Por: Diego Álvarez Rex
Fotos Salvador Bonilla (OCESA)
No es para menos que una, literalmente, “institución musical” como la Orquesta del Buena Vista Social Club se pueda dar el lujo de venir dos veces al año al mismo enorme foro ambas con ello total, y más cuando se trata de una susodicha gira Adiós Tour, “¡Cuántas despedidas sean necesarias!” se escuchaba entre el público.
Si bien de aquel mítico ensamble de músicos que Ry Cooder “descubrió” hace más de veinte años apenas quedan cinco, en que destacan Omara Portuondo y su esposo Papi Oviedo, Barbarito Torres, Eliades Ochoa y Guajiro Mirabal, quienes ya casi pegándole a los noventa años de vida aún giran por los festivales y teatros más importantes del globo llevando la tradición cubana del danzón y el son que enamorara a varios como Manu Chao, Jools Holland y Damon Albarn quien en algún momento colaborara con el fallecido Ibrahim Ferrer para el debut de Gorillaz, además de aquel célebre álbum Rythms del Mundo que entre Grammys y ventas platino, mezcló al ensamble con nombres como Faithless, Kaiser Chiefs y Franz Ferdinand.
Entonces, la fama y presencia de este laureado y magistral ensamble de músicos dirigidos ahora por el trombonista Jesús Ramos, está más que de sobra cuando la energía y poder de su canon de trabajo se antepone como una mezcla de Folclor, Jazz y música de cámara imposible de resistir, desde obligados como “El Cuarto de Tula”, “Chan Chan” y “Dos Gardenias”, hasta piezas no tan conocidas pero igualmente de contundentes como “Black Chicken 37”o “El Trombón Majadero” con brillantes secciones instrumentales que remiten desde los clubes de Jazz de Nueva York hasta las casas más humildes de los suburbios de La Habana.
Si bien la curricula de Omara originalmente la llevara a cantar al lado de Edith Piaf y Duke Ellington, hoy sus colaboraciones están más orilladas a la balada popular rindiendo tributo a Pablo Milanés y Francisco Céspedes durante su parte en el escenario, aún se toma el tiempo para “20 Años” y “Lagrimas Negras”, recibiendo las mayores ovaciones de toda la noche.
El concierto fue un gran ejemplo de lo que el ensamble fue en algún momento y como su presente busca capturar esa esencia mediante tributos audiovisuales donde se proyectan fotografías de los integrantes fallecidos al ritmo de sus canciones más emblemáticas, pero sobre todo, el concierto del pasado domingo tal vez fue porque la conmoción era demasiada, pero jamás se sintió como una despedida, como el susodicho “adiós” que advertía el nombre de la gira.
La Orquesta del Buena Vista Social Club en su último concierto en nuestro país se sintió como visitar a un viejo familiar que sabes ya cómo es, que en cualquier momento nos deja por su avanzada edad, pero jamás planeas despedirte de él ya que de algún modo siempre estará contigo.
Pingback: RPM: 15 años del debut de Gorillaz - Me hace ruido
Pingback: Ibeyi @ Foro Indie Rocks! - Me hace ruido
Pingback: El proyecto de Anna Prior de Metronomy - Me hace ruido