Por moonman
Blanco y negro. De repente los colores desaparecieron para volverse una gama de grises que inundaron el nuevo recinto. No creo que haya sido por la melancolía o la nostalgia, tal vez fue para concentrarnos en lo que realmente importa en la vida: el amor. Y es que muchas veces ignoramos (o no podemos controlar) su gran poder y nos dejamos llevar por pasajeros colores brillantes que se nos atraviesan y distraen, mientras que el blanco y negro siempre han estado ahí, esperando nos sólo a ser vistos, sino admirados; por eso yo creo que el amor no es rojo, como en estos días pre-San Valentín lo indican.
Muchos de seguro pensarán que Cigarettes After Sex fue un fenómeno del “tengo que estar ahí sólo por estarlo”, pero en realidad gran parte de la audiencia sabía lo que se encontraría: una gran noche romántica acompañados del que te provoca ese sentimiento o simplemente esperando a que llegue (incluso encontrarlo esa noche).
Con tan sólo un disco y un EP, Cigarettes After Sex han logrado colarse en los carteles más importantes de todo el mundo con una propuesta firme que dista mucho de las modas, sino del ideal del amor. Canciones que hablan de lo afortunado que ha sido su líder Greg González al compartir un amor de calidad, han hecho que afortunadamente le salgan palabras y pequeñas historias que implican la complicidad de compartir tiempo, cariño y afecto con alguien, incluso en tiempos adversos como los que estamos viviendo.
Mientras la música hacía lo suyo, aparecían proyecciones en blanco y negro con bellos rostros de chicas atemporales que encapsulaban ese momento en que el amor te ha flechado o que redescubres esa mirada que te hizo llegar hasta ahí. Fue un match perfecto para una velada increíble.
Lo que fue un hecho es que este concierto dejó plantada una semilla para que la banda vuelva en otras ocasiones. En un futuro, recordaremos los que asistimos como la primera vez que Cigarettes After Sex conquistó a México.
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