Por monman /// Fotos BigIdeas (OzCorp)
Han pasado tres años desde aquel mágico concierto que cerró años de separación entre un grupo y una audiencia que esperaban con ansias verse, fenómeno parecido a Rodríguez (si no saben de qué hablamos vean el muy recomendable documental Buscando a Sugar Man). A partir de entonces Kashmir se ha integrado al gusto de miles de personas en México, por lo que era un hecho de que tendrían que hacer una parada con el lanzamiento de su nuevo álbum E.A.R., que a pesar de no ser el más brillante en su carrera logró que un Plaza Condesa se llenara totalmente.
La apertura corrió a cargo de Carmen Costa, banda que está actualmente promocionando su disco La Chica Francesa y que también abrió la fecha en la ciudad de Guadalajara. La recepción fue muy tibia por parte de la audiencia a pesar de contar con grandes músicos de apoyo como Dan Zlotnik de Los Dorados en el saxofón. Si fuiste de los que les llamó la atención su propuesta, te recomendamos que cheques nuestra entrevista en este enlace.
Para este tercer encuentro jugaron y armaron un buen setlist ya que su repertorio se ha ido ensanchando por lo que ya tienen más elementos para hacerlo. Decidieron comenzar tal cual como su nuevo álbum con las dos primeras canciones: “Blood Beech” y “Piece Of The Sun” que a manera de introducción sirvieron para recordarnos qué es lo que tiene Kashmir nos mueve. Su vocalista Kasper se mostró muy amable como siempre y trató de introducir cada canción con pequeñas anécdotas.
Luego vino la primera explosión de la noche con “Melpomeme“, una canción que juega con la delicadeza del sonido para después sustituirla con poderosas guitarras y el verso “Flutter girl killing me with her sunshine“. Gran momento antecedido por “Mouthful Of Wasps” que ha ido creciendo a pesar de que es relativamente nueva.
Luego del clásico “Surfing The Warm Industry“, que ocupó el #1 en nuestro conteo de los mejores videos de la primera década del siglo XXI, y de la sorpresiva “No Balance Palace“, la banda demostró que “Purple Heart” puede ser uno de sus nuevos clásicos. La primera parte del concierto cerró con la emotiva “Rocket Brothers“, canción por la cual muchos de los presentes fueron para escucharla por primera, segunda o tercera vez en vivo.
El encore tuvo una dinámica más acústica al tocar con sólo una guitarra una muy diferente versión de “Still Boy” para seguir con “Seraphina“, cuyo coro fue ensayado pro Kasper previo a que cantara la canción. Para un segundo encore no podían irse sin tocar “Aftermath“. “Gracias, soy Dave Grohl“, esa fue la frase con la que Kasper se despidió con la promesa de volver una cuarta ocasión.
