The War On Drugs
Thinking Of A Place
Atlantic Records
10
Por José Marr @JR_Marr
Crazy Rhythms Music
Adam Granduciel ha arribado a su estado de gracia como músico, compositor y productor, con todo el peso de lo que ahora significa The War On Drugs tras haber emancipado algo de las dimensiones de Lost In The Dream en 2014, uno de los mejores discos de aquel año y probablemente de toda la década. Ahora que el álbum ha quedado en el pasado pero vigente en la memoria de muchos, es necesario para Granduciel y su banda seguir confirmando y reafirmando que hay mucho más de la mente creativa que dio vida a clásicos como “Red Eyes” o “Burning” y que arraigado a sus marcadas influencias, es/será capaz de labrar un legado propio. Todo parece indicar que así será, con este primer paso o mejor dicho, viaje celestial nombrado “Thinking Of A Place“.
Sucede algo similar a cuando se publicó “Red Eyes“; y es que The War On Drugs venía de encontrar su sonido sin Kurt Vile con Slave Ambient, la primera impresión con el maravilloso sencillo a finales 2013 fue sublime. Cuando Lost In The Dream vio la luz lanzaron “Under The Pressure“, un corte de casi nueve minutos que parecía algo demasiado osado para un estilo que es lento, lánguido y más emocional que eufórico. Sin embargo lo que mostró “Red Eyes” fue una majestuosa actualización, y por medio de guitarras horizontales, phaser, turbulencia y neblina iluminada, la banda logró darle una apertura monumental a su obra maestra. Pongo esto como ejemplo porque ahora las cosas increíblemente van un paso más allá con poco más de 11 minutos de recorrido sonoro.
“Thinking On A Place” desde la vista de su portada, desde los primeros segundos es el amanecer, porque si en 2014 se encontraban perdidos en un sueño, en 2017 al abrir los ojos, los rayos de luz de la mañana han bañado el eclesiástico y blanquecino sonido. La marcha de Granduciel es aún más lenta, más contemplativa, ni se impulsa, ni se paraliza. Con su ahora indeleble estilo americano y la producción coral que ha perfeccionado, mediante el sonido se evocan paisajes celestiales, un cielo de un azul nítido y sin desperfectos, la susurrante voz de su protagonista narra con melancolía y añoranza el tiempo pasado donde hubo un momento difícil en una relación pero se ha superado, y por esto, el amor se ha fortalecido al salir de la tempestad. El lugar en el que piensa Granduciel logra tornarlo a la realidad cuando se detiene a contemplar el resplandor de los sintetizadores en medio del track y emerge con paz y serenidad sobre su guitarra acústica de nuevo, hacia su final.
No podría ser una canción de The War On Drugs sin la vida propia de la guitarra de su frontman, liberando riffs vitales, tan autónomos como conectados a él, que vuelan bajo las intenciones de su creador, el piano oblicuo respaldando y dando cuerpo a cada nota, incluso la extenuada armónica por unos segundos es una reacción de su lenguaje musical que ya ha sabido usar de manera siempre controlada en su pasado e incluso ahora, en este viaje de 10 minutos que con quietud y sabiduría compositiva nos da un recorrido, nos da un lugar en el que estamos pero que nos hace pensar, imaginar qué tan bello puede ser cuando lo descubramos en su totalidad.
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