It was fifty years ago today:
50 años de Sgt Pepper’s Lonely Hearts Club Band de los Beatles
Por Ernesto Acosta Sandoval @erniesandoval_
La historia ya la conocemos. El grupo más grande del mundo se hartó de las giras y estuvo al borde de la separación. La locura había sido demasiado en muy poco tiempo. Este tipo de rutina a cualquiera lo quiebra. De agosto a diciembre de 1966, cada uno de los miembros del grupo se dedicó a perseguir sus obsesiones sin la injerencia de los otros. John se fue a España para filmar How I Won The War, Ringo lo acompañó, Paul se encerró en el estudio con George Martin a ampliar sus conocimientos de composición y el resultado fue el score para The Family Way, George, por fin tuvo tiempo de ir a la India y regresó con nuevos bríos para enfrentarse a lo que viniera. Cuando se reencontraron a finales del año, los muchachos simpáticos y carismáticos que todo mundo amaba, se habían convertido en adultos. Los cuatro con bigote, además. Al hablar de qué seguía, Paul propuso crear alter egos para todos y que el siguiente disco que grabaran tomara su lugar y se fuera de gira por el mundo. Nadie se opuso, pero nadie estuvo muy de acuerdo tampoco. La idea, por donde se le viera, sonaba descabellada. Cuatro meses y medio después, el acorde final de la última canción del álbum en el que resultaron esas sesiones de grabación retumbaría en los oídos de todo el mundo. George Martin los miraba atónito desde la cabina de control de Abbey Road. Ahora sí, el curso de la música popular y del siglo XX cambiaría para siempre. Pero la historia ya la conocemos.
La semana pasada, como parte de las celebraciones por el 50 aniversario de Sgt Pepper’s Lonely Hearts Club Band, se lanzó una edición especial del álbum que contiene nuevas mezclas en estéreo, el disco completo en versiones primigenias, un documental inédito de 1992 y un montón de cosas más que, como fan, puso a temblar a mi bolsillo. El encargado de remasterizar el disco fue Giles Martin, el hijo del productor del grupo. Martin ya ha probado su valía en varias ocasiones: en 2006 trabajó en LOVE, el soundtrack para el espectáculo del mismo nombre del Cirque du Soleil, supervisó las reediciones estéreo y mono de la discografía del grupo en 2009 y 2014, y el año pasado se aventó la labor de limpiar las grabaciones en vivo que resultaron en Live At The Hollywood Bowl para, por fin, tener una versión decente de los Beatles en concierto. Su trabajo es impresionante. Las canciones de los Beatles jamás habían sonado con tanto brillo y con tanta calidez.
¿Cómo se iba a superar en otra, una más, versión del álbum más importante del siglo XX? En el mercado hay, al menos, cinco versiones del Sgt Pepper: la primera edición en CD de 1987, la versión estéreo de la caja de CDs de 2009 y su versión en monaural del mismo año, la reedición en LP estéreo de 2012 y su contraparte mono de 2014. Cada una más fantástica que la anterior. Cada una revelando más y más cosas de las grabaciones originales que la anterior. Cada una mostrando porqué los Beatles son imbatibles y porqué Sgt Pepper es la obra cumbre del Rock and Roll y porqué el trabajo de los cuatro en este disco en particular es la prueba clave del ascenso del género a nivel de arte. Pues Giles Martin se superó a sí mismo y llegó a la altura de la absoluta genialidad de su padre en sacarle brillo a algo de por si brillante. Las nuevas mezclas en estéreo para esta reedición están en otro nivel. No hay palabras para describir la sensación que da el escucharlas. Es como si estuvieras en el estudio con el grupo durante la primavera de 1967 escuchando todo de primera mano. Todos los instrumentos te envuelven y te retumban en el pecho. En “Lucy In The Sky With Diamonds”, sientes como si John te estuviera tomando de la mano para enseñarte las flores que crecen increíblemente alto; Paul te conmueve hasta las lágrimas con “She’s Leaving Home”; George te está hablando a ti y sólo a ti para decirte que la vida fluye dentro de ti y sin ti en “Within You Without You”; sientes que la orquesta de metales está entrando a tu habitación para despertarte de golpe en “Good Morning, Good Morning”; y, por supuesto, “A Day In The Life” te deja petrificado y aterrorizado sin saber si sigues vivo después de las vocalizaciones de ultratumba que nunca habías notado te podían erizar así los pelos de los brazos.
Sgt Pepper’s Lonely Hearts Club Band es una experiencia estética. No sólo es un LP que termina y, vámonos, a lo que sigue. Se queda contigo y te mueve de tu zona de confort. Es un cambio en el paradigma, que hoy, a 50 años, sigue más presente que nunca, y que en 1967 pintó al mundo de colores y mostró que al menos por 40 minutos todo puede ser mejor. Ringo, más pragmáticamente, lo define como “el disco en el que, durante las grabaciones, aprendí a jugar ajedrez”.
Pingback: RPM: 50 años de The Piper At The Gates Of Dawn de Pink Floyd - Me hace ruido
Pingback: Reseña: Arctic Monkeys /// Tranquility Base: Hotel + Casino - Me hace ruido
Pingback: RPM: 30 años de Dangerous de Michael Jackson - Me hace ruido
Pingback: Reseña: Mercury Rev /// Bobbie Gentry's The Delta Sweete' Revisited - Me hace ruido
Pingback: Entrevista /// The Black Angels: La esperanza del Rock - Me hace ruido
Pingback: RPM: Abbey Road de The Beatles - Me hace ruido