Reseña: LCD Soundsystem /// This Is Happening

April 25, 2010

lcdsoudsystem-thisishappening

Por: Rodrigo Alcocer (@rodrigoalcocer)

LCD Soundsystem
This is Hapenning
9.0
DFA

Cuando en 2002 James Murphy editó “Losing my Edge”, no sacó únicamente uno de los sencillos más relevantes de los últimos 10 años; o una de las burlas auto-aplicadas más entretenidas al modus operandi del teto musical que te tira nombres -títulos, fechas, etc.- a lo pendejo sin provocación alguna para demostrar que él-sí-sabe-qué-es-mejor; o un listado de todas las bandas de las que se tiene que tener un disco (en vinil, por favor); sacó, esencialmente, un manifiesto de lo que hasta el momento ha sido su trabajo como LCD Soundsystem.

Es en esa pieza, cimentada en un riff sumamente básico (sí, sí, el que es un fusil a un lado B de Killing Joke, eso es de Google 101) y guiada por una crónica plana y un cencerro que se transforma gradualmente en una ordenada yuxtaposición de sintetizadores, guitarras flojas y platillos dispersos donde se resumen prácticamente todas las intenciones del proyecto del cachetón de Jersey: las frecuencias bajas en drone como mecanismo base, el hi hat y el cencerro siempre precisos y ajustados como puntadas, las constantes referencias o flagrantes plagios (talent borrows, genius steals) a otras canciones, la cadencia en la narración de sus letras-monólogos libres, que le debe lo mismo a Wesley Willis que a Brett Easton Ellis; y el agudo, casi insoportable acento exagerado de Brooklyn.

Ocho años, dos y medio álbumes y algunos EPs, sencillos, y recopilaciones después, James Murphy, acompañado de sus tres permanentes cómplices: Pat Mahoney, Tyler Pope y Nancy Whang, y el listado de intérpretes chingones que en algún momento han sido grabados y distribuidos con sus propias bandas en la DFA (Gavin Russom para el en vivo) nos entrega This Is Happening, álbum que en pocas palabras podríamos describir como la versión platino -más espacial y más space age- del Sound of Silver, (que a su vez era la versión metalizada del álbum homónimo) y sin temor alguno a meterme el pie en la boca, es el LP más consistente y refinado de la banda hasta el momento (sí, hasta “Drunk Girls” tiene sus detalles), con el que probablemente superen finalmente, el estigma del “dance punk” y, como se ha visto en los programas de los festivales de verano, es el material que los saca de la carpa de música “bailable” y los pone, final y merecidamente, en el escenario principal.

A lo largo de los 9 temas que componen este disco, Murphy sigue trabajando los mismos temas líricos y musicales, de la misma manera y con los mismos recursos que en sus dos entregas pasadas. Es como si los discos anteriores fueran las maquetas del siguiente, como si su labor como grupo consistiera en estar ajustando y perfeccionando un mismo sonido, ampliando sus métodos de grabación (análogicos, físicos, “reales”), confiando más en su voz, rascándole más hondo en sus letras, sublimando de maneras cada vez más elegantes lo que en ese primer sencillo estaba expresado intencionalmente de manera burda y frontal.

Y eso no es malo (el perverso intercambio de “lo nuevo” por “lo bueno” es un engaño en el que todos caemos con demasiada recurrencia), de hecho pone al LCD-Soundsystem-de-James-Murphy en una posición muy interesante: a LCD quizá sea más eficiente entenderlo como un proyecto meticulosamente estudiado, temporalmente específico y narrativamente autobiográfico de un tipo ya maduro en su formación que escoge establecer un juego específico de reglas para trabajar durante un período de tiempo definido, más cercano a los períodos temáticos de Byrne, Cale, Eno, incluso del Bowie y sus trilogías aunque-ya-no-haya-de-esos-y-con-toda-proporción-guardada que a !!!, The Rapture, o Hot Chip. Es por esta naturaleza de origen que LCD no se puede permitir cambios radicales ni experimentaciones estilísticas, no por falta de ideas, sino por exceso de tiempo y las obsesiones que se desarrollan con éste: hay que remarcar que Murphy ya le va pegando a los 40 y que para cuando se hizo “semifamoso” ya tenía más de 30, una carrera de más de 10 años como ingeniero de audio, llevaba 7 años poniéndole Daft Punk a la chaviza rockera del extinto CBGBs (cuando todavía no había blogs que nos dijeran qué es lo “fresco”, sólo fanzines, que nos dijeran qué es lo “neto”), y sobre todo era un tipo que ya había sufrido un par de fracasos pesados, de esos que forman, pero liberan y le hacen a uno entrar con determinación a las cosas como si no se tuviera nada que perder *4.

