Por Natalia Cano @Bikini_Bandit
Fotos Óscar Villanueva
La participación de Marc Ribot en la segunda edición del Festival Bestia se distinguió no sólo por la aportación sonora que el guitarrista y compositor estadounidense pudo hacer en este encuentro musical, también porque demostró firmeza en sus ideales como activista, hecho que quedó plasmado al marchar junto con miles de mexicanos la noche del jueves para clamar justicia por los 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa.
Ribot caminó por las calles del Paseo de la Reforma portando un cartel con el rostro de los 43 jóvenes, secuestrados y asesinados, en un acto solidario con el pueblo mexicano, en uno de los momentos más críticos en la historia contemporánea del país. Pocos fueron los que pudieron percatarse de la presencia del estadounidense en la manifestación multitudinaria.
Previo a la actuación del guitarrista, el trombonista Ray Anderson y la leyenda de la tuba Bob Stewart – juntos se autodenominan el dúo “Heavy Metal“- hicieron su aportación para hacer de esa noche una experiencia exquisita a los espectadores. Anderson provoca lo que sólo algunos de sus colegas logran al ejecutar su instrumento: sopla la boquilla de su trombón o tararea alguna cancioncilla desquiciada y el mundo cambia a su alrededor: una avalancha de emociones y sensaciones lo inunda todo. Anderson, además, es un maestro de su instrumento (pocos trombonistas están técnicamente a su altura), un organizador de sonidos desbordante y sabe rodearse de músicos de indiscutible solvencia que comprenden perfectamente sus ideas, como fue el caso de Stewart, a quien conoce desde finales de la década de 1970.
El dúo Heavy Metal recordó a Duke Ellington durante la velada. En un momento de la noche, Stewart le contó a los asistentes que descubrió la música de banda en un restaurante mexicano.
Marc es sin duda uno de los músicos más multifacéticos de la escena jazzística mundial. Su experiencia como guitarrista y compositor navega entre el Punk, el No Wave y el Avant-garde. Entre sus múltiples logros destaca su participación con personalidades como Tom Waits, Elvis Costello y John Zorn, entre varios más (el español Mikel Erentxun y el argentino Andrés Calamaro también figuran en la lista). Cada vez que el estadounidense hace uno solo, revienta la mente del escucha, gracias a esa mezcla de rabia y precisión total, y ese sonido punzante y cálido al mismo tiempo, que simplemente asombra con su técnica y sentimiento.
Ribot fue el segundo acto de la noche. Apenas comenzó a tocar, la ferocidad de las cuerdas de su guitarra brotó, no obstante que el músico presentaba un set acústico. De su guitarra brotaban punzadas hirientes, explosiones de alambre espinoso, rugidos metálicos. Porque él es capaz de tocar todos los ritmos, con un estilo inigualable.
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