Local Natives
Sunlit Youth
Loma Vista Records
5.9
Por José Marr @JR_Marr
Crazy Rhythms Music
Gorilla Manor del 2010 fue un caso maravilloso, la carta de presentación de una banda que tomaba gran parte de las extravagancias primitivas de David Byrne y Talking Heads que particularmente resaltaba por una hiperactiva batería, lo anterior en conjunto con toda la iluminación melódica a tres voces semejantes de contemporáneos como Fleet Foxes o Band Of Horses, Más tarde, Hummingbird encontró a Local Natives ayudándose de Aaron Dessner (The National) para descubrir ese lado más espeso y turbio pero a la vez más inspirador de los sentimientos. Desde ese entonces no se han acercado en lo más mínimo a la grandeza de su debut, pero han buscado, han experimentado con nuevas formas para dar vida a nuevas canciones que evoquen algo y de la particular forma que han podido patentar.
“Past Lives” se estrenó hace unos meses como primicia de lo que sería Sunlit Youth, el track adecuado que mostraba el desplazamiento de la banda hacia un plano donde los sintetizadores, loops y la electricidad en sí, tendría mayor cabida, aún con esto, permanecía la suavidad siempre vulnerable de Taylor Rice en las vocales y las sombras mordaces de Kelcey Ayer; Matt Frazier por su parte con el traqueteo tan medido como descontrolado. “Past Lives” significaba una garantía de lo que depararía Sunlit Youth. Sin embargo el compendio completo expone más un desequilibrio por llegar a otro punto sin despegarse totalmente de la raíz, a veces con resultados tibios como “Fountain Of Youth” que pretende ser un himno de juventud invencible ante el sistema político de una forma sumamente convencional pero sobre todo, vacía. Por otro lado “Villainy” inaugura con acierto, elegancia y brillo a tiempo que se percibe la ebullición de los nuevos elementos; burbujas, bucles, loops electrónicos reaccionando aquí y allá, mientras que vocalmente todos van empujando con sutileza hacía el momento final. Pero tanto aquí, como en “Dark Days” por el groove acuoso y las guitarras membranosas, se escucha una identidad que se siente más familiar a Foals que la esencia misma de la banda.
La a veces absurda necesidad de conseguir la evolución o conseguir resultados más ambiciosos los lleva a los procesos de “Masters“, que si bien logra los coros con talla de himno en su lapso final es bien gracias a su stomp semi-festivo o ese solo de guitarra sumamente nítido y filoso, dicho sea de paso la letra habla de un futuro cercano donde las nuevas generaciones no conocieron la radio o que alguien está enamorado de una chica feminista ¿Millenials?. Con “Coins” sucede algo parecido, por primera vez abordan golpes de guitarra del R&B que se transforman en una vivacidad Funky, muy a pesar del alcance pasional de la voz de Ayer no consiguen absolutamente nada. Todos estos retoques de estudio los trastornan de modo que cuando vuelven a lo cotidiano llegan algo disminuidos; en el caso de “Ellie Alice“, una balada intima a guitarra acústica, sirve como un respiro ante la belleza artificial mientras que “Psycho Lovers“, devuelve el ambiente denso y difuminado de Hummingbird con la batería dinámica y guitarras de “Gorilla Manor“, funciona de tal forma que deja rastro de un momento épico en el aire, muy al igual en la forma tranquila y gradual que crece hermosa y poderosa la concluyente “Sea Of Years“.
El título del álbum castiga en demasía el sello de garantía de Local Natives. En una época donde hay quienes se atreven a afirmar que ésta podría ser la peor generación de la historia, una de las bandas más prometedoras busca renuevo en aspectos de la actual juventud, dándoles voz y un producto estéticamente más fácil de consumir. Sunlit Youth es más atractivo por su envoltorio, por sus colores celestes y turquesas pero nunca (por excepción de dos o tres canciones) logra capturar de la misma grandiosa forma, la imaginación, la instintiva creatividad y todo ese derroche sentimental de su pasado.