Leyendo así el trabajo de la banda es como podemos entrarle de lleno al This is Happening:

Desde la abridora “Dance Yrself Clean”, donde sobre una percusión baja y suelta, un cencerro y un sintetizador acentuando los graves, escuchamos a Murphy venir de lejos, narrando en su particular tono irónico y de desprecio a sí mismo, lo que sólo podría describirse como un emotivo elogio funeral en vida a una relación jodida -en un escenario que probablemente sea una cena de amigos- que comienza en una calma de Xanax y vino tinto, pero que de pronto, a los 3 minutos, explota, fuerte, con un sonido con un groove tenso, como las recriminaciones soltadas en la narración; captamos que: Murphy no puede negar que estudió literatura (y que cada vez es mejor haciendo letras) y que este es un disco E S P A C I A L. Sí tiene las frecuencias y los lasers a media potencia del space disco y el space rock de los 70’s, pero me refiero a espacial en cuanto a la ocupación del estudio a partir de el acomodo de los micrófonos y cómo está hecha la mezcla y la masterización (esa de Bob Weston, el de Shellac, no el de Fleetwood Mac); es un disco cuya ingeniería está controlada meticulosamente, diseñada para escucharse alto en buenas bocinas.

En paralelo a esto, en el disco son sorprendentes las letras y la constante sensación de permanente crisis de edad media, aislamiento y decepción amorosa, profesional, general de Murphy transmitida por la manera de entregarlas y su correspondencia con la música que las lleva. Hasta en “Drunk Girls”, una de esas pistas pisotonas de rock de ñores portándose como chavos en el bar con temática deportiva (piensen en los Beastie Boys en Def Jam brincando sobre Gary Glitter y todo el Glam temprano cagado), hay detalles que nos hacen pensar que la próxima vez que la escuchemos de voz de un mamado pendejo sin camisa y su novia guapa, borracha y probablemente topless (y creanme a güebo este verano la van a escuchar de un mamado pendejo sin camisa y su novia guapa, borracha y probablemente topless) no debería de estar siendo cantada por ellos.

Y sigue presente, por sobre todo, el sonido, que si bien durante la grabación va del disco de hi-hat, bajo sueltecito, guitarras de vapor de mercurio, pantalón plateado y cocaína en la nariz; a las machacantes y ponchudas canciones llevadas por la batería de Mahoney; a las calmadas de piano, siempre están marcadas con capa sobre capa de Rolands y Moogs con más perillas y switches que teclas, metiendo secuencias, bajos, zumbidos Cale-escos, percusiones sordas, burbujas ácidas que unen canciones tan dispares como el atasque de “One Touch” con “All I Want”, (un exquisito hurto a las turbinas de feedback deHere Come de Warm Jets” de Brian Eno, pasadas por el filtro de pop californiano de los Beach Boys procesados por otro neoyorquino-angelino, Julian Casablancas: dejando de name-droppear, ahora note-droppeando) dentro del amplio margen de los “sonidos orgánicos” que crecen y ocupan, desde todos los puntos, el campo, casi espectro, auditivo: Hizo su Yaz record, y para recordarnos esa frase graba “I Can Change”, synth pop puro que suena a Yazoo y a Soft Cell y nos recuerda que cuando Murphy está personalmente en un punto bajo y tiene el orgullo y/o la moral deshechas puede escribir letras simples que tocan puntos muy profundos.

