Por Guillermo Zamudio @_vice25 /// Fotos: Jaime Fernández (Flickr)
¡Viva La Cucaracha!
Cuando dejas de ver a algún amigo durante mucho tiempo lo más seguro es que ambos hayan cambiado, puedes recordar aquellas veces que faltaron a clases, aquellas cervezas que compartieron o esa ocasión en que salieron juntos de viaje, puede que no lo vuelvas a ver y que solamente te quedes con su recuerdo, pero si te reencuentras con él es muy probable que su amistad siga intacta.
Papa Roach volvió la noche del 23 de mayo a México después de nueve años y la relación con sus fans se mostró más fuerte que nunca, el tiempo de ausencia se notó en cada momento pero para bien, la audiencia no desaprovechó ningún segundo para hacerse sentir, para disfrutar a su banda favorita, y los de California tampoco escatimaron fuerza ni energía para brindar un show electrizante.
La noche comenzó temprano con un DJ Set de DJ Starscream (Sid Wilson, Number 0 de Slipknot) que puso el ambiente en el José Cuervo Salón mientras la gente comenzaba a entrar al lugar, desde ese momento los asistentes se mostraban dispuestos a pasar una gran noche, agitaban las manos y gritaban, nunca se presionó para que el set terminara.
A las ocho en punto fue el turno de Orgy para subir al escenario. En lo que fue su primera visita a México, Jay Gordon decidió revivir a su bebé con nuevos miembros para hacer sonar a la banda como él siempre quiso y fue notorio que el grupo disfrutó su visita a nuestro país, tanto así que Gordon tomó varias fotografías con su celular, bajó varias veces hacia las primeras filas para cantar y horas antes, el guitarrista Creighton Emrick, estuvo un buen tiempo tomándose fotos con los fans afuera del recinto.
Aunque algunos fans no estuvieron muy a gusto con la música de Orgy, en general fueron bien recibidos; el momento en el que todos brincaron y cantaron fue al final de su presentación con “Blue Monday“, el cover de New Order que los catapultó a la fama hace algunos años y en donde Jay Gordon se paseó por toda la pista para cantar con la gente, mientras una ola de celulares lo bañaba de flashes, ese fue un buen presagio de lo que vendría más adelante.
Jacoby Shaddix subió junto a Jerry Horton, Tobin Esperance y Tony Palermo para hacer gritar a la gente con “Between Angels and Insects“, la espera acabó con uno de sus primeros y más grandes éxitos y de ahí en adelante el tren musical no hizo escalas.
Algunos conciertos pueden ser catalogados como experiencias, otros como obras de teatro practicadas y repetidas paso a paso hasta el cansancio, pero Papa Roach entregó un show basado en una sola cosa: energía. Y la gente correspondió.
El lugar se convirtió en una cama elástica, brincos por todos lados, puños y palmas en lo más alto, que si eres de baja estatura seguro te impedían ver, pero que se compensaba con un salto más. Shaddix es un buen ejemplo del frontman que sabe cómo hacer suya a una audiencia, desde un “Hola putos” hasta sostener una pequeña bandera mexicana con los dientes mientras incitaba a los asistentes a gritar, si la gente ya era suya desde el momento de subir al escenario, después de aquello no habría más dueño que Papa Roach.
Despues de “Where Did the Angels Go?“, “Blood Brothers” y “Give Me Back My Life” llegó el turno de “Forever“, en donde la gente no perdió la oportunidad de cantar esas partes lentas y tan emocionales, primero junto a Shaddix y después sin necesidad de ayuda por parte del vocalista.
Conforme el concierto se hacía viejo los ventiladores del lugar comenzaban a ser un alivio, después de tanto agitar la cabeza, cantar y poner los brazos en alto, sentir la brisa de alguno, aunque fuera un momento, era de agradecerse, sin embargo, las cosas en la consola no eran tan refrescantes. Mientras “Scars” sonaba con su coro en español, el ingeniero se peleaba con varios cables que no estaban bien colocados y por más que lo intentó prefirió darse por vencido, aunque a decir verdad el desperfecto no se notó en el sonido de la banda en ningún momento.
“Lifeline“, “Still Swingin’“, “To Be loved” y “Getting Away Whit Murder” dieron el último levantón de adrenalina antes de que Papa Roach dejara el escenario por un momento para regresar con “Dead Cell” y la más coreada de toda la noche: “Last Resort“, que fácilmente pudo tirar el lugar, casi dos horas que bien pudieron ser cinco minutos, que se fueron como agua pero que seguramente quedará en la mente de la gente durante un buen tiempo.
Un concierto en donde no faltó nada, en el que el hasta la canción de la cucaracha a la que le falta mariguana fue entonada por los presentes y por Shaddix, una noche en la que todos se fueron contentos por haber pasado una noche más con uno de sus mejores amigos después de tanto tiempo de no verse las caras.
Setlist
Between Angels and Insects
Where Did the Angels Go?
Blood Brothers
Give Me Back My Life
Forever
Born with Nothing, Die with Everything
Burn
Silence Is the Enemy
Broken Home
Scars
Lifeline
Engage
Still Swingin’
…To Be Loved
Getting Away with Murder
Encore:
Dead Cell
Last Resort
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