como “As Real As It Gets” y “We Hate” fueron de los momentos más pesados del festival, donde hubo más “Throwing Down” que “Moshing”.
Death By Stereo
A estas alturas del festival, el cansancio se hizo notar en varios y sobre todo la calidad del sonido comenzó a descender por los suelos. El set de Death By Stereo, muy a la usanza de bandas como At the Drive-In y Glassjaw, osciló por veces en el Punk Rock gutural más tradicional, a espacios de requintos y riffs más cercanos al Rock Alternativo. Tras casi cincuenta minutos de su debut en nuestro país, realmente habría que aceptar que su presentación pasó sin pena ni gloria.
Walls of Jericho
Posiblemente uno de los puntos álgidos del festival para muchos, y es que literalmente pasaron diez años desde su única presentación en nuestro país en aquel desaparecido Hard Rock Live; Candace Kucsulain y compañía no tardaron en hacer mención de estar orgullosos de ver el enorme recibimiento que tuvieron al observar un lleno total para su presentación y recordar que lo importante es mantenerse solidarios, unidos y fuertes en momentos difíciles, arremetiendo con su pesado y preciso metalcore enfocándose en su más reciente material, No One Can Save You From Yourself.
La única banda con este sonido más “moderno” y justamente una de las que más enérgicas e impactantes en escena demostraron ser. Walls of Jericho no solo no decepcionó sino a muchos les dejó con un muy buen sabor de boca al escuchar por fin “Revival Never Goes Out of Style”, “Playing Soldier Again” y “A Trigger Full of Promises”. Lástima por el audio, la verdad.
Judge
Sí los más jóvenes tuvieron su dosis de patadas y puñetazos en Walls of Jericho, correspondía a la vieja escuela sacudirse el polvo y las extremidades oxidadas demostrar porque la sola mención de Judge era punto y a parte; contundentes y 100% Straight Edge, Judge debutó en nuestro país como uno de los actos más esperados que, con varias fallas de sonido haciéndoles sonar opacos con el odioso juego de luces de congal disparando verde, azul y rojo durante su set, su media hora de New York Hardcore no logró terminar de atrapar como muchos lo soñaron.
“The Storm”, “Give It Up”, “In My Way” y prácticamente todo lo que la banda llegó a grabar sonó durante el momento en que muchos aprovecharon para mantenerse inmóviles y ver a “la leyenda”. Aunque se intentaron muchos circle pits, realmente la música de Judge es lenta y pesada, muy diferente al resto del elenco de la noche y sobre todo en un punto donde todos estaban ya cansados. La extraña ecualización en la voz de Mike Judge no ayudó mucho, pero al final todos se aventaron al entarimado con el combo de “New York Crew” y “Warriors”.
Good Riddance
Otra de las bandas por las que mucho tuvieron que esperar para ver en México fue este pilar del Punk Rock californiano, famosos por ser parte de esa generación tipo Face to Face, Lagwagon y los desaparecidos No Use For a Name, donde el factor nostalgia es más fuerte que cualquier nuevo lanzamiento.
La banda no fue defraudada con un público más que listo para brincar y zapatear con su primer presentación en México, y aquellos más entusiastas del Punk Rock que del Hardcore o del Metal tuvieron su buena dosis de puños al aire con “Mother Superior”, “Shadows of Defeat” y “A Credit to his Gender” donde la critica social y el humor se vuelven coros pegajosos y camisetas de la Fat Wreck Chors.
Integrity
El set que sonó y se vio mejor. Como sí acto de magia se tratara de pronto el sonido se solucionó para escucharse nítido y de excelente claridad. A pesar de un apagón de la mitad del sistema de sonido durante una canción, en general la presentación de Integrity brilló precisamente por su calidad en sonido. Muy cercanos al Death Metal o bien, al Hardcore de Negative Approach e Infest, las voces guturales con los disonantes guitarrazos crearon una atmósfera totalmente distinta a la que predominó el festival, y que inclusive a muchos les dejó el ojo cuadrado. Lo mejor fue que la banda se permitió dar un pequeño encore regalando un cover a “Hybrid Moments” de Misfits.
Suicidal Tendencies
El cierre y el peso pesado de la noche. Íconos por su propio merito y regresando de nueva cuenta con el célebre Dave Lombardo de Slayer en la batería; Suicidal Tendencies regresó por tercer año consecutivo pero ahora con material totalmente nuevo. Mike Muir no deja de ser uno de los vocalistas más enérgicos y caóticos en el escenario de todos los tiempos. Desde cargar niños y chocar palmas con todos bajo el entarimado, desde su mensaje de fuerza y decisión hasta su manera de brincar y sacudirse sobre su propio eje, temas como “Trip at the Brain”, “Cyco Vision” y “Freedumb” no desatarían la locura que vimos en el festival.
A pesar de la casi media hora de retraso durante el montaje, el público no escatimó y toda la energía guardada o bien, que le quedaba se quedó en este gran momento. Suicidal Tendencies fue el único momento donde el circle pit le dio vuelta a todo el salón y que no había alma que no conociera al menos “War Inside My Head” o “Pledge Your Alliance”, el festival tuvo un épico y gran cierre digno de recordar.