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40 años de The Third Reich ‘N’ Roll de The Residents
Por Ernesto Acosta Sandoval (@erniesandoval_)
The Residents no son músicos en el estricto sentido de la palabra. Mucho menos son músicos Pop. Los Residents son teóricos, académicos de la música Pop. Investigadores y analistas en activo desde hace ya casi 45 años. Quienes quiera que sean que se esconde detrás de esas máscaras, hacen una labor exhaustiva e inacabable de desarmar un discurso que nos rodea y nos fascina. Ellos mismos nos fascinan a los fans, en parte por su celoso anonimato, en parte por la rudeza a la que nos someten en cada uno de sus discos, proyectos multimedia o performances en vivo. Pero por “fascinación” me refiero a la manera en la que uno se acerca morbosamente a algo que no termina de entender. Los Residents también son provocadores, como la música Pop y el Rock and Roll tendrían que serlo. Y lo saben. De ahí, lo fascinante en su segundo álbum de estudio, The Third Reich ‘N’ Roll. Lleno de iconografía nazi, desde el título hasta el empaque, los nombres de los dos tracks que lo componen y las etiquetas en el LP: Dick Clark (el famoso conductor del programa American Bandstand, responsable de la explosión de muchas bandas populares en los cincuentas y sesentas, y también conocido por despedirse de su audiencia realizando un saludo militar) disfrazado en uniforme militar del Tercer Reich, con Hitler bailando a su alrededor.
No es fácil ni es agradable enfrentarse a un álbum así, pero si uno pasa la superficie y se interna en el contenido del álbum, la ironía está presente todo el tiempo y la recompensa es enorme. No estoy diciendo que el contenido del disco sea amigable, tampoco. En realidad, es desconcertante por decir lo menos. Sólo que ningún artista había sido capaz hasta ese momento de desmenuzar la música de consumo masivo de esa forma. The Third Reich ‘N’ Roll está compuesto por dos piezas de, en promedio, 17 minutos cada una: “Swastikas On Parade” y “Hitler Was A Vegetarian”. Cada una es un pastiche con 15 y 14 fragmentos, respectivamente, de canciones en extremo populares de los últimos 20 años hasta la aparición del disco, al menos hasta donde es reconocible: muchas veces las canciones se traslapan y resultan imposibles de identificar. Aun así, en los dos tracks conviven America, ? And The Mysterians, James Brown, los Box Tops, los Beach Boys, Ohio Express, y hasta los Rolling Stones y los Beatles. Algunas veces son sampleos, otras son re-interpretaciones por parte del grupo. Pero siempre con un sentido de parodia y sátira inauditos. Es como si los Residents estuvieran haciendo paralelos entre el lavado de cerebro por parte del partido nazi (así con minúsculas) y la industria musical, siempre dispuesta a darle de comer al público a la fuerza productos muchas veces desechables.
En resumen, The Third Reich ‘N’ Roll es uno de esos pocos casos en los que la música se trata sobre la música. Es un análisis de lo que sucede cuando la audiencia no es tomada en cuenta para diseñar sonidos y es el resultado imposible de cómo volver pesadillesco algo tan, en apariencia, inocuo como el bubble-gum pop de los años sesenta. Los Residents le prendieron fuego a la esencia de la música popular y la mandaron a las calles a romper los cristales.
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