Baby, detonate for me:
45 años de Raw Power de Iggy And The Stooges
Por Ernesto Acosta Sandoval @erniedoesvinyl
Como toda buena historia punk, la de Raw Power es una de omisiones, desastres, drogas, violencia, guitarrazos, gritos y rupturas. Para 1972, The Stooges, el grupo de Iggy Pop, estaba por completo desbandado, enterrado y, prácticamente olvidado. Habían lanzado dos álbumes con Elektra Records que nadie había volteado a ver: The Stooges y Fun House, y por lo tanto su contrato había terminado. Iggy se había volcado a lo que más le gustaba hacer: sobrevivir en medio de un nihilismo brutal estimulado por su alto consumo de heroína, y los otros miembros de la banda (Dave Alexander, James Williamson, y los hermanos Ron y Scott Asheton) tampoco la estaban pasando bien. Pero entonces, llegó David Bowie, que como ya hemos mencionado este espacio, era el más grande fan from hell de la música que le gustaba. Bowie había descubierto los dos discos de los Stooges y le propuso a Pop reformar la banda y grabar un nuevo álbum. El cantante de Detroit convenció a sus compañeros y viajaron a Londres para desintoxicarse y crear nueva música. En tres semanas, a finales de 1972, el resultado estuvo listo. Y fue un fracaso rotundo. Si alguna vez se puede aplicar eso de que una obra estaba adelantada a su tiempo, es el caso con Raw Power. En parte, culpa de Bowie, en parte culpa de Columbia Records que nunca estuvieron muy de acuerdo con firmar a la banda, mucho menos con el sonido y las actitudes de Pop sobre el escenario. Bowie les produjo las ocho canciones que contiene el disco, lo mezcló al aventón y se desentendió de ellos porque estaba a punto de despegar como super estrella mundial. No tuvo promoción, hubo una gira muy corta que terminó en el despido por parte de Columbia y de la agencia de representación de Bowie por el abuso de estupefacientes y el caos que en general reinaba alrededor de la banda. La crítica lo ignoró. Los Asheton y Williamson hablaron pestes del sonido en la mezcla de Bowie: las guitarras estaban muy por debajo del nivel que se escuchaban en el estudio, la batería sonaba apagada, el bajo estaba ausente y, básicamente, se le ponía el reflector a Iggy. No fue sino hasta años después, con el resurgimiento de Pop, ahora sí bien cobijado por Bowie, que el álbum comenzó a ser revalorado.
¿Pero qué hay de la música en Raw Power? Peligro, destrucción y salvajismo. Esto es puro fuego sonoro. Es un barril de dinamita con la mecha muy corta que se enciende en cuanto la aguja cae sobre el primer surco y comienzan los primeros acordes de “Search And Destroy”. Columbia le exigió a la banda que metiera una balada por lado y la respuesta de los Stooges fue “Gimme Danger” y “I Need Somebody”, ninguna se acerca a la definición de una balada tradicional. Ambas son desesperadas, gamberras, musculares y cachondas. “Shake Appeal” es el inicio de la tendencia del Punk volteando a los años cincuenta, pero pasado por montañas de cocaína: la canción suena a algo que haría Eddie Cochran si le conectaras una batería de auto a la garganta.
En 1997, en una especie de movida para ponerse a mano con la historia, Iggy Pop remezcló Raw Power. El resultado es mediano. Sí, se escuchan más las guitarras y se aprecian algunos detalles de la grabación (el piano de “Penetration”, por ejemplo), pero también uno se siente defraudado: ese no es el LP que puso los cimientos para que un par de años después de haber sido lanzado un puñado de bandas pusieran de cabeza al mundo.
Nota del editor: La imagen ha sido pixeleada porque Google considera que la fotografía contiene desnudez y es sexualmente agresiva.
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