You’ve got to shake the waist:
15 años del debut de LCD Soundsystem
Por Ernesto Acosta Sandoval @erniesandoval_
¿Qué es lo que hace a una banda legendaria? ¿Qué le otorga reconocimiento y la vuelve referente obligado para hablar de una época o de un momento en específico? Los caminos de la música Pop son caprichosos e impredecibles. Es imposible adivinar qué banda o solista va a lograr marcar el ritmo con el que movamos los pies y la cabeza. Pero si tu nombre es James Murphy y has sido el hombre detrás de la cortina de muchos, incontables actos que sabes que has escuchado y probablemente bailado con su música, entonces ya te la sabes. Tienes un colmillo que se arrastra hasta el suelo y lo usas para tu bien. Sabes perfectamente qué va a atraer tanto a propios como a extraños de la escena Dance neoyorquina, y quizá hasta mundial, pero vamos paso a paso que los que conquistan el mundo no lo hacen de un jalón. A menos que seas James Murphy, insisto.
Ya para 2005 había habido un revival del Punk neoyorquino de finales de los setentas, pero todos los grupos hasta ese momento sonaban a Television, a los New York Dolls, a los Ramones y a Blondie, cosa que no está nada mal, pero no había un grupo que sonara plenamente original, a otra cosa o que propusiera algo distinto. Y entonces llegó LCD Soundsystem proclamando que Daft Punk estaba tocando en su casa e invitándonos a bailar, mover los brazos y sudar por todos los poros del cuerpo. El disco debut del nuevo proyecto del fundador de la DFA era una mezcla enloquecida de todo lo que se nos pudiera ocurrir: Dance, Tecno noventero, House manchesteriano de finales de los ochenta, Punk, Punk Pop. Y sonaba endemoniadamente bien y único. LCD Soundsystem tenía la mezcla perfecta de ingredientes para no sonar pomposo, ni presuntuoso, ni burlón, ni que estuviera exprimiendo una influencia al grado de sonar ridículo. Desde el primer golpe de bajo, con el que comienza el disco, sentías todo retumbar en el pecho y sabías que las siguiente nueve canciones iban a estar igual o más atascadas. Y lo mejor era que nunca defraudaba. Lo único que no querías era que se acabara la fiesta que empezaba en tu sala, o en tu recámara o en tus audífonos. Incluso en el momento de bajón y despedida del álbum (“Great Release”) el octanaje no decae.
Hoy, a 10 años, con dos LPs más (Sound Of Silver, This Is Happening), infinidad de EPs, sencillos, remixes, un fastuoso y espectacular concierto de despedida (tanto en formato de audio, como en video, titulados respectivamente The Long Goodbye y Shut Up And Play The Hits, imperdibles ambos), cada vez que el aguja cae sobre el primer surco podemos estar seguros que James Murphy sonríe satisfecho mientras toma el micrófono para decirnos que está perdiendo el filo, aunque no sea cierto y no le creamos. El estatus legendario que LCD Soundsystem generó en seis años de carrera nadie se lo quita.