Come On Feel The Illinoise:
15 años de Illinoise de Sufjan Stevens
Por Ernesto Acosta Sandoval @erniesandoval_
Hay álbumes cuya concepción, proceso de grabación y lanzamiento muchas veces sobrepasan su contenido y oscurecen lo grandes que pueden ser por dentro. Hay álbumes cuyo alcance muchas veces queda oculto por la historia que hay detrás de todo lo que llevó a su creación. Illinois (o Illinoise, o Sufjan Stevens Invites You To: Come On Feel The Illinoise), no es uno de esos álbumes.
Stevens, hace 13 años, comenzó un esfuerzo que, haya sido broma o no, se antojaba imposible y grandilocuente: grabar un disco dedicado a cada estado de la Unión Americana. Sólo hizo dos. No importa que no haya hablado en serio al momento de querer hacerlo. El proyecto, de entrada, podría sonar presuntuoso, pero la realidad no podría estar más alejado de eso. Si somos justos y objetivos, la idea tiene un halo de amor a la música y a la cultura del país que lo vio nacer, sobre todo si ponemos atención a lo que Stevens está cantando. Gran parte del pilar que sostiene a Illinois como la obra épica que es son las letras, resultado de una minuciosa investigación histórica sobre el estado. Stevens se convierte en un cronista del pasado para entender el estado al que le está cantando. Letras que hacen referencia a Saul Bellow (quizá el escritor más representativo del estado) con un estilo directamente heredado de William Carlos Williams, Walt Whitman y Ralph Waldo Emerson (en canciones como “Chicago”, “The Seer’s Tower”, “Prairie Fire That Wanders About”). Stevens quiere ser el heredero de la tradición literaria de estas figuras, con el agregado de influencias musicales tan disímbolas como Steve Reich, Cole Porter, Neil Young y Nick Drake (notorio en “Casimir Pulaski Day”, “The Tallest Man, The Broadest Shoulders”, “The Predatory Wasp Of The Palisades Is Out To Get Us!”).
Illinoise no es un disco sencillo, ni fácil de escuchar, por más que la voz de Stevens sea delicada y suave, al igual que su manera de tocar la guitarra y el piano. Illinois está envuelto en una capa de melodías dulces, pero es complejo y muerde. Es un álbum conceptual demandante, te pide que estés siguiéndolo canción por canción y que no lo abandones. La recompensa lo vale.
