When midnight comes around:
50 años de The Velvet Underground & Nico
Por Ernesto Acosta Sandoval @erniesandoval_
Es famosa la declaración de Brian Eno que dice que cuando The Velvet Underground & Nico fue lanzado, sólo lo compraron 30 mil personas, pero cada una de esas personas formó una banda. Me parece un número bastante grande, pero por el otro lado, sí creo que éste que hoy nos toca celebrar en su cumpleaños cincuenta es una de las obras más relevantes e influyentes de la historia de la música Pop. Es ruidoso, es incómodo, provocador, peligroso, está mal tocado, mal producido, desafinado en su mayor parte. Es la demostración de que para poder hacer un álbum de Rocanrol no hacen falta más que chamarras de cuero, lentes oscuros, tener un problema de actitud y saberte mover entre tres acordes. Es Punk antes de que el Punk siquiera estuviera en la mente de nadie. También es, por supuesto, el intento de Andy Warhol por expandirse lo más que pudiera en eso de hacer arte. Para 1965, que fue cuando el álbum se grabó, Warhol ya se sentía limitado por el medio que él mismo había expandido a niveles inconcebibles, así que optó por irse hacia la música. The Velvet Underground, antes conocidos como The Exploding Plastic Inevitable, eran un puñado de rechazados sociales y estudiantes de arte y música que se la pasaban perdiendo el tiempo en la Factory del artista. ¿Por qué no juntarlos en forma y hacerlos parte de su colectivo y expandir el negocio? El grupo empezó tocando en los happenings del estudio y en las fiestas organizadas por Warhol, puliendo sus talentos hasta donde se pudiera. Luego, Warhol les presentó a una cantante alemana de voz robótica y mecanizada y el resto quedó grabado en estas once canciones que nada tenían que ver con la incipiente generación del amor y la buena onda pacifista que imperaría en el siguiente par de años.
The Velvet Underground & Nico abre con “Sunday Morning”, uno de los pocos momentos amigables que tiene el álbum, Lou Reed tardaría años en volver a sonar así de dulce y contenido. Inmediatamente después, comienza el desmadre. “I’m Waiting For The Man” suena transgresora incluso hoy. Una canción de cinco minutos sobre comprar heroína en el Bronx. Años después, Reed diría que lo único que no es real en la canción es el precio del producto. Le sigue “Femme Fatale”, el tributo de Reed a Edie Sedgwick, la “It girl” warholiana que también inspiraría a Dylan para escribir “Like A Rolling Stone” y “Just Like A Woman”. “Venus In Furs” y el aviso de que The Velvet Underground no era tan sólo una banda más de Rocanrol. La letra está inspirada en los escritos de Leopold von Sacher-Masoch, con motivos referentes al sadomasoquismo, el bondage y la sumisión sexual. En “Run Run Run” tenemos otro retrato de la vida cotidiana en el Nueva York de Lou Reed, una ciudad nada glamorosa, con personajes alejados de los reflectores, prostitutas que venden su alma con tal de conseguir una dosis de heroína. “All Tomorrow’s Parties” es delirante y angustiante. Nico recita las palabras de Reed mientras el resto de la banda se deshace en un ritmo desquiciante que parece que en cualquier momento va a colapsar. Para abrir el lado B, “Heroin”, la canción más audaz en un disco que para ese momento de la reproducción ya estaba más que claro que no iba a tomar prisioneros, mi absoluta favorita del álbum y del grupo. Nada, absolutamente nada en 1967 sonaba así. La guitarra de Reed soltando acordes en contraposición al ritmo sostenido por la viola de John Cale y la batería de Maureen Tucker mientras narra la absoluta felicidad nihilista que le provoca enterrarse una aguja en el brazo. “There She Goes Again” y “I’ll Be Your Mirror” son el intento del grupo por querer sonar amigables, una es un Rocanrol básico, la otra una balada hermosa y conmovedora a más no poder (hay una versión en vivo en la que Nico se quiebra y no la puede cantar). Ambas canciones sirven como preparación para el final épico: “The Black Angel’s Death Song” y “European Son”. La primera es como el aterrizar del viaje comenzado en “Heroin”, la segunda es la vuelta a la terrible realidad. Capas de distorsión y feedback, mientras la voz de Reed se mantiene firme en medio de la tempestad musical provocada por sus compañeros.
The Velvet Underground & Nico fue una de las primeras expresiones del álbum como una obra de arte, desde la portada hasta la última nota. Haya sido como un proyecto de Warhol que creció y se le escapó de las manos, o como el trampolín de Cale y Reed, dos de los músicos más importantes y significativos del siglo XX, para después seguir haciendo lo que quisieran ya sin la sombra del artista cubriéndolos tanto en la banda como solistas. The Velvet Underground & Nico fue el inicio de muchas cosas y la prueba de que para el Rocanrol ya no había limitantes. The Velvet Underground & Nico, además, habiéndose retrasado un año en su lanzamiento, por fortuna apareció en el año que cambiaría a la cultura Pop y al mundo para siempre. Quizá en su momento no haya sido heraldo de nada, pero la huella que dejó es indeleble.
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