RPM: 10 años del debut de Kasabian

Por Ernesto Acosta Sandoval @admiralhalsey_

De ritmos procesados y almas perdidas para siempre: 10 años del debut de Kasabian

Qué difícil ser un grupo inglés prometedor. Qué difícil que la NME te ponga en un pedestal y te nombre el grupo de la semana, del mes, del año y le ponga una alta calificación a tu álbum debut. Qué difícil, además, que tu álbum debut salga en un año competidísimo como lo fue 2004 (revisando los lanzamientos de ese año: Franz Ferdinand, Up The Bracket de los Libertines, The College Dropout de Kanye West, Good News for People Who Love Bad News de Modest Mouse, A Grand Don’t Come for Free de The Streets, por nombrar nada más unos cuantos). ¿Qué haces? ¿Te subes a la ola y lo disfrutas? Nunca he estado, ni estaré en esa posición, pero supongo que sí. Sobre todo si tu álbum debut es tan bueno como lo fue el de Kasabian. “Los sucesores de Oasis y de los Stone Roses”, fueron nombrados. Hasta Noel Gallagher los reconoció como tales. Y sí, a lo largo del primer disco de Kasabian hay reminiscencias a esos dos grupos y al sonido Madchester y todo lo que salía del Haçienda a finales de los ochenta, pero también lograron armar su propio sonido, cosa difícil, quizá por eso el encumbramiento de la prensa inglesa, siempre deseosa de crear nuevos mitos para luego dejarlos en el olvido.

Hay ritmos hipnóticos que ya desde “Club Foot” se perfilan para lo que viene, guitarras y riffs potentes como en “Reason Is Treason”, coros pegajosos para cantar por igual en estadios y pubs como en “Running Battle”, y dos sencillos excelentes y perfectamente exitosos: “Processed Beats” y “L.S.F.”. Y si a todo esto le ponemos un vocalista carismático con una voz aguardientosa y que canta como si estuviera a punto de desmayarse de tanto alcohol en sus venas, tenemos la fórmula perfecta para pegar con bat en la isla. Por momentos, el disco parece diseñado para satisfacer los estándares de lo que se espera de un grupo nuevo. Si lo vemos track por track, no hay una canción floja o de relleno, ni los snippets como “Orange” o “Pinch Roller” son innecesarios.
Kasabian (el álbum) está allá arriba con Definitely Maybe, The Stone Roses, K de Kula Shaker, I Should Coco de Supergrass, Up The Bracket de los Libertines y tantos otros. Kasabian, al igual que esos otros discos, la tuvo difícil al tratar de estar a la altura de las expectativas después del rush inicial y lo que nos demuestra es que, muchas veces, lo que importa es el momento. Todo lo demás sale sobrando.

Para el joven Lalo, gracias por compartir el entusiasmo.