Por moonman y Sandra Karina
Fotos cortesía de la artista y BigIdeas (OzCorp)
A finales del año pasado se presentó Juana Molina en el festival cultural Luces de Invierno. Ella no es el típico artista con el hype tradicional para tener presentaciones muy continuas en México, mas bien sabe seleccionar lugares clave y momentos para presentar su música.
En esta ocasión fue el marco de la Fonoteca Nacional y su auténtico jardín que proclama a gritos ser de Coyoacán. Así entre la naturaleza, el frío y buena música se dio uno de los momentos más peculiares musicales del año pasado.
Horas antes tuvimos la oportunidad de tener una larga plática con Juana Molina, quien como buena artista absorbe los sentimientos en el aire del lugar que visita, por lo que tuvo un shock fuertísimo al descubrir el desámino de miles de mexicanos por el caso de Ayotzinapa que irremediablemente rompió en llanto durante nuestra plática. Con la sensibilidad a flor de piel, nos dio también un mensaje esperanzador de cómo el arte puede ayudarnos en momentos de crisis.
Están pasando momentos muy difíciles en México
No puedo decir mucho porque soy ajena a las emociones del lugar, pero sé que es un espanto. Sabía que venía en un mal momento.
Tú tienes un contacto con esto porque el terror que vivimos aquí es del que tú escapaste antes
Sí, pero en ese momento era muy chica y no lo sentí. Me lo transmitieron. Hay una frase que dice: “Un muerto a diez metro te impacta a más que mil a mil kilómetros”. Cuando ves la muerte de cerca te llega mucho más que cuando te cuentan que un tsunami mató a 3 mil personas, porque es como si no tuvieran entidad; no es lo mismo ver a un muerto en frente de tu casa.
Eso pasa cuando estás afuera. Ahora que estoy aquí y he hablado con algunos mexicanos, me doy cuenta de las perspectivas de lo cierto o falso y sobretodo el manejo de medios que tienen visiones incomprensibles que cuesta entender la ambición de tanto poder… ¿para qué? (Se pone a llorar) Es algo horrible, no diré humano, al contrario, porque la crueldad es inherente al hombre sólo que con el raciocinio empeoró todo.
El arte ¿qué papel juega en estos casaos?
No usaría la palabra arte, me parece una palabra enorme en la que considero que pertenecen muy pocas personas capaces de emocionar. A mí me pasó con Picasso, yo tenía entendido que él era uno de los pintores más grandes del siglo XX porque nos lo dice gente que sabe. Yo miraba sus cuadros como veía un sillón o una mesa hasta que asistí a una retrospectiva gigantesca en Los Ángeles y ví una maternidad, sola, lejos en un pasillo. Me conmovió de una gran manera que entendí por qué él es un gran artista. Es necesaria una experiencia personal de ese tipo.
Por eso creo que no todo el arte es arte para todo mundo. No sé cuales son los límites de lo artístico y comercial, de lo emocional y lo fingido; hay gente que cree estar emocionada pero es una cosa ficticia que el mundo actual ha orillado al decir “hay que sentir de cierta manera”. Como esos gritos de las fans en programas de televisión (da un grito fingido)… ¿qué es ese grito? Es por cualquier cosa, ya nadie siente nada y grita sin sentir. A veces uno se emociona y no lo puede expresar porque la misma emoción te introvierte o se la guarda para sí.
Todos los tiempos eran controversiales cuando eran presentes en ese momento. Cada uno cree que es raro y añora, aunque Drexler dice que todo tiempo pasado fue peor y no hay tiempo peor que el perdido en añorar. Me molesta lo ficticio. Los tiempos van cambiando y sus códigos, pero siempre importará lo que uno siente. Lo falso y hacerle creer al otro que te emocionaste cuando no lo sientes. Hay muchos gestos vacíos. Es un código Facebookeano por querer llegarle a todo el mundo por simple identificación. Creo que hay que calmarnos un poco.
¿Y cómo te paras tú ante esta hiperinsensiblilidad vacía?
No puedo hacer nada mas que hacer lo que hago y que pase lo que tenga que pasar. Me emociona cuando alguien hace algo que puedas ver su alma, aunque sea un alma horrible, pero es ver lo verdadero y transparente que no busca un resultado ulterior, sino que hacer música sea el objetivo en sí.
Es como vivir el momento
Yo siempre digo que es pasado. Me la paso suponiendo y esperando que el futuro sea diferente, pero entre esos dos momentos vivo con un presente inexistente. El único momento realmente presente que siento que vivo y me doy cuenta después es cuando grabo los discos porque no pienso, y la única forma de vivir el presente es sin pensarlo, sino vivirlo. Me doy cuenta que cuando el pensamiento interviene. Cuando pasa eso en el estudio, las tomas no sirven porque lo estoy manipulando y estoy metiendo una intensión y creo que cuando la hay, falla.
Lo curioso es que este disco tiene una fecha (Wed 21)
Fue llamar algo que no tenía nombre. Fue la única canción que no tenía nombre y se le quedó el nombre del archivo y después como no había una palabra que definiera o representara el disco le pusimos un nombre de catálogo: Wed 21. Es un nombre neutro que no transmite nada.
Particularmente en este disco hay muchas capas de estos momentos. Supongo que la forma de componer es dejar un ritmo y escucharlo y complementarlo. Es como un bordado
Siempre describí la forma de componer como bordar. Las cosas conforme van llegando se ubican en un lugar. Entonces el disco a medida que se compone, se mezcla y se hace todo a la vez por lo que al terminar no hay mucho que hacer. Sólo se liman cosas y se cortan hilos que sobresalen del bordado.
Cuando yo era chica, pasaban entre los programas una animación. Hubo uno de una mano con un lápiz y comenzaba a dibujar una cosa y de golpe ¡tras! armaba un dibujo increíble. El tipo no comenzaba con el círculo de la cara, mas bien con la sombra del cuello o botón. Había una forma de percibir el espacio y forma absolutamente incomprensible para mí que no soy ilustradora. Siempre me fascinó que las cosas de la nada tomen forma y siento que así son las canciones.
¿Qué relación tiene con el público este proceso creativo al pensar en ellos al crear?
No existe. Posiblemente cuando las canciones se arman para en vivo. Es un proceso inverso porque se desarma la canción y veo qué cosas son las más importantes para importarlas al escenario. El proceso de grabación de este disco fue completamente diferente que los anteriores por lo que no tenía una base mántrica de loop con la que se comienza a construir lo demás. Me llevó mes y medio llegar a la conclusión de que necesitaba un baterista porque antes me presentaba en dúo.
¿Qué sigue?
Desafortunadamente no tengo tiempo para grabar. Tenía pensado que de enero a marzo me dedicaría a hacer “el primer bordado” para terminarlo en mayo y junio, pero me salieron unos viajes a Japón y unos shows en la costa. No puedo interrumpir la grabación porque cada vez que salgo me cuesta regresar nuevamente. Esperemos que en 2015 haya otro disco.
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