Por moonman
Fotos Iván Castillo @ivanovobeach
Pocas bandas hoy en día pueden decir que están forjando una carrera sólida sin trucos mercadológicos por detrás. Pocas bandas logran llegar a emocionar en muchos aspectos al escucha: desde los más sensibles con canciones tranquilas, a las potentes con grandes riffs. Foals ha logrado esto con sus cuatro producciones y una década de vida.
Recalco que pocas bandas lo logran porque sólo recurren a hits y sonidos comprobados y Foals ha logrado explorar en cada disco su propio potencial como músicos, ya sea creando su clasificado “Rock matemático” del álbum debut Antidotes, ambientes desolados y esperanzadores en Total Life Forever, y combinaciones de potencia y Pop en sus dos más recientes discos.
Eso hace que en sus setlist tengan una gran variedad de sabores y momentos, dejando a la expectativa al público para saber cuál será su siguiente reacción. Para el combo de inicio con “Snake Oil“, “Olympic Airways” y “My Number” la gente se sacudió el letargo que a pesar de que Camilo Séptimo logró quitar, fue con estas canciones donde la gente demostró su real potencial como receptor de todas las emociones de Yannis y compañía.
A pesar de que Yannis no es muy platicador, dejó en claro en muchos momentos que extrañaban regresar y que sentían mucho que se haya pospuesto el concierto de octubre. Sólo mostró un momento de inconformidad al tropezarse mientras estaba el puente musical de “Mountain At My Gates“, pero eso no pasó a mayores. Ya para el final, decidió acercarse más al público en donde todos quería agarrar un pedazo del cantante.
Los momentos más delicados corrieron a cargo de “Spanish Sahara“, una de las consentidas de muchos fans, y la nueva “A Knife In The Ocean“, que unos segundos después se convirtió en un demonio con “Inhaler“, una de las más potentes canciones que encontró a su hermano en la nueva “What Went Down” que en vivo no desilusionó para nada y que pinta para quedarse en el resto de sus setlists. Hablando de canciones potentes “Providence” no se queda atrás, y es que es de las joyitas perdidas del Holy Fire y se notó que sigue creciendo.
Considerando que Foals es una banda en pleno crecimiento, no puedo imaginarme lo que lograrán hacer en los siguientes años porque han mantenido una visión muy acertada en su carrera: no se han dejado llevar por las tendencias sólo para vender más discos o tocar en lugares más grandes y han tenido un crecimiento gradual que les ha valido la validación por parte del público y la crítica. Ojalá sigan inquietos y buscando nuevas formas de hacer música.
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