Por Diego Álvarez Rex
Fotos Salvador Bonilla (OCESA)
Afortunados los que aún pueden hacer retumbar el Palacio de los Deportes en la Ciudad de México no solo mediante amplificadores y sistemas de sonido para sonorizar una guerra, sino con una arena abarrotada y entregada en cuerpo y garganta a todo lo que da.
Más allá de apelar al hecho de que se trata de una banda de metal que ha trascendido generaciones, con todo y el hecho de que llevan más de diez años sin lanzar un material de estudio, la banda californiana derrocha talento y carisma sobre escena con piezas totalmente atemporales y, cuyas temáticas anti-bélicas y de protesta, les otorgarán vigencia de por vida convocando moshpit a diestra y siniestra.
Aunque por un principio Serj Tankian hubiese parecido aburrido y prácticamente rutinario al cantar debido a movimientos acartonados y sonrisas forzadas, el resto del grupo desde el segundo uno de lo que terminarían siendo casi dos horas y más de treinta canciones de concierto, bailaron, brincaron y dieron todo de sí como sí tuvieran un punto que probar, y tal vez ellos mismos por el hecho de ir ya por cinco años de una gira de “reencuentro” sí necesiten probarse vigentes, el público no hizo más que reaccionar en éxtasis total en tema tras tema.
Quien realmente llevó a la desquiciada arena de la mano durante el concierto fue Daron Malakian, guitarrista que aunque intentó inclusive una dinámica de “minuto de silencio” para un recién fallecido en la familia de System of a Down, su resignación era tener frente a sí a la audiencia más escandalosa que una banda podría pedir, y con todo y que la banda sacó de sorpresa un par de obscuros temas de sus primeros demos, “DAM” y “Temper”, los vasos de cerveza jamás dejaron de volar y los cuerpos ataviados de negro no encontraron reparo al estarse golpeando entre sí.
Sobre cualquier cosa, la creatividad de las canciones de este grupo de raíces fuertemente arraigadas en las tradiciones y cantos de Armenia bajo la ocupación soviética, destaca por ser de los actos igualmente más pesados dentro del metal alternativo que hay hoy día, rápidos y contundentes como sí ellos mismos trajeran una guerra en los instrumentos; el juego de luces más las temáticas de las canciones realmente invitaban a un trance dentro de las historias de sufrimiento, angustia y depresión que gran parte de los estridentes temas del grupo aborda.
Sin pauta para un encore o extensos agradecimientos para finalizar una gira por América Latina, la banda mandó un par de saludos al público y tras su clásico “Sugar”, la banda se esfuma para dejar escuchar “Against All Odds” de Phil Collins en el sistema de sonido como si de un trance o un sueño donde todo era caos se hubiera terminado. Uno de los mejores shows del año sin duda alguna.
Setlist
I-E-A-I-A-I-O
Suite-Pee
Attack
Prison Song
Know
Aerials
Soldier Side – Intro
B.Y.O.B.
Soil
Darts
Radio/Video
Hypnotize
Temper
ATWA
CUBErt
Needles
Deer Dance
Bounce
Suggestions
Psycho
Chop Suey!
Lonely Day
Question!
Lost in Hollywood
Vicinity of Obscenity
Forest
Spiders
DAM
Cigaro
Toxicity
Sugar