Por Alejandro Ramírez @le_fraktal
Fotos Óscar Villanueva (Flickr)
Himnos en honor a una abundante cacería
Ya nos somos los mismos espectadores de hace 15 años cuando Linkin Park llegó a nuestros oídos por primera vez con Hybrid Theory y un par de años después en vivo por primera vez en México, ahora los selfie sticks nos estorban la visión, los inmuebles suenan mejor y son más cómodos, la sudorosa y carnal experiencia del mosh pit ha mutado a una extraña forma de presenciar un evento en un cómodo asiento con un mesero a tu servicio, tanta comodidad nos incomoda.
Pero esos choques generacionales se disipan ante los acordes, la emoción comienza con el primer alto decibel, y es entonces cuando volvemos a ser aquellos que agitan su cabeza al ritmo de la batería, que cantamos “Papercut” en honor a nuestra condición de espectadores, y mientras a kilómetros de distancia Backstreet Boys también hacían que en una noche la ciudad viaje en el tiempo al año 2000, nosotros sabemos que estamos en el lugar correcto en el momento ideal.
El Rap-Core de Mike Shinoda, las frases abstractas, el MC honorario desde siempre, Chester Bennington invocando el drama, el dolor, la melodía, “Given Up” para alentar el frenesí, “Points Of Autority” para declarar el mando absoluto del escenario y “One Step Closer” por aquellos viejos tiempos. El padre que no se queda quieto y el hijo a su lado que piensa: “Estás haciendo el ridículo”, pero qué importa cuando tienes enfrente a una banda que marcó los años de escuela y el andar en patineta.
“A Line In The Sand”, el inicio de la Hunting Party, el canto a la búsqueda y al descubrimiento, los sonidos más recientes pero las mismas ansias de supervivencia, “From The Inside” y esa aparente calma que siempre han provocado para estallar en riffs y gritos desoladores. “Runaway” y sigue la persecución a través del tiempo y la obra de una banda con un sonido pulcro en directo, sincronía entre los samplers y los instrumentos, el público luce desde las alturas como un panal que aflora y se mueve buscando a la abeja reina. “Wastelands” y “Castle Of Glass” para calmar y hacernos observar, “Robot Boy” para cantar, “New Divide” para esperar el holocausto robótico, “Breaking The Habit” para sentirse libre de ataduras en una noche de martes.
“Final Masquerade” por el presente de la banda y su escabroso paso por el EDM, los escépticos que observan y los más jóvenes que bailan, la brecha generacional de por medio, pero la música siempre al rescate. “Welcome” de Fort Minor y “Numb” para que Brad Delson y su guitarra vuelvan a entrar en total acción, “In The End” para cantarle a los viejos tiempos, emular los movimientos al rapear, brindar por los días de gloria donde todo era más sencillo, “Faint” para que valga la pena el dolor de las cuerdas vocales.
“Crawling” para después de la salida en falso y la intensidad del gran final, “What I’ve done” se pregunta la banda ante los cuerpos sudorosos y cansados, ante el grato recuerdo de volver a la que se ha convertido su casa en nuestro país, la Arena Ciudad de México y 16,700 cazadores a la orden, la persecución por terminar. “Bleed It Out”, que todo fluya para el desfogue, el último tema, la gran despedida y la promesa de volver, los padres que esperan en las escaleras hacia la calle, el verano que apenas comienza, las labores en las que tendremos que pensar mañana. La vida seguirá pero siempre tendremos bandas que a pesar del implacable paso del tiempo nos harán sentir las mismas emociones, momentos que siempre nos harán falta.
Checa la reseña de su concierto en 2012
Setlist
Papercut
Given Up
Points of Authority
One Step Closer
A Line in the Sand
From the Inside
Runaway
Wastelands
Castle of Glass
Leave Out All the Rest / Shadow of the Day / Iridescent
Robot Boy
Joe Hahn Solo
New Divide
Breaking the Habit
Darker Than Blood
Burn It Down
Final Masquerade
Wretches and Kings / Remember the Name
Welcome
Numb
In the End
Faint
Encore:
Crawling
Waiting for the End
What I’ve Done
Bleed It Out
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