RPM: 10 años de Yellow House de Grizzly Bear

September 9, 2016

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10 años de Yellow House de Grizzly Bear

Por José Marr‏ @JR_Marr
Crazy Rhythms Music

Todo había comenzado como un proyecto casero, un pasatiempo para Ed Droste y su amigo Christopher Bear, tanto que hasta el nombre de la banda era un “juego”. Droste y Bear lograron grabar unas canciones que más tarde saldrían al mercado en un compendio de nombre Horn Of Plenty bajo el sello de Kanine Records; más de lo esperado, ese debut tuvo un recibimiento lo suficientemente bueno, se elogiaron las atmósferas grisáceas, espesas, los cristalinos arreglos, hasta el desgano vocal de Droste como parte del todo en un ambiente igual de ensueño que hipnótico; por tanto, el proyecto no se quedó ahí. Grizzly Bear continuó, pero para 2006 sus dos integrantes sabían que tendrían que ir por más, por ello, Daniel Rossen, un músico y compositor que ya venía trabajando con un proyecto de bajo perfil llamado Department Of Eagles se les unió al igual que el bajista y productor Chris Taylor.

Parece que cada uno necesitaba de todos; ni “Horn Of Plenty” ni lo que hacía Rossen con Department Of Eagles se asemejaron siquiera un poco en magnitud a lo que habrían de dar vida con Yellow House, algo tan maravilloso vería la luz, que el sello de Warp Records, una casa discográfica en su gran mayoría compuesta por nombres de música electrónica, decidieron firmarlos.

Ya como un equipo de cuatro piezas, con dos compositores y vocalistas centrales, Grizzly Bear dio un salto cuántico, inconmensurable en todos los aspectos. Yellow House es un disco lleno de arreglos, instrumentos de cuerda por doquier, impresionante e íntimo a la vez, cobijado por una atmósfera que se capturó de manera natural y tangible por el hecho de haberse grabado en una vieja casa perteneciente a la abuela de Ed Droste. Desde su inicio con “Easier“, con los flautines y el piano proveniente de un cuarto lejano dan pauta al renacimiento musical de sus creadores. Las voces, los susurros y el andar de Rossen quien además, reivindicó su voz respecto a su pasado, dan prueba absoluta de ello. La misma resurrección ocurre con Droste un track más adelante en “Lullabye“, donde logra exiliarse de ese sonambulismo de “Horn Of Plenty” pero en esta ocasión, resurgiendo a través de este enfoque enteramente artístico y barroco.

Justo en esos momentos donde el apartado instrumental y sonoro (oír el caso de “Little Brother” en la cual hasta sonido ambiente de fauna, hay), se apunta como una prioridad y las voces como algo secundario reacción de su propio surrealismo onírico; es que piezas como la ahora ya clásica “Knife” con su letra metafóricamente masoquista devela la linea melódica mejor tallada del disco, gracias a que Droste descubre por vez primera, su tono más fuerte y penetrante. “Knife” junto a “On A Neck, On A Spit“, se consagran en la punta de Yellow House como los puntos más álgidos, por su parte esta última se toma un vuelco potencial y de habilidad en el que Rossen muestra los precoces vestigios de la grandiosidad que alcanzaría tres años más tarde con Veckatimest.

El corazón del álbum yace en “Marla“, una pieza que Droste rescató de una tía suya que era una compositora frustrada. Dicho corte lo reviven de tal forma que suena como si la misma casa vieja donde grabaron, hablara y contara una vieja conversación, un sonido nocturno, sombrío, hasta perturbador pero abrasivo. Todo lo inerte es capaz de provocar ruido, desde los lugares más lejanos y recónditos donde las puertas rechinan y las paredes crujen.

Hace 10 años, se dio el debut grande, oficial, de lo que hoy conocemos como una de las mejores bandas sobre el planeta. Los aires de grandeza rondaban por aquella casa donde Ed Droste, Dan Rossen, Chris Taylor y Chris Bear daban vida a un nuevo sonido, a su sonido, uno barroco y artesanal en todo el poder de sus significados. El impacto de la obra fue tal que por supuesto se metió en todas las listas de lo mejor de aquel 2006; cuando nadie se atrevió a predecir algo mayor, sorprendieron en 2009 con un álbum aún de superior dimensión y trascendencia. A su manera Yellow House ve nacer, germinar el talento y virtud de cada uno de sus autores y como conjunto. Un lugar, para los seguidores de la banda, al que nunca está de más volver y dejarse atrapar por sus siniestros y sublimes encantos.

Post escrito por: Jose Marr

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