Por moonman
Seguramente los que no asistieron al concierto de Björk estaban muy atentos a las redes sociales para saber qué es lo que estaba pasando, pero lo que se encontraron fue con un silencio digital poco usual. Esto se debió a la bien sabida relación que tiene Björk con los teléfonos inteligentes, ya que en sus presentaciones en festivales le sale la tía regañona al pedir a la audiencia que los apaguen “porque no se quiere comunicar con máquinas”; por eso pidió de forma cortés en las pantallas del Auditorio Nacional que nadie los sacara para tomar fotos o video, ya que tendrían material oficial en su página. Como buenos mexicanos uno podría pensar que esta exigencia la pasarían desapercibida y que desobedeceríamos, pero lo que pasó fue que desde el instante que salió la islandesa al escenario, todos entendimos las reglas del juego y las aceptamos para convertirnos en una audiencia negra en donde ningún celular se vio, en donde normalmente el público es una constelación de focos de celulares grabando el momento… aquí, todo era oscuridad.
Como bien aseguró Björk en entrevistas previas a su visita a México, el show del Auditorio sería especial al ser mas bien un recital al estar acompañada de su director de orquesta y una orquesta sinfónica mexicana, la cual logró transmitir el poder de su música con una delicadeza tremenda así como con la intensidad que algunas canciones lo pedían.
El show recayó casi por completo en su último álbum Vulnicura, el cual está basado por completo en arreglos orquestales con ciertos adornos electrónicos cortesía de Arca, el cual en esta ocasión estuvo ausente pero para la presentación de Ceremonia estará reversionando clásicos.
En un inicio la gente comenzó a gritar como si fuera un concierto habitual, pero al darnos cuenta del concepto, decidimos volvernos pasivos y simplemente dejar que Björk encontrara el camino correcto para llegar a nuestra alma encontrando los recovecos y fisuras de nuestra armadura social para lograr esa comunicación franca y directa que todo músico busca. Fue en ese momento que nos dejamos ir, fluyendo con lo cadencioso de las cuerdas y la cristalina voz de Björk con todo y su respiración y juegos coquetos que normalmente no escuchamos en sus álbumes.
Un momento espectacular fue con “Black Lake“, que si bien es una canción que casi todos habíamos escuchado anteriormente, bajo este esquema la escuchamos de una forma aún más magnífica. No hubo necesidad de los beats que la acompañan en su versión original, las cuerdas fueron suficientes. Al final de cada sección de la canción, como si fueran párrafos de un texto, terminaba con una nota extendida de las cuerdas para dar paso a una nueva sección aún más emotiva que la pasada. Simplemente increíble.
Luego de un intermedio de media hora, comenzó la segunda parte en donde aparecieron viejos conocidos y canciones que seguramente algunos tenían guardados en un lugar especial de su discografía. Así, apreció “I’ve Seen It All” de su desgarradora película Dancer In The Dark en donde tuvo que interpretar la parte que a Thom Yorke le hubiera tocado cantar. Luego apareció “Bachelorette” con uno de los puntos más emotivos de la noche: “Jóga” de su álbum Homogenic, el cual ha comentado que tiene una resonancia muy parecida a Vulnicura.
Dejó lo mejor para el final, el encore simplemente fue ideal para esta velada. Primero “The Anchor Song” de su álbum debut, en donde los instrumentos de viento fueron sustituidos por cuerdas y donde quedó en evidencia que el sentimiento inocente de sus primeras composiciones aún seguía ahí a pesar de una nueva versión. Y al final lo mejor: posiblemente la canción más electrónica y atascada de toda su discografía apareció en una innovadora versión, hablamos de “Pluto” (también de Homogenic) el cual convirtió las distorsiones de LFO en un caos sinfónico.
Habrá que ver la otra cara de la moneda que mostrará en Ceremonia, donde ahí sí tocará los hits para volvernos locos, aquí, simplemente aceptamos esa comunicación para que nos revolviera el alma y salimos recordando el poder que la música tiene sobre el ser humano.
Pingback: Video: Björk /// Notget - Me hace ruido
Pingback: Ceremonia 2017 @ Centro Dinámico Pegaso, Toluca - Me hace ruido
Pingback: Björk editará sus partituras en 34 Scores for Piano, Organ, Harpsichord and Celeste. - Me hace ruido
Pingback: Björk: Cornucopia @ Parque Bicentenario - Me hace ruido
Pingback: Reseña: Dirty Projectors /// 5EPs - Me hace ruido
Pingback: RPM: 10 años de Visions de Grimes - Me hace ruido
Pingback: MUTEK México 2024 llega a su Edición XX - Me hace ruido