Divine Fits
A Thing Called Divine Fits
Merge
7.9
Por José Marr @JR_Marr
En los últimos años algunos artistas de medio renombre (no media calidad) se han aliado para crear materiales bastante interesantes; aquellos denominados súper grupos (o super colaboraciones) se hicieron llamar Rocket Juive & The Moon, Wild Flag, Ty Segall & White Fence y en otro caso, el término súper grupo, conduce a un sinfín de rumores que se alinean para bien o para mal y conlleva a que hagan solo un disco (Them Crooked Voltures, Monsters Of Folk) o se animen a escribir una carrera (The Raconteurs, Audioslave). En el caso de Divine Fits, se develó como todo una sorpresa sin mucha publicidad, que cuenta en su formación con Britt Daniel, el hombre más importante tras Spoon, Dan Boeckner de los recién disueltos Wolf Parade y aliado también junto a su esposa de Handsome Furs, más Sam Brown de New Bomb Turks.
Súper grupo o no es de entenderse, cuando al menos Britt Daniel no ha pensado dar conclusión a Spoon, pero como músicos de oficio y estrellas del Indie deben tomarse un respiro y refrescar las ideas junto a otros miembros y otros métodos. Aquí como un elemento definitorio, Divine Fits es ayudado por un tridimensional sintetizador cortesía del cuarto miembro Alex Fischel, sin embargo, esto combina excelente con el estilo mordaz de Britt Daniel y el esotérico Post Punk de lo que hizo alguna vez Wolf Parade. De esta manera no se habla de una banda joven o de talentos indiferentes, al menos Daniel y Boeckner han estado vigentes en el mundo del Indie Rock por poco más de 10 años y como consecuencia A Thing Called Divine Fits es una mezcla de inteligencias, presentada de forma limpia, en casos bailable y por qué no, comercialmente amistosa.
Todo funciona al pie de la letra, pero en el momento de “Civilian Stripes” con la guitarra acústica impulsando la melancolía, parece demostrar que se trata de un trío que viene trabajando junto por años; de melodías corteses, cantado en lapsos a dos voces pero todo se coacciona de forma simple y sin impedimentos. En el otro extremo se encuentra el lado de Britt Daniel, el engranaje del compás en “Would That Not Be Nice” es conducido por las guitarras atroces y mentalmente rítmicas de Spoon, que se desploma en ecos y voces procesadas, sintetizadores giroscópicos y en un momento destellan sobre la mezcla. De forma implícita todo se mantiene dinámico, teñido, soleado y perfectamente vinculado. Por otro lado, temas como la inicial “My Love Is Real” con el atentado zumbido de sintetizador es un ensamble difícil, paso a paso interrumpido, caja de ritmos, chasquidos y una voz ansiosa de Boeckner. que no está muy lejos de su pasado.
Hacia los fans de Spoon, Daniel mantiene el tono sucio y corrosivo de su voz, con una intensión salvaje, así en el despertar sinuoso de “Flaggin a Ride” se abstiene hasta el momento en que conduce con fuerza controlada el gancho de guitarra. No es hasta, donde con una batería natural, con un tono cuasi desgarrador narra la historia de un romance desmoronado, utilizando por primera vez en el disco la profundidad de su voz, así también el desarrollo lento y áspero de las guitarras crean un entorno emocionalmente conmovedor en “Shivers“.
La fusión o el simple conjunto de Spoon + Wolf Parade/Handsome Furs + New Bomb Turks es justo y lo que debería resultar; de alguna forma los sabores son surtidos, quizá la suma de nombres tras Divine Fits no crea el suficiente cartel para que el mundo entero esté hablando de ellos. Pero la suma de sus talentos provoca un gigantesco y divino resultado. Cuando Britt Daniel toma el protagonismo, Divine Fits suena mordaz y dentado, cuando Dan Boeckner se adueña de la titularidad el juego es horizontal y directo; aunado en cualquier caso a la experiencia electrónica de Sam Brown y el teclado de Alex Fischel el ajuste, el ajuste es sinónimo de divinidad.
Video: Divine Fits ///Would That Not Be Nice
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