Por moonman
Fotos Feli Gutiérres Flickr
Hace unas semanas Sharon Van Etten ofreció un íntimo y gran concierto en la ciudad de México. Por ser su primer visita al país, se mostró muy atenta por lo que quiso que varios medios tuviéramos una entrevista en persona con ella. El lugar de la cita fueron los acogedores Estudios Panoram, propiedad de Zoé, con un gran ventanal que ocultaba los rayos de Sol un frondoso árbol.
Tras la grabación de una muy bonita sesión de estudio que hicieron para Filter México y Deezer (y que saldrá en breve), nos recibió uno a uno en un medio ambiente familiar para ella: rodeados de micrófonos, instrumentos y sillas cómodas. Fue así como nos dio una muy relajada plática en donde justamente conocimos el tras bambalinas de una persona que usa las canciones como terapia para tratar de entender momentos duros por los que ha atravesado. De ahí la primera advertencia que le hicimos al comenzar la entrevista de que hablaríamos sobre el dolor y la alegría.
¿En cuáles casos crees que el dolor haya sido algo que te haya inspirado?
Empecé escribiendo cuando pasaba un mal momento sin darme cuenta que era una terapia para mí. No sabía cómo decir lo que sentía a los demás por lo que mejor escribía canciones y las grababa. Después de varios años he aprendido que es algo esperanzador comunicar lo que siento, ya que soy una persona introvertida y me cierro la puerta para los demás, por lo que no soy muy buena pidiendo ayuda.
Cuando escucho mis canciones ya grabadas, me doy cuenta de lo que pasaba y me motiva a seguir adelante. En este caso no sé si el dolor es algo positivo, pero este proceso me ayuda y me motiva a se una mejor persona.
Las canciones a veces funcionan como espejos en el sentido de que reflejan partes de uno que normalmente uno no puede ver, como el ver tu propia espalda
Algunas de mis canciones pueden significar algo diferente del momento que las escribí a un par de años después. Su significado está cambiando constantemente. Es como un ser orgánico.
Tu estilo podría definirlo como algo muy sencillo a pesar de que hay muchas texturas escondidas en tus discos, ¿cómo se va adornando la estructura inicial?
Me gusta estar en el estudio con mis amigos. Una vez que tenemos los huesos de la canción somos muy honestos al decidir si nos puede servir o si les falta algo: a veces les falta algo complejo y otras veces sólo necesitan algo sencillo. Me gusta tener oídos externos que me orienten, como el que me digan que hace falta una guitarra extra o algo más. Es algo muy colaborativo, me gusta mucho escuchar las ideas de los demás aunque a veces no me gusten.
Muchos artistas se obsesionan con revolucionar su sonido con cada disco y experimentan al extremo. En tu caso, un nuevo disco es como descubrir un cuarto nuevo dentro de la misma casa
Mi sonido no necesita crecer porque las canciones que compongo son muy sencillas. Las progresiones son las verdaderamente retadoras. Los coros normalmente miden lo mismo. Me gusta el espacio porque las canciones se concentran en las letras porque son el núcleo de mis discos.
Muchas de mis canciones son muy melódicas y la instrumentalización deben de apoyar la melodía sin sobrepasarla. A veces comienzo con cinco tracks y termino con 20, luego exploro una por una y me pregunto si realmente son necesarios tantos elementos. A menos de que necesite resaltar algo en un cierto punto de la canción. Yo nos soy una persona que se dedique a la producción, más bien me concentro en la canción porque quiero escuchar la melodía, la guitarra, bajo y teclados. No necesito hacerlo más complicado de lo que es.
¿Cuál canción crees que es la más placentera que tienes y que en los conciertos te llene de emoción?
Depende del día, pero la canción “Every Time The Sun Comes Up” siento que puedo bromear conmigo; es oscura pero me puedo reír de mí misma. No iba a entrar en el disco ya que la compusimos y grabamos en el estudio. Me da un sentimiento dulce y feliz porque cuando la toco volteo con mis músicos y recuerdo ese momento en el estudio.
“Tarifa” es probablemente la canción más positiva y de amor porque me recuerda un bello momento que tuve en unas vacaciones con mi ex cuando estábamos en Tarifa, España. Me sentía en paz y ahí mismo escribí el demo. Fue un buen momento que no quiero olvidar.
¿Cuál ha sido el mejor halago que te ha dado algún fan de tus canciones?
Alguien que le gustaba mucho mi disco escribió una reseña. Al leerlo sentí que a veces las personas en la música son egoístas y autocomplacientes, me dio algo de paranoia al saber qué significan para los demás mis canciones que escribí en tiempos de crisis y que tienen un contenido pesado para mí.
Cuando estoy en el escenario abro los ojos, veo la audiencia y me pregunto si realmente entienden lo que digo y si es les estoy dando algo positivo o si realmente les está ayudando en cierta forma mis canciones.
Perdí mi compañero de vida de 10 años, no tengo una vida muy hogareña, no soy una buena hija, hermana y amiga porque estoy fuera casi todo el tiempo de gira por lo que me pregunto: ¿qué tan importante y responsable es ser un modelo a seguir de la gente?
Sí ayudo a la gente en cierta forma porque disfrutan de lo que hago. Cuando alguien se acerca conmigo después de un concierto y me dice que mis canciones le ayudaron en momentos de soledad, es un cumplido que viene de un lugar muy honesto y me hace sentir bien porque les ayuda una canción que comenzó como un momento de egoísmo.
Es difícil porque estás frente a la gente en un concierto y uno está lleno de inseguridades y aún así les mandas mensajes de amor. Es extraño, es algo psicológicamente muy difícil pero me gusta y es mi trabajo… Tal vez comience a hacer comedia (se ríe).
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