Por Jorge Vigueras
Fotos Óscar Villanueva (Flickr)
Aquellos seguidores de Megadeth que se reunieron la noche de ayer en el Pepsi Center WTC, se merecen una ovación ya que, sin importarles nada, dejan a un lado sus problemas personales y durante el concierto, todo se transforma en felicidad pura, brincando, cantando, levantando los puños y gritando en todo riff que se los permita la palabra “Megadeth”.
La banda, a pesar de haber tenido recientes cambios de alineación con la salida de Shawn Drover y de Chris Broderick; así como también, algunas controversias con cancelaciones en El Salvador, actualmente se encuentran de gira presentando Dystopia, que es su más nueva producción que lanzaron a principios de este año.
Este, su disco número quince y suena con mucha potencia y sin nada novedoso, sin embargo Megadeth ha sido de los pocos Thrashers que ha mantenido esa línea “underground”, cosa que ahora en vivo, enriquecen mucho el brasileño Kiko Loureiro (ex Angra) en la guitarra y el virtuoso Dirk Verbeuren en la batería dándole ese sonido de madurez, técnica, precisión y fuerza a la banda.
Con un escenario semi-simple, en el que sólo habían algunas pantallas con imágenes de calidad mala pero manteniendo siempre esa actitud metalera, la banda salió ante el público mexicano a agradecer que siempre son fieles a los Californianos y que están allí, pase lo que pase, ovacionando a una de las mejores bandas de Thrash Metal que hay en la historia de la Música.
Dave Mustaine, en varias ocasiones, se dirigió al público para darles las gracias y la gente le respondió con mucho cariño que se han ganado con los mexicanos.
Fue un show mezclado de canciones de cada década. El sonido varió durante lo largo de la presentación, al principio se escuchaba todo saturado y era difícil identificar los instrumentos por lo fuerte y sin detalle que se escuchaba. Poco a poco fue mejorando, a veces se subía mucho las guitarras, luego la voz, y así, cada instrumento hasta quedar lo mejor posible.
De los mejores momentos, se podría decir que el abrir con Hangar 18, que a pesar de escucharse mal, prendió mucho a la gente. “Symphony of Destruction”, “Peace Sells” antes del encore dejó ardiendo a la gente para su regreso con “Holy Wars… the Punishment Due”.
Sus shows no cambian mucho de gira a gira, la banda no arriesga de disco a disco, sin embargo, se mantienen y guardan esa energía que siempre dan al público mexicano que tanto quieren y que los recibe con brazos abiertos.
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