La Big Rabia
La Big Rabia
Algorecords
7.5
Por Tlaloc Ruiz @Tlalocorg
¿Qué le podría poner un chileno a la música de los negros? ¡Ruido! Pero esto no quiere decir que retoman la música de los esclavos afroamericanos para sencillamente subirle el volumen y anhelar libertad en una realidad imposible de digerir, sino que mediante una batería y una guitarra, La Big Rabia rompe sus propias cadenas espirituales y hayan la verdadera emancipación que necesitaban para llegar a este tercer álbum.
El Garage Rock chileno hoy día es tan variado como el resto de su música, y mientras Chicos de Nazca, The Holydrug Couple y Föllakzoid puedan compartir escenario en Primavera Sound con los estelares de esta reseña, su pasaporte es lo único en que realmente coinciden siendo que La Big Rabia es delatado por su practica y adoración al Blues del Delta, pero traído a la ya conocida contemporaneidad del Garage Rock cantinero que le pega al bolero como Pescado Rabioso o San Pascualito Rey o claro, la primera comparativa que viene a la mente cuando vemos el ensamble de Santiago de Chile en su plenitud, y que para este álbum homónimo estuvieron detrás de la mezcla: Guadalupe Plata.
A pesar de ser su tercer placa, la banda decide bautizarla simplemente La Big Rabia ya que de acuerdo a ellos representa una vuelta al natalicio como del primer capítulo en su nueva vida se tratara, más el gran cambio en sus predecesores independiente a las apariciones de Pedro de Dios en dos temas, es enfocarse más en las texturas lentas y contemplativas de la melancolía y el sufrimiento del Blues Rock, ¿podría tener algo de raro que una colonia mesoamericana superviviente no solo a exterminio indígena sino a dictaduras de casi dos décadas, traduzcan con sabiduría y fruición el instinto libertario que un día fue patrimonio de los negros? La respuesta está en el penúltimo tema del disco “Voy a hacer lo que hay que hacer”.
Uno de los lanzamientos más viscerales y electrificados de la región andina en mucho tiempo, ya que aunque pareciera a simple vista un Blues Rock minimalista como en álbumes anteriores, temas como “Las sombras de ayer” y “Vete ya” no escatiman en su sonido sino crean capas que le dan un grosor superior, aunque el principal protagonista de esta nueva faceta de La Big Rabia no es el gritadero inentendible, sino las deprimentes historias perfectamente gesticuladas y superpuestas sobre los requintos y redobles para que no haya escapatoria del tétrico mensaje que este álbum quiere comunicar: el mundo es cruel y no hay escapatoria.