Tajak
Amsterdam 211
Hole Records
9.0
Por Stephanie Rosales @Phananarama
Todos y cada uno de los colores son capaces de transmitir algún sentimiento o estado de ánimo. Desde la portada de Amsterdam 211 de Tajak sabemos el viaje no será de un solo matiz.
Desde mediados de esta década, Tajak, el trío originario de Ensenada pero ubucado actualmente en la CDMX, se ha encargado de masticarnos los oídos con melodías que parecen venir de un mundo lejano; un paraíso en llamas, envuelto en tanta luz que los sentimientos no se pueden ocultar y mucho menos ignorar.
Amsterdam 211 abre con un corto tema instrumental de nombre “Sibnosis”, casi de manera imperceptible, nos introduce a “I’m In Your Head”, la primer parada de un viaje a través de cielos rojos, lagos de agua verde y eso que has querido enterrar en tu memoria pero no has tenido éxito. Posteriormente, “Crack Me Open” parece contarnos de lo que va la música de Tajak: meterse deliberadamente a tus pensamientos.
Para este punto, es inevitable sentirse atrapado por Tajak y la misma mitad del álbum lo anuncia: “Drowned”; sin embargo, el plato fuerte del disco está a punto de llegar. “Wasn’t” fue el primer adelanto de este material y está más que claro el por qué de su elección: se trata de una canción tan poderosa que incluso es capaz de doblegar al más duro. Rápida, agresiva y reverberante.
Si bien la temática de sus letras y las características de sus composiciones siguen ahí, es más que evidente la maduración del proyecto. Se nota claramente la producción y que, a diferencia de sus materiales pasados, estuvieron metidos no en un estudio puliendo hasta el último detalle sino en un espeso viaje ácido buscando crear un sonido tan espectral que a ellos mismos les sorprendiera.
“El Druida”, incorpora agresiva distorsión y la idea de una travesía que logra sacarnos de nosotros mismos para posteriormente, los coros de “You Make Wanna Die” rematar con un mensaje capaz de incomodarte un poco en tu asiento.
Ya en el final, “Stuck” rompe con lo construido hasta el momento e incluso es capaz de infundir miedo gracias a las voces de su introducción, que te conducen de vuelta a ese infierno disonante, el cual, entre distorsión y gritos, te recibe y destruye mientras sacas de tu sistema eso que siempre has querido gritarle al mundo.
Parecer ser que Alvaro, Carlos y Coco bifurcan de cualquier ruta predeterminada para reinventarse en cada segundo, y a su vez, tienen bien estudiado el poder de la música como herramienta de introspección. Bien podríamos llamar a Tajak y su más reciente material la única banda de verdadera psicodelia en México: sin pretensiones, sin disfraces, sin etiquetas: pura música para inyectarle al cerebro.
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