En el tracklist sigue “You Wanted a Hit”, a mi parecer el tema más monótono del disco, que sin embargo logra rescatar partes de sí a través del reciclado de melodías de pop de show televisión de baile de los muy tempranos 80 con unos arreglos y unas sobreposiciones de secuencias de sintetizador a destiempo muy a la Giorgio Moroder. Continúa “Pow Pow”, token spacey disco song con lasers y bongoes y todo el asunto, donde el monólogo interno de Murphy, influenciada por su afición a los chingadazos y las estrategias del utimate fighting (y quizá un par de whiskies y rayas de más) parece ir mucho más acelerado que su capacidad de mover la boca; pero que logra bien su cometido de poner a la gente a bailar con el pecho hinchadito y los brazos pegaditos a los lados y la cabeza levantada.

El disco concluye con la muy interesante “Somebody’s Calling Me”, numerito cabaretero del Iggy Pop de Berlín, que fluye espesa como el material completo mismo (la lógica de pinchadiscos de Murphy y Mahoney se trasmina al orden de las pistas en el álbum: sus sets no tienen que estar zurcidos invisiblemente para correr y sentirse como un único ambiente); y la incomodidad esperanzada de “Home”, tema reminiscente de los primeros experimentos de pop lounger francés con moog de los 50s y 60s, que cierra el ciclo de la salida de Nueva York para grabar en Los Ángeles, sólo para poder extrañar más a Nueva York y la realidad cotidiana, que si bien no es óptima quizá sea la más cómoda.

This Is Happening, como todos los álbumes de LCD es un disco poco radiable (el promedio de las canciones anda en los 7 minutos) del que, fuera de “Drunk Girls”, es poco probable que se desprendan macanazos que se equiparen con “Daft Punk is Playing In My House”, “North American Scum” o “Someone Great”, pero que se traduce muy bien al en vivo, sustituyendo la exquisitez de los niveles y la ecualización, por la precisión de reloj suizo de los intérpretes en el escenario combinada con la extrañeza de un frontman obsesivo que canta con un micrófono viejo demasiado pequeño para él. No es un disco que en su totalidad, a la primera oída, atraiga a todos; es un disco que con cada escuchada crece y crece, al que se le van descubriendo nuevas capas de sonido de acuerdo a dónde y cómo se escuche, al que se le van encontrando, de acuerdo al número de repeats que se le dé, nuevos temas favoritos, es, lo repito, el álbum más redondo y consistente de la banda, tanto que, de acuerdo al mismo JM quizá sea el último.



*¹ No era un chavito pendejo que acababa de descubrir a una banda de por lo menos 20 años de antigüedad, relativamente obscura, a la cual plagia y luego se hace guaje al respecto esperando que no lo cachen antes de que saquen el segundo disco diciendo “es rock”.

Llevaba ya 10 años trabajando en vivo y en estudios de grabación aprendiéndole, directa e indirectamente, los trucos del estudio, la grabación, la mezcla y la masterización análoga , “real”, a Albini y Weston; a quienes conoció de primera mano cuando anduvieron de gira con Six Finger Satellite, a quienes les microfoneaba el sonido en vivo, con un acomodo de bocinas llamado Death From Above, de donde saldría el nombre de la disquera.

Y poniéndoles Disco y Kraut a los dos

*4 Murphy se refiere a sí mismo como un “permanent fuck up” después de dejar pasar la oportunidad de escribir en Seinfeld, en su defensa, la serie apenas empezaba y el venía saliendo de la universidad; pero también habría que recordar que como baterista de Pony y Speedking, ambas bandas “alternativas” menores, la segunda mejor y más ponchuda que la primera, su turno en el péndulo del gusto musical en los 90’s tardíos nunca llegó como se debió de haber dado naturalmente, tras la muerte de Cobain y la andanada de bandas post y post post y post post post grunge piteras de la costa oesta, cuyo máximo logro fue poner al hip hop en la radio comercial y hacer que nos olvidáramos de las guitarras un rato; situación que extrañamente se repitió en Coachella cuando tuvieron que recortar su set para darle cabida al de Jay-Z.

Video: LCD Soundsystem /// Drunk Girls

Post escrito por: Blogger invitado

9 thoughts on “Reseña: LCD Soundsystem /// This Is Happening

  1. eennsss

    muy buena reseña
    este es el wey del momento
    tal vez yo le ponía un poco más alto, un 9.5
    excelente disco, excelente

  2. Monsieur Goma

    Asi se debe escribir una reseña chinga! Un choro que va más alla del gusto personal y con hartas referencias que también van más alla de la opinión de otros “blogstars”.